/ martes 26 de octubre de 2021

Morelos, en manos de la delincuencia

La alerta de viaje lanzada por el gobierno del país de Canadá en contra de Morelos, las fosas del municipio de Yecapixtla, los linchamientos de Huitzilac, la ola de homicidios dolosos, el robo con violencia, las balaceras en colonias populares, los asesinatos de periodistas y defensores de derechos humanos, han venido a enrarecer el clima político y social en Morelos.

En contraste, Morelos adolece de una estrategia de seguridad dirigida a prevenir los delitos, a contener la ola de violencia y a garantizar los mínimos estándares de seguridad pública. Lamentablemente. El desempeño de la Comisión Estatal de Seguridad ha quedado sólo en generador de reportes criminales.

Aunado a lo anterior, Morelos es de los estados con mayor índice de impunidad. Aquí, no se detienen a los responsables de los delitos, mucho menos se les castiga. La actuación de la Fiscalía General del Estado se ha reducido a levantar cadáveres.

Por si fuera poco, las instituciones de seguridad y procuración de justicia están confrontadas, los municipios carecen de suficientes policías y se han abstenido de reclutar a más elementos de seguridad, justificando sus omisiones a que el mando de los policías la tiene el Estado.

Frente a esas omisiones que evidencian el ejercicio indebido de la función pública por parte de los responsables de la prevención y persecución de los delitos, la delincuencia se ha apoderado de las calles, de las comunidades de los municipios y del propio estado de Morelos.

Y prueba de ello, es la incidencia delictiva que prevalece y que todos resentimos. De acuerdo al Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad, en los últimos tres años se han registrado 4 mil homicidios, de los cuales dos mil 500 son dolosos, 123 feminicidios, mil 800 abusos sexuales, mil 500 violaciones, 500 extorsiones y más de 60 mil robos.

La realidad es cruda, los datos son duros y nuestra realidad oscura. Esta inseguridad ahuyenta inversiones y a turistas, erosiona el tejido social, provoca desempleo y frena el desarrollo. Al final de este sinuoso túnel no observamos la salida y los morelenses somos víctimas de de este dramático desastre. Hasta cuándo.

Los golpes a la delincuencia y las detenciones de criminales relevantes han sido ejecutadas por el gobierno federal, a través de la Guardia Nacional y de elementos de la Marina. Por lo tanto la interención de als instituciones federales podría ser la apuesta y la única opción.


Lucy Meza Guzmán, Senadora por Morelos

Redes sociales. @LuciaMezaGzm


La alerta de viaje lanzada por el gobierno del país de Canadá en contra de Morelos, las fosas del municipio de Yecapixtla, los linchamientos de Huitzilac, la ola de homicidios dolosos, el robo con violencia, las balaceras en colonias populares, los asesinatos de periodistas y defensores de derechos humanos, han venido a enrarecer el clima político y social en Morelos.

En contraste, Morelos adolece de una estrategia de seguridad dirigida a prevenir los delitos, a contener la ola de violencia y a garantizar los mínimos estándares de seguridad pública. Lamentablemente. El desempeño de la Comisión Estatal de Seguridad ha quedado sólo en generador de reportes criminales.

Aunado a lo anterior, Morelos es de los estados con mayor índice de impunidad. Aquí, no se detienen a los responsables de los delitos, mucho menos se les castiga. La actuación de la Fiscalía General del Estado se ha reducido a levantar cadáveres.

Por si fuera poco, las instituciones de seguridad y procuración de justicia están confrontadas, los municipios carecen de suficientes policías y se han abstenido de reclutar a más elementos de seguridad, justificando sus omisiones a que el mando de los policías la tiene el Estado.

Frente a esas omisiones que evidencian el ejercicio indebido de la función pública por parte de los responsables de la prevención y persecución de los delitos, la delincuencia se ha apoderado de las calles, de las comunidades de los municipios y del propio estado de Morelos.

Y prueba de ello, es la incidencia delictiva que prevalece y que todos resentimos. De acuerdo al Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad, en los últimos tres años se han registrado 4 mil homicidios, de los cuales dos mil 500 son dolosos, 123 feminicidios, mil 800 abusos sexuales, mil 500 violaciones, 500 extorsiones y más de 60 mil robos.

La realidad es cruda, los datos son duros y nuestra realidad oscura. Esta inseguridad ahuyenta inversiones y a turistas, erosiona el tejido social, provoca desempleo y frena el desarrollo. Al final de este sinuoso túnel no observamos la salida y los morelenses somos víctimas de de este dramático desastre. Hasta cuándo.

Los golpes a la delincuencia y las detenciones de criminales relevantes han sido ejecutadas por el gobierno federal, a través de la Guardia Nacional y de elementos de la Marina. Por lo tanto la interención de als instituciones federales podría ser la apuesta y la única opción.


Lucy Meza Guzmán, Senadora por Morelos

Redes sociales. @LuciaMezaGzm