/ lunes 23 de diciembre de 2019

Los crujidos de la mafia del poder

Fuerte han calado las declaraciones de la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero a Milenio Diario: “Cruje el sistema por el fin de privilegios”.

Efectivamente, el hecho de que no hayan llegado al poder tanto priístas como panistas, pero no sólo ellos, sino muchos otros, que aún sin militar en un partido político alguno tuvieron en el pasado reciente “jugosas ganancias”. La llegada del gobierno de la 4T, les ha significado a unos y a otros un duro golpe.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador los ha llamado, desde hace mucho, “la mafia del poder”. Representan “el sistema mexicano” que doña Olga afirma: “en su conjunto cruje porque se puso fin a privilegios y hay quienes se resisten a la cuarta transformación”.

De una u otra manera cuando el Ejecutivo federal empezó a anunciar cambios y a precisar que éste no significaba una permuta de gobierno, sino un cambio de régimen, este grupo de privilegiados empezaron a “respingar”, a descalificar las decisiones del gobierno de la 4T.

Muchos son los ejemplos donde es claro que las decisiones que se empezaron a tomar afectan a ciertos intereses como cuando un grupo de elementos de la Policía Federal (PF) se empezó a movilizar, a cerrar calles y avenidas en la Ciudad de México. Lo único que pretendía el gobierno federal era que los elementos de la PF pasaran a formar parte de la Guardia Nacional, sin embargo, era evidente que detrás de ellos había “mano negra”, y no fueron pocos los que voltearon a ver al expresidente Felipe Calderón y a su consentido, Genaro García Luna.

En la entrevista, Sánchez Cordero ha precisado lo corrupto del sistema, lo putrefacto de los gobiernos pasados, de cómo desde el poder mismo se inventó una banda, la de “Los Zodiacos, “cuyo liderazgo se atribuyó a Israel Vallarta y a Florence Cassez”. La ex ministra de la Suprema Corte ha asegurado, contundente, que “fue una invención con consecuencias deplorables”. Son fuertes sus declaraciones. Su fraseo es preciso.

Efectivamente quienes fueron parte del sistema político anterior gruñen, reniegan, maldicen porque dejaron de hacer sus negocios sucios que les permitió llenar sus alforjas, sus bolsillos electrónicos con miles y miles de millones de pesos, producto de la corrupción, de los “cochupos” que les permitieron a unos y a otros beneficiarse mutuamente.

Al paso de este primer año de gobierno, conocimos día a día, sin faltar ninguno, las transas de políticos y empresarios: “La estafa Maestra”, la “Operación Safiro”, la condonación del pago de impuestos a las grandes empresas nacionales e internacionales, las trácalas de los ex gobernadores, aquellos de los que se sentía “orgulloso” Enrique Peña Nieto por ser la “nueva generación” de priístas, y por eso entendemos el porqué de esta guerra que busca descalificar a un gobierno que les incomoda, y por ello hacen todo por meterle el pie.

¿Cuántos millones de pesos significaron esos privilegios de los que habla la secretaria de Gobernación? La respuesta es fácil: “miles de millones”. También nos provoca a preguntarnos ¿cuánta gente se quedó sin la seguridad social que requería?, o ¿cuántos, sin atención médica, sin casa, sin un empleo, carreteras sin construir?

¿Cómo no van a crujir, cómo no van a generar campañas en contra de quien firmó un decreto para renunciar a la facultad que tenían los presidentes que le antecedieron, la de condonar impuestos dirigido a beneficiar a un grupo de privilegiados?

Estamos hablando de empresas de los multimillonarios como Carlos Slim Helú (América Móvil, Inbursa, Carso); Germán Larrea, propietario de Grupo México, (la empresa minera más grande del país y la tercera empresa productora de cobre más grande del mundo); Ricardo Salinas Pliego (Banco Azteca y TV Azteca), María A. Aramburuzabala (Grupo Modelo) y otras como Televisa, MVS, Grupo Herdez, ICA, Geo, Simec, Soriana, Volkswagen y BMW, incluso bancos como Interacciones, Banamex, Banorte, HSBC, Bajío, Skotiabank, Multiva y Santander.

Es por esto por lo que hemos presenciado una, o mejor dicho muchas campañas, guerras comunicativas de descalificación con el propósito de anular a un gobierno que está actuando no con el propósito de enfrentar a sus opositores políticos o a grupos empresariales, sino acabar con los privilegios en favor de unos cuantos que se han enriquecido producto de la corrupción, del “huachicoleo” a la hacienda pública.

Lo dicho en la entrevista por doña Olga, por lo que representa y la responsabilidad que tiene, son relevantes sus declaraciones. Ella tiene claro, como muchos, que los del “sistema”, los que perdieron los privilegios que tuvieron en el pasado reciente, son quienes han generado factores de malestar, intrigas; campañas de prensa, acusaciones de totalitarismo; han provocado una guerra sicológica, además de tratar de excitar un clima de ingobernabilidad.

Estos son sus crujidos que dejan escuchar, chirridos para confundir, para que les devuelvan lo que creen son sus privilegios.


