/ lunes 6 de septiembre de 2021

Los migrantes ¿Vuelven?

El fenómeno de la migración ha sido un constante punto de análisis para nuestro país desde hace, por lo menos, cincuenta años, debido a las condiciones que se tienen para obtener una mejor calidad de vida. Es así que hablar de ello siempre representa un punto de quiebre para nuestra sociedad porque buscamos solventar las necesidades básicas que no vemos cumplidas en nuestros lugares de origen, pero ¿qué buscamos? Hablemos de lo básico: comida, vivienda, seguridad y empleo.

Para el mexicano es imposible no aceptar que mucho de esos objetivos se encuentra lejos de su lugar de origen; la vida les lleva por caminos donde no se comparte la misma cultura idioma o ideología, sin embargo, el esfuerzo por alcanzar las metas antes mencionadas se ve reflejado en la cantidad de personas que deciden migrar a tierras desconocidas.

Para los mexicanos, las fuentes de trabajo que los Estados Unidos representan están enfocadas, principalmente, en el ramo de la agricultura y la construcción con un 30% y un 19,5%, respectivamente; a pesar de ello, la New American Economy señala que los migrantes mexicanos también participan de los sectores relacionados con la hotelería y recreación, minería y servicios, tales como talleres de reparación de automóviles, salones de belleza o lavanderías.

Es importante mencionar que la recuperación económica, luego de la crisis del 2008, ayudó a ofertar más empleos y, por ende, a generar mayores ingresos en el país derivado de las remesas enviadas desde el vecino del norte y que, aunque el presidente López Obrador celebre que se han batido récords en este rubro, no se justifica que nuestros gobiernos, de ahora y de antes, no han podido mitigar la fuga de talentos y la implementación de nuevos puestos de trabajo en nuestra propia nación.

A pesar de todo lo descrito anteriormente, la certeza laboral de los connacionales que deciden migrar a Estados Unidos no es cien por ciento segura ya que siguen existiendo casos de deportaciones y repatriaciones que cortan el progreso de quienes no encuentran oportunidades en sus lugares de origen, tal es el caso del Estado de Morelos donde 1,435 personas fueron devueltas desde los Estados Unidos tan solo en el primer semestre de este año; si sumamos los casos desde el 2015, poco más de 18,000 morelenses han sido repatriados y casi un millón y medio de mexicanos de todas las entidades federativas han sufrido lo mismo.

Además de los casos antes mencionados, es necesario precisar que los mexicanos también vuelven a su país por decisión propia, de hecho, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica del INEGI señala que lo hacen principalmente por reunirse con sus familiares (40%), falta de trabajo (23%), estudios completados (17%) y por haber expirado su permiso de residencia (6%), lo que ratifica que, a pesar de la necesidad de progresar, los migrantes siguen anhelando la vida en sus lugares de origen.

Pero, ¿qué pasa ahora? Pues que los mexicanos que quieren ir a los Estados Unidos siguen siendo más que los que quieren regresar, ya que, tan solo en el periodo de 2013 a 2018, el centro de estudios Pew Research Center contabilizó que de los 870, 000 mexicanos que se fueron, solo regresaron 710,000, siendo así que 160,000 se quedaron a radicar allá.

Finalmente, no todo lo realizado por los tres órdenes de gobierno es malo ya que, el hecho de que los mexicanos decidan regresar habla de que hay un genuino interés por participar en la economía nacional sin sacrificar lo más elemental para la sociedad mexicana: su familia.

El fenómeno de la migración ha sido un constante punto de análisis para nuestro país desde hace, por lo menos, cincuenta años, debido a las condiciones que se tienen para obtener una mejor calidad de vida. Es así que hablar de ello siempre representa un punto de quiebre para nuestra sociedad porque buscamos solventar las necesidades básicas que no vemos cumplidas en nuestros lugares de origen, pero ¿qué buscamos? Hablemos de lo básico: comida, vivienda, seguridad y empleo.

Para el mexicano es imposible no aceptar que mucho de esos objetivos se encuentra lejos de su lugar de origen; la vida les lleva por caminos donde no se comparte la misma cultura idioma o ideología, sin embargo, el esfuerzo por alcanzar las metas antes mencionadas se ve reflejado en la cantidad de personas que deciden migrar a tierras desconocidas.

Para los mexicanos, las fuentes de trabajo que los Estados Unidos representan están enfocadas, principalmente, en el ramo de la agricultura y la construcción con un 30% y un 19,5%, respectivamente; a pesar de ello, la New American Economy señala que los migrantes mexicanos también participan de los sectores relacionados con la hotelería y recreación, minería y servicios, tales como talleres de reparación de automóviles, salones de belleza o lavanderías.

Es importante mencionar que la recuperación económica, luego de la crisis del 2008, ayudó a ofertar más empleos y, por ende, a generar mayores ingresos en el país derivado de las remesas enviadas desde el vecino del norte y que, aunque el presidente López Obrador celebre que se han batido récords en este rubro, no se justifica que nuestros gobiernos, de ahora y de antes, no han podido mitigar la fuga de talentos y la implementación de nuevos puestos de trabajo en nuestra propia nación.

A pesar de todo lo descrito anteriormente, la certeza laboral de los connacionales que deciden migrar a Estados Unidos no es cien por ciento segura ya que siguen existiendo casos de deportaciones y repatriaciones que cortan el progreso de quienes no encuentran oportunidades en sus lugares de origen, tal es el caso del Estado de Morelos donde 1,435 personas fueron devueltas desde los Estados Unidos tan solo en el primer semestre de este año; si sumamos los casos desde el 2015, poco más de 18,000 morelenses han sido repatriados y casi un millón y medio de mexicanos de todas las entidades federativas han sufrido lo mismo.

Además de los casos antes mencionados, es necesario precisar que los mexicanos también vuelven a su país por decisión propia, de hecho, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica del INEGI señala que lo hacen principalmente por reunirse con sus familiares (40%), falta de trabajo (23%), estudios completados (17%) y por haber expirado su permiso de residencia (6%), lo que ratifica que, a pesar de la necesidad de progresar, los migrantes siguen anhelando la vida en sus lugares de origen.

Pero, ¿qué pasa ahora? Pues que los mexicanos que quieren ir a los Estados Unidos siguen siendo más que los que quieren regresar, ya que, tan solo en el periodo de 2013 a 2018, el centro de estudios Pew Research Center contabilizó que de los 870, 000 mexicanos que se fueron, solo regresaron 710,000, siendo así que 160,000 se quedaron a radicar allá.

Finalmente, no todo lo realizado por los tres órdenes de gobierno es malo ya que, el hecho de que los mexicanos decidan regresar habla de que hay un genuino interés por participar en la economía nacional sin sacrificar lo más elemental para la sociedad mexicana: su familia.