/ martes 11 de febrero de 2020

Maestros y médicos: Eliacín y Cantú

Y cuando uno pensaba que ya tenía las manos llenas de problemas, el gobierno estatal parece dispuesto a buscarse muchos más. Porque a cualquiera parecería bastante con la urgencia de tratar la inseguridad, la pérdida de empleos, la caída del producto interno bruto estatal, los conflictos políticos que mantienen detenidos los grandes proyectos económicos, la crisis de gobernanza, la precipitada caída en la imagen pública de la clase gobernante, la ausencia notoria de proyectos de desarrollo, y los otros más discretos que vive a diario el gabinete de Cuauhtémoc Blanco y que comparte con diputados, magistrados, y cabildos, por lo menos; pero a lo mejor alguien pensó que sería divertido retrasar los pagos a trabajadores de salud y hacer descuentos indebidos y retener los estímulos de docentes y administrativos de educación pública; probablemente consideraron que alguien se los agradecería. No ha sido así.

A tres días del primer informe de Cuauhtémoc Blanco, los sectores más sensibles de la administración pública, salud y educación, pararon. Cierto que en el caso de la Secretaría de Salud se trató de una inmovilización que duró apenas unas horas (aunque también lo es que no es la primera reportada en los 41 días que lleva el 2020), y que se resolvió cuando casi veinte días después de lo debido, el Ejecutivo depositó a los médicos, enfermeras y administrativos el adeudo por prestaciones que tenía con ellos, pero igual el servicio se detuvo y miles de morelenses resultaron afectados. En el caso de los maestros hay dos paros por razones similares, el de los trabajadores homologados, a quienes indebidamente se les descontó el impuesto sobre la renta de los 50 días de aguinaldo que les paga el gobierno estatal; y el de las normales de Cuautla y Amilcingo que demandan pago íntegro de una de sus prestaciones, que hace meses se adeuda.

Si bien podrían intentar separarse los tres bloqueos (y aún concediendo que la falta de recursos de pagos que debieron ser programados y entregados a tiempo a los trabajadores no fuera un problema de errores graves en la administración de los recursos públicos con que se pagan las nóminas de educación y salud) lo cierto es que tienen el mismo origen, aunque el tratamiento en ambos casos ha sido diverso. Si bien los retrasos en las transferencias de recursos son atribuibles a la Secretaría de Hacienda, el manejo que se ha dado en los dos casos es profundamente diverso. Por un lado, el secretario de Salud, Marco Antonio Cantú reconoció de inmediato los adeudos y ha gestionado el cumplimiento de las obligaciones del estado con los trabajadores (el atraso no es del todo atribuible al médico responsable del sector). En el caso de los trabajadores homologados y los normalistas, el Instituto de la Educación Básica ha intentado evadir el problema, incluso discutiendo en un principio la ilegalidad del descuento hecho a los de educación media superior y superior, lo que exacerba aún más los ánimos en el magisterio, ¿Tendrá que ver con algún interés en el próximo relevo de la dirigencia del SNTE en Morelos? Para los malpensados así es.


Twitter: @martinellito

Correo: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Y cuando uno pensaba que ya tenía las manos llenas de problemas, el gobierno estatal parece dispuesto a buscarse muchos más. Porque a cualquiera parecería bastante con la urgencia de tratar la inseguridad, la pérdida de empleos, la caída del producto interno bruto estatal, los conflictos políticos que mantienen detenidos los grandes proyectos económicos, la crisis de gobernanza, la precipitada caída en la imagen pública de la clase gobernante, la ausencia notoria de proyectos de desarrollo, y los otros más discretos que vive a diario el gabinete de Cuauhtémoc Blanco y que comparte con diputados, magistrados, y cabildos, por lo menos; pero a lo mejor alguien pensó que sería divertido retrasar los pagos a trabajadores de salud y hacer descuentos indebidos y retener los estímulos de docentes y administrativos de educación pública; probablemente consideraron que alguien se los agradecería. No ha sido así.

A tres días del primer informe de Cuauhtémoc Blanco, los sectores más sensibles de la administración pública, salud y educación, pararon. Cierto que en el caso de la Secretaría de Salud se trató de una inmovilización que duró apenas unas horas (aunque también lo es que no es la primera reportada en los 41 días que lleva el 2020), y que se resolvió cuando casi veinte días después de lo debido, el Ejecutivo depositó a los médicos, enfermeras y administrativos el adeudo por prestaciones que tenía con ellos, pero igual el servicio se detuvo y miles de morelenses resultaron afectados. En el caso de los maestros hay dos paros por razones similares, el de los trabajadores homologados, a quienes indebidamente se les descontó el impuesto sobre la renta de los 50 días de aguinaldo que les paga el gobierno estatal; y el de las normales de Cuautla y Amilcingo que demandan pago íntegro de una de sus prestaciones, que hace meses se adeuda.

Si bien podrían intentar separarse los tres bloqueos (y aún concediendo que la falta de recursos de pagos que debieron ser programados y entregados a tiempo a los trabajadores no fuera un problema de errores graves en la administración de los recursos públicos con que se pagan las nóminas de educación y salud) lo cierto es que tienen el mismo origen, aunque el tratamiento en ambos casos ha sido diverso. Si bien los retrasos en las transferencias de recursos son atribuibles a la Secretaría de Hacienda, el manejo que se ha dado en los dos casos es profundamente diverso. Por un lado, el secretario de Salud, Marco Antonio Cantú reconoció de inmediato los adeudos y ha gestionado el cumplimiento de las obligaciones del estado con los trabajadores (el atraso no es del todo atribuible al médico responsable del sector). En el caso de los trabajadores homologados y los normalistas, el Instituto de la Educación Básica ha intentado evadir el problema, incluso discutiendo en un principio la ilegalidad del descuento hecho a los de educación media superior y superior, lo que exacerba aún más los ánimos en el magisterio, ¿Tendrá que ver con algún interés en el próximo relevo de la dirigencia del SNTE en Morelos? Para los malpensados así es.


Twitter: @martinellito

Correo: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx