/ lunes 9 de agosto de 2021

México, en menos de una década, fue conquistado dos veces

Ayer domingo que escribí estas líneas me hubiera encantado abordar dos temas. Uno, el 142 Aniversario del Natalicio de “Miliano”, del que ya he escrito mucho, pero siempre hay algo más que agregar, como por ejemplo, que el nombre del General Emiliano Zapata, a la distancia, sigue limpio. Lo que muy pocos personajes históricos pueden decir.

Otro tema es el del emotivo cierre de las Olimpiadas Tokyo 2020 en donde no todo fue oro o plata para los concursantes: hay atletas que no necesitan medalla alguna para brillar porque fuera de las competencias sus vidas son ejemplares por los servicios que han prestado a la humanidad, como la siria Yusra Mardini, quien inició su vida olímpica en el recién creado equipo de refugiados. Ella no necesita de presea alguna, verán porqué lo digo: Yusra huyó de Damasco junto con su hermana, viajando a través de Líbano y Turquía para finalmente intentar llegar a Grecia en bote. Cuando el motor falló, Yusra, su hermana y otras dos personas saltaron al mar y nadaron durante tres horas impulsando la embarcación para que no se hundiera, salvando así la vida de las 20 personas a bordo.

Esta referencia fue sólo un “bocatto di Cardinale” -bocado de cardenal-. Ya será hasta la próxima cuando me explaye. Pero ahora cambio de tema: Como estamos inmersos en la Historia del México antiguo, y en mi caso personal en mi tesis de Historia precisamente de ese México Ancestral, traigo hasta estas líneas, un somero análisis de la figura aterradora de la Coatlicue: La máxima deidad femenina del panteón azteca-mexica y madre ni más ni menos que del dios titular Huitzilopochtli. Así es que al leer la obra que nos recomendó a sus alumnos de El Colegio de Morelos uno de mis excelentes maestros en Historia Antonio García de León, la de “Madre Terrible” de la doctora en Historia Blanca Solares, me sobrecogen las terroríficas historias mesopotánicas, babilónicas y las de un largo etcétera acerca del tema. Pero lo que más me impactó, fue el análisis que hizo el alumno más destacado de Carl Jung, el alemán Erich Neuman.

De todas las opiniones acerca de esas madres terribles y terroríficas, me quedo con el análisis que de este arquetipo universal fermenino, formuló Neumann (Berlín-1906 Tel Aviv, Israel-1960). En su investigación aborda los períodos y las culturas más representativas por lo que Neumann, no solo ha sido el investigador y filósofo que mejor ha analizado a profundidad el carácter psicológico de deidades como la Coatlicue, sino que lo hace con autoridad ya que con enorme facilidad pasa del relato histórico al terreno sagrado a través de la psiquis. Considerado el discípulo más brillante de Carl Jung además de ser el representante de la Escuela Evolutiva en Psicología Analítica que mejor conoce el tema de las diosas madres terribles. Uno de sus legados fue que aportó en sus obras, el concepto de la Gran Madre como arquetipo fundamental en el inconsciente de la mente humana.

La obra de Neumann, a pesar de que murió a la temprana edad de 54 años de edad, ha sido descrita como “monumental en su amplitud” por otros grandes como Robert H. Hopcke, que la considera como la “contribución más perdurable de Neumann junto a su investigación acerca de los orígenes e historia de la conciencia. A su vez, el ingeniero de origen húngaro Cinna Lomnitz, que escribió “El misterio de Guadalupe”, refirió que la diosa madre es un símbolo que sirve como deidad de fertilidad general y en algunas culturas además es representada como la Madre Tierra.

En su análisis refiere Lomnitz que el carácter de esas deidades es el de ser patronas de la vida y de la muerte y guías de renacimiento. En otra ocasión continuaré abordando aspectos de la muy interesante Cosmovisión Azteca. Y por lo mismo, era tan fuerte la influencia de tan poderosas deidades, que México hubo de ser conquistado por los españoles dos veces con pocos años de diferencia. La primera fue la conquista militar en 1519. La segunda fue cuando arriba el maravilloso grupo de los doce franciscanos, llamados los Apóstoles de México.

