/ lunes 16 de julio de 2018

Millennials y el voto AMLO…

No fueron los que le dieron el triunfo, pero sí quienes más votaron por Andrés Manuel López Obrador y muy probablemente por Cuauhtémoc Blanco de acuerdo con los reportes de diversas casas encuestadoras en sus exit-polls. Son nativos digitales y prefieren la información obtenida de manera propia a través de internet y las redes sociales (en América Latina el 93 por ciento de la población nacida entre 1983 y 2000 tiene cuentas de Facebook, y el 80 por ciento accede a las redes desde teléfonos móviles. En efecto, se trata de los millenials, generación determinante en el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del 1 de julio.

Los primeros reportes que estudian muestras representativas de votantes de la más reciente elección en México, arrojan que alrededor del 63 por ciento de los votantes entre los 26 y los 35 años prefirió a Andrés Manuel López Obrador, la mayor parte de ese porcentaje corresponde a hombres de ingresos superiores a la media nacional.

Para no molestar a nadie, no diremos que esta generación es la víctima de la crisis de la educación cívica en México derivada de la reforma educativa salinista en 1992; en cambio, podríamos entender su decisión acercándonos un poco a sus hábitos de consumo, práctica extraordinariamente arraigada en esa generación. Primero, la mayor parte de la información que los millennials usan para procesar su toma de decisiones, proviene de internet, no son alcanzados por la publicidad tradicional en medios, sino por estrategias diseñadas básicamente para la reproducción por redes sociales, como la viralización y otros fenómenos.

Usan el celular más tiempo que otros grupos de edad y tienen una cierta adicción por las apps, lo que favorece las redes y formatos de comunicación alternativos, como los grupos de Whatsapp, los videos en Youtube, o las publicaciones en Facebook, a través de los que los partidarios de López Obrador emprendieron una intensa actividad tanto en contra de sus adversarios como a favor del hoy presidente electo; la proclividad millennial a establecer relaciones a través de redes sociales más que en la “realidad orgánica”, como algunos de ellos le llaman, pudo anular fácilmente el efecto de campañas cara a cara o de pequeños comités, como intentaron sus rivales.

El factor más claro, por supuesto, es el hecho de que casi el total de los millennials, ignoran el concepto aquél de la fidelidad de marca; el 86 por ciento de esta generación considera cambiar de marca o servicio debido a una mala experiencia de cliente; incluido si se trata de experiencias digitales o en línea. Hay que reconocer que la mayor parte de los mexicanos hemos tenido malas experiencias con los gobiernos sin importar mucho el origen partidario de los mismos.

Además, esta generación exige atención y que las empresas adapten sus productos a sus preferencias (por algo el éxito de experiencias comerciales como Caviar, el resurgimiento de Converse y Vans, entre otros fundados en la capacidad de personalización). Si algo tuvo la campaña de López Obrador, habrá que reconocerlo, es que no se trató de un ejercicio discursivo directo, estructurado, o siquiera congruente. Los discursos de López Obrador supieron ofrecer a cada uno de sus consumidores-futuros votantes, lo que querían escuchar, promesas de adaptación de la política a las preferencias de una generación acostumbrada a ser satisfecha por el mercado al que se acerca. Falta ver si ya contratados, la experiencia del usuario es tan bella como se ha prometido. Todos lo necesitamos.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

No fueron los que le dieron el triunfo, pero sí quienes más votaron por Andrés Manuel López Obrador y muy probablemente por Cuauhtémoc Blanco de acuerdo con los reportes de diversas casas encuestadoras en sus exit-polls. Son nativos digitales y prefieren la información obtenida de manera propia a través de internet y las redes sociales (en América Latina el 93 por ciento de la población nacida entre 1983 y 2000 tiene cuentas de Facebook, y el 80 por ciento accede a las redes desde teléfonos móviles. En efecto, se trata de los millenials, generación determinante en el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del 1 de julio.

Los primeros reportes que estudian muestras representativas de votantes de la más reciente elección en México, arrojan que alrededor del 63 por ciento de los votantes entre los 26 y los 35 años prefirió a Andrés Manuel López Obrador, la mayor parte de ese porcentaje corresponde a hombres de ingresos superiores a la media nacional.

Para no molestar a nadie, no diremos que esta generación es la víctima de la crisis de la educación cívica en México derivada de la reforma educativa salinista en 1992; en cambio, podríamos entender su decisión acercándonos un poco a sus hábitos de consumo, práctica extraordinariamente arraigada en esa generación. Primero, la mayor parte de la información que los millennials usan para procesar su toma de decisiones, proviene de internet, no son alcanzados por la publicidad tradicional en medios, sino por estrategias diseñadas básicamente para la reproducción por redes sociales, como la viralización y otros fenómenos.

Usan el celular más tiempo que otros grupos de edad y tienen una cierta adicción por las apps, lo que favorece las redes y formatos de comunicación alternativos, como los grupos de Whatsapp, los videos en Youtube, o las publicaciones en Facebook, a través de los que los partidarios de López Obrador emprendieron una intensa actividad tanto en contra de sus adversarios como a favor del hoy presidente electo; la proclividad millennial a establecer relaciones a través de redes sociales más que en la “realidad orgánica”, como algunos de ellos le llaman, pudo anular fácilmente el efecto de campañas cara a cara o de pequeños comités, como intentaron sus rivales.

El factor más claro, por supuesto, es el hecho de que casi el total de los millennials, ignoran el concepto aquél de la fidelidad de marca; el 86 por ciento de esta generación considera cambiar de marca o servicio debido a una mala experiencia de cliente; incluido si se trata de experiencias digitales o en línea. Hay que reconocer que la mayor parte de los mexicanos hemos tenido malas experiencias con los gobiernos sin importar mucho el origen partidario de los mismos.

Además, esta generación exige atención y que las empresas adapten sus productos a sus preferencias (por algo el éxito de experiencias comerciales como Caviar, el resurgimiento de Converse y Vans, entre otros fundados en la capacidad de personalización). Si algo tuvo la campaña de López Obrador, habrá que reconocerlo, es que no se trató de un ejercicio discursivo directo, estructurado, o siquiera congruente. Los discursos de López Obrador supieron ofrecer a cada uno de sus consumidores-futuros votantes, lo que querían escuchar, promesas de adaptación de la política a las preferencias de una generación acostumbrada a ser satisfecha por el mercado al que se acerca. Falta ver si ya contratados, la experiencia del usuario es tan bella como se ha prometido. Todos lo necesitamos.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

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