Senadora de Morena

Fuerte han calado las declaraciones de la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero a Milenio Diario: “Cruje el sistema por el fin de privilegios”.

Efectivamente, el hecho de que no hayan llegado al poder tanto priístas como panistas, pero no sólo ellos, sino muchos otros, que aún sin militar en un partido político alguno tuvieron en el pasado reciente “jugosas ganancias”. La llegada del gobierno de la 4T, les ha significado a unos y a otros un duro golpe.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador los ha llamado, desde hace mucho, “la mafia del poder”. Representan “el sistema mexicano” que doña Olga afirma: “en su conjunto cruje porque se puso fin a privilegios y hay quienes se resisten a la cuarta transformación”.

De una u otra manera cuando el Ejecutivo federal empezó a anunciar cambios y a precisar que éste no significaba una permuta de gobierno, sino un cambio de régimen, este grupo de privilegiados empezaron a “respingar”, a descalificar las decisiones del gobierno de la 4T.

Muchos son los ejemplos donde es claro que las decisiones que se empezaron a tomar afectan a ciertos intereses como cuando un grupo de elementos de la Policía Federal (PF) se empezó a movilizar, a cerrar calles y avenidas en la Ciudad de México. Lo único que pretendía el gobierno federal era que los elementos de la PF pasaran a formar parte de la Guardia Nacional, sin embargo, era evidente que detrás de ellos había “mano negra”, y no fueron pocos los que voltearon a ver al expresidente Felipe Calderón y a su consentido, Genaro García Luna.

En la entrevista, Sánchez Cordero ha precisado lo corrupto del sistema, lo putrefacto de los gobiernos pasados, de cómo desde el poder mismo se inventó una banda, la de “Los Zodiacos, “cuyo liderazgo se atribuyó a Israel Vallarta y a Florence Cassez”. La ex ministra de la Suprema Corte ha asegurado, contundente, que “fue una invención con consecuencias deplorables”. Son fuertes sus declaraciones. Su fraseo es preciso.

Efectivamente quienes fueron parte del sistema político anterior gruñen, reniegan, maldicen porque dejaron de hacer sus negocios sucios que les permitió llenar sus alforjas, sus bolsillos electrónicos con miles y miles de millones de pesos, producto de la corrupción, de los “cochupos” que les permitieron a unos y a otros beneficiarse mutuamente.

Al paso de este primer año de gobierno, conocimos día a día, sin faltar ninguno, las transas de políticos y empresarios: “La estafa Maestra”, la “Operación Safiro”, la condonación del pago de impuestos a las grandes empresas nacionales e internacionales, las trácalas de los ex gobernadores, aquellos de los que se sentía “orgulloso” Enrique Peña Nieto por ser la “nueva generación” de priístas, y por eso entendemos el porqué de esta guerra que busca descalificar a un gobierno que les incomoda, y por ello hacen todo por meterle el pie.

¿Cuántos millones de pesos significaron esos privilegios de los que habla la secretaria de Gobernación? La respuesta es fácil: “miles de millones”. También nos provoca a preguntarnos ¿cuánta gente se quedó sin la seguridad social que requería?, o ¿cuántos, sin atención médica, sin casa, sin un empleo, carreteras sin construir?

¿Cómo no van a crujir, cómo no van a generar campañas en contra de quien firmó un decreto para renunciar a la facultad que tenían los presidentes que le antecedieron, la de condonar impuestos dirigido a beneficiar a un grupo de privilegiados?

Estamos hablando de empresas de los multimillonarios como Carlos Slim Helú (América Móvil, Inbursa, Carso); Germán Larrea, propietario de Grupo México, (la empresa minera más grande del país y la tercera empresa productora de cobre más grande del mundo); Ricardo Salinas Pliego (Banco Azteca y TV Azteca), María A. Aramburuzabala (Grupo Modelo) y otras como Televisa, MVS, Grupo Herdez, ICA, Geo, Simec, Soriana, Volkswagen y BMW, incluso bancos como Interacciones, Banamex, Banorte, HSBC, Bajío, Skotiabank, Multiva y Santander.

Es por esto por lo que hemos presenciado una, o mejor dicho muchas campañas, guerras comunicativas de descalificación con el propósito de anular a un gobierno que está actuando no con el propósito de enfrentar a sus opositores políticos o a grupos empresariales, sino acabar con los privilegios en favor de unos cuantos que se han enriquecido producto de la corrupción, del “huachicoleo” a la hacienda pública.

Lo dicho en la entrevista por doña Olga, por lo que representa y la responsabilidad que tiene, son relevantes sus declaraciones. Ella tiene claro, como muchos, que los del “sistema”, los que perdieron los privilegios que tuvieron en el pasado reciente, son quienes han generado factores de malestar, intrigas; campañas de prensa, acusaciones de totalitarismo; han provocado una guerra sicológica, además de tratar de excitar un clima de ingobernabilidad.

Estos son sus crujidos que dejan escuchar, chirridos para confundir, para que les devuelvan lo que creen son sus privilegios.


Senadora de Morena