Y hasta el próximo lunes.

Ayer domingo que escribí estas líneas me hubiera encantado abordar dos temas. Uno, el 142 Aniversario del Natalicio de “Miliano”, del que ya he escrito mucho, pero siempre hay algo más que agregar, como por ejemplo, que el nombre del General Emiliano Zapata, a la distancia, sigue limpio. Lo que muy pocos personajes históricos pueden decir.

Otro tema es el del emotivo cierre de las Olimpiadas Tokyo 2020 en donde no todo fue oro o plata para los concursantes: hay atletas que no necesitan medalla alguna para brillar porque fuera de las competencias sus vidas son ejemplares por los servicios que han prestado a la humanidad, como la siria Yusra Mardini, quien inició su vida olímpica en el recién creado equipo de refugiados. Ella no necesita de presea alguna, verán porqué lo digo: Yusra huyó de Damasco junto con su hermana, viajando a través de Líbano y Turquía para finalmente intentar llegar a Grecia en bote. Cuando el motor falló, Yusra, su hermana y otras dos personas saltaron al mar y nadaron durante tres horas impulsando la embarcación para que no se hundiera, salvando así la vida de las 20 personas a bordo.

Esta referencia fue sólo un “bocatto di Cardinale” -bocado de cardenal-. Ya será hasta la próxima cuando me explaye. Pero ahora cambio de tema: Como estamos inmersos en la Historia del México antiguo, y en mi caso personal en mi tesis de Historia precisamente de ese México Ancestral, traigo hasta estas líneas, un somero análisis de la figura aterradora de la Coatlicue: La máxima deidad femenina del panteón azteca-mexica y madre ni más ni menos que del dios titular Huitzilopochtli. Así es que al leer la obra que nos recomendó a sus alumnos de El Colegio de Morelos uno de mis excelentes maestros en Historia Antonio García de León, la de “Madre Terrible” de la doctora en Historia Blanca Solares, me sobrecogen las terroríficas historias mesopotánicas, babilónicas y las de un largo etcétera acerca del tema. Pero lo que más me impactó, fue el análisis que hizo el alumno más destacado de Carl Jung, el alemán Erich Neuman.

De todas las opiniones acerca de esas madres terribles y terroríficas, me quedo con el análisis que de este arquetipo universal fermenino, formuló Neumann (Berlín-1906 Tel Aviv, Israel-1960). En su investigación aborda los períodos y las culturas más representativas por lo que Neumann, no solo ha sido el investigador y filósofo que mejor ha analizado a profundidad el carácter psicológico de deidades como la Coatlicue, sino que lo hace con autoridad ya que con enorme facilidad pasa del relato histórico al terreno sagrado a través de la psiquis. Considerado el discípulo más brillante de Carl Jung además de ser el representante de la Escuela Evolutiva en Psicología Analítica que mejor conoce el tema de las diosas madres terribles. Uno de sus legados fue que aportó en sus obras, el concepto de la Gran Madre como arquetipo fundamental en el inconsciente de la mente humana.

La obra de Neumann, a pesar de que murió a la temprana edad de 54 años de edad, ha sido descrita como “monumental en su amplitud” por otros grandes como Robert H. Hopcke, que la considera como la “contribución más perdurable de Neumann junto a su investigación acerca de los orígenes e historia de la conciencia. A su vez, el ingeniero de origen húngaro Cinna Lomnitz, que escribió “El misterio de Guadalupe”, refirió que la diosa madre es un símbolo que sirve como deidad de fertilidad general y en algunas culturas además es representada como la Madre Tierra.

En su análisis refiere Lomnitz que el carácter de esas deidades es el de ser patronas de la vida y de la muerte y guías de renacimiento. En otra ocasión continuaré abordando aspectos de la muy interesante Cosmovisión Azteca. Y por lo mismo, era tan fuerte la influencia de tan poderosas deidades, que México hubo de ser conquistado por los españoles dos veces con pocos años de diferencia. La primera fue la conquista militar en 1519. La segunda fue cuando arriba el maravilloso grupo de los doce franciscanos, llamados los Apóstoles de México.

Y hasta el próximo lunes.