/ jueves 22 de agosto de 2019

Morena de Rabín...

Lejano de la fracción parlamentaria de Morena en el Congreso de Morelos a la que está adherido, uno ya no sabe si por convicción o a la fuerza, Marcos Zapotitla Becerro acusa nuevamente a sus correligionarios de chantajear y pretender extorsionar al gobernador, Cuauhtémoc Blanco Bravo, motivo por el que, asegura, se ha alejado de los trabajos para impulsar a alguna de las cuatro mujeres diputadas del partido a la presidencia de la Mesa Directiva del Legislativo.

Se supone que quede una de las cuatro pero el número serio es de dos, Alejandra Flores Espinoza y Ariadna Barrera Vázquez. Keila Figueroa, otra que podría aspirar desde su posición de coordinadora parlamentaria, parece limitada por el propio encargo que tiene y Elsa Delia González no ha expresado interés alguno en el espacio. Otro interesado era Javier García Chávez quien decidió alejarse de la contienda para que el Congreso sea presidido por una mujer y como corresponde a Morena la posición para el periodo de marras, las opciones son Alejandra y Ariadna, ambas trabajadoras y de mediano perfil, pero que podrían hacer un trabajo decente en las 29 atribuciones que señala para el cargo la Ley Orgánica del Congreso local y que básicamente le convierten en el patrón visible de las cuestiones administrativas en el Legislativo.

La definición de Morena se espera para este fin de semana en que el poder visible en el partido, Rabindranath Salazar Solorio, también titular del Banco de Bienestar, estaría en Morelos para resolver el tema de la mesa y el del próximo relevo en la dirigencia de Morena en el estado para el que ya se ha anotado el empresario y político lopezobradorista, Raúl Iragorri Montoya, aunque siendo rival político de quien hoy controla la dirigencia y principales posiciones de Morena en el estado, es probable que resulte marginado, a pesar de sus indudables merecimientos.

De hecho, se especula que las reuniones que Rabindranath sostendrá el fin de semana con sus aliados en Morena tienen como objetivo fundamental fortalecer a su grupo político rumbo al cambio de dirigencia, la relación con el gobierno del estado (que no se reconoce morenista), y hasta los preparativos para candidaturas rumbo al 2021, con las que se buscará establecer un frente mucho más cohesionado que permita al partido de López Obrador recuperar lo que creen haber perdido en la que se considera una alianza a la larga muy costosa con el PT y el PES, con quienes ganó la elección pero perdió el gobierno estatal y el control del Congreso pese a haber sido el partido más votado.

Esta búsqueda de resarcimiento ha guiado al partido en Morelos desde antes que Yeidckol Polevnsky, la dirigente nacional, acusara a Cuauhtémoc Blanco de haberlos marginado en el reparto del gobierno estatal. La legitimidad de la lucha por el poder, que siempre se ve bastante mal en la opinión pública, es cuestión de análisis ¿habría ganado Morena el gobierno estatal sin aliarse con Cuauhtémoc Blanco? Mientras sea imposible responder esa cuestión elemental, lo será también definir quién aportó más al triunfo y determinar también la justicia en el reparto de posiciones. Lo evidente es que en el Congreso los seis diputados de Morena, fueron marginados de las posiciones relevantes durante el primer año legislativo. El afán reivindicatorio de Morena, por lo menos en la facción de Rabindranath Salazar es más que obvio si se añade el hecho de que el hoy funcionario federal hizo a un lado sus aspiraciones para que Cuauhtémoