/ sábado 11 de septiembre de 2021

Luis María Aguilar Morales reivindica el derecho de las mujeres para decidir sobre su cuerpo

Tema controvertido. Opiniones múltiples. Resoluciones que ya son jurisprudencia porque fueron aprobadas por más de nueve Ministros que constituyen mayoría.

Materia complicada que desde esta columna pretendemos darle un enfoque distinto a lo que prolifera en las redes sociales y en los medios masivos de comunicación.

Si bien es cierto que se habla de este derecho humano de ser madre, de ejercer la libertad, la intimidad, respetar la dignidad y la autonomía personal, así como el bienestar integral de una mujer, con esta propuesta del Ministro Luis María Aguilar, el órgano máximo jurisdiccional recupera parte del prestigio perdido por tantas y diversas circunstancias, que debemos aplaudir este derecho a decidir y este deber, no obligación del Estado, sino deber, con su naturaleza jurídica de ser impuesto unilateralmente, para prevenir y proteger en su salud a la mujer, es ya una realidad; la resolución es nacional y obligatoria para todo el país, los fundamentos constitucionales están en el artículo 1º con la reforma del año 2011, y el 4º constitucional que desde el año 1974, en la época de Luis Echeverría, se hablaba de que toda persona tiene el derecho de manera libre, responsable e informada a determinar el número y el espaciamiento de los hijos que desea tener.

Pero nosotros queremos ir más allá, pensar en la mujer en la sola hipótesis que abortar ya es castigo; que es un trauma que tiene la característica de inolvidable; de desgracia; que marca la vida de quien aborta y las que la rodean, que los remordimientos y la culpa por el sólo hecho de abortar al margen de por qué se aborte, es ya un castigo que no tiene nombre.

La desesperación y evidentemente la reflexión a la que hay que llegar para tomar una decisión de esta magnitud, lleva a la mujer que aborta, a saber que ese producto que no lo conoció; pero es parte de ella y lo siente, desde el punto de vista de la ley, específicamente del Código Civil Federal, el de la Ciudad de México del siglo XXI y los de la República, se le considera en principio a ese producto como objeto de protección jurídica; a condición de que nazca vivo y viable se retrotrae al día de su gestación para que el “nasciturus” (concebido no nacido) se convierta en una persona jurídica física, que pueda ser titular de derechos y en su caso de obligaciones a través de sus representantes.

La propuesta del Ministro Luis María Aguilar no es un bálsamo, es un milagro que recoge el dolor, la angustia, el sufrimiento personal, y que la que aborta tendrá que vivir con esa culpa, entendida ésta como, no el dolo, sino lo que implica desde el punto de vista de la Psicología y del Derecho.

Seguro que quien aborta se ha dado una lucha interior, que finalmente la decisión es tan grave que a la persona que la realiza, quien aborta, la marca para siempre; incluso quien aborta después de reflexionar de que por ciertas circunstancias tomara esa decisión, y darse cuenta que cuando ya no hay remedio, cuando se ha expulsado el producto, que gran castigo, y frente a ésto que no se quita, haber logrado que el Ministro citado haya tenido la sensibilidad, la inteligencia para dejar claro que la Suprema Corte no está legitimando el aborto, sino protegiendo la libertad, la equidad, la igualdad, porque ninguna mujer tiene porqué pedir permiso para disponer de su vida y de su cuerpo.

CONCLUSIÓN

Desde esta importante tribuna le quiero rendir en lo personal un homenaje y un reconocimiento a quien ha hecho del Derecho el camino de su vida y que él se ha convertido en un paradigma, en un ícono de la Suprema Corte con todas estas resoluciones que honran al organismo, y que también honra a quien en este caso ha elaborado este dictamen. Felicidades distinguido Ministro y mexicano excelso y singular.


Profesor de Carrera, con 54 años de Cátedra ininterrumpida en Derecho Civil y Derecho Familiar, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Tema controvertido. Opiniones múltiples. Resoluciones que ya son jurisprudencia porque fueron aprobadas por más de nueve Ministros que constituyen mayoría.

Materia complicada que desde esta columna pretendemos darle un enfoque distinto a lo que prolifera en las redes sociales y en los medios masivos de comunicación.

Si bien es cierto que se habla de este derecho humano de ser madre, de ejercer la libertad, la intimidad, respetar la dignidad y la autonomía personal, así como el bienestar integral de una mujer, con esta propuesta del Ministro Luis María Aguilar, el órgano máximo jurisdiccional recupera parte del prestigio perdido por tantas y diversas circunstancias, que debemos aplaudir este derecho a decidir y este deber, no obligación del Estado, sino deber, con su naturaleza jurídica de ser impuesto unilateralmente, para prevenir y proteger en su salud a la mujer, es ya una realidad; la resolución es nacional y obligatoria para todo el país, los fundamentos constitucionales están en el artículo 1º con la reforma del año 2011, y el 4º constitucional que desde el año 1974, en la época de Luis Echeverría, se hablaba de que toda persona tiene el derecho de manera libre, responsable e informada a determinar el número y el espaciamiento de los hijos que desea tener.

Pero nosotros queremos ir más allá, pensar en la mujer en la sola hipótesis que abortar ya es castigo; que es un trauma que tiene la característica de inolvidable; de desgracia; que marca la vida de quien aborta y las que la rodean, que los remordimientos y la culpa por el sólo hecho de abortar al margen de por qué se aborte, es ya un castigo que no tiene nombre.

La desesperación y evidentemente la reflexión a la que hay que llegar para tomar una decisión de esta magnitud, lleva a la mujer que aborta, a saber que ese producto que no lo conoció; pero es parte de ella y lo siente, desde el punto de vista de la ley, específicamente del Código Civil Federal, el de la Ciudad de México del siglo XXI y los de la República, se le considera en principio a ese producto como objeto de protección jurídica; a condición de que nazca vivo y viable se retrotrae al día de su gestación para que el “nasciturus” (concebido no nacido) se convierta en una persona jurídica física, que pueda ser titular de derechos y en su caso de obligaciones a través de sus representantes.

La propuesta del Ministro Luis María Aguilar no es un bálsamo, es un milagro que recoge el dolor, la angustia, el sufrimiento personal, y que la que aborta tendrá que vivir con esa culpa, entendida ésta como, no el dolo, sino lo que implica desde el punto de vista de la Psicología y del Derecho.

Seguro que quien aborta se ha dado una lucha interior, que finalmente la decisión es tan grave que a la persona que la realiza, quien aborta, la marca para siempre; incluso quien aborta después de reflexionar de que por ciertas circunstancias tomara esa decisión, y darse cuenta que cuando ya no hay remedio, cuando se ha expulsado el producto, que gran castigo, y frente a ésto que no se quita, haber logrado que el Ministro citado haya tenido la sensibilidad, la inteligencia para dejar claro que la Suprema Corte no está legitimando el aborto, sino protegiendo la libertad, la equidad, la igualdad, porque ninguna mujer tiene porqué pedir permiso para disponer de su vida y de su cuerpo.

CONCLUSIÓN

Desde esta importante tribuna le quiero rendir en lo personal un homenaje y un reconocimiento a quien ha hecho del Derecho el camino de su vida y que él se ha convertido en un paradigma, en un ícono de la Suprema Corte con todas estas resoluciones que honran al organismo, y que también honra a quien en este caso ha elaborado este dictamen. Felicidades distinguido Ministro y mexicano excelso y singular.


Profesor de Carrera, con 54 años de Cátedra ininterrumpida en Derecho Civil y Derecho Familiar, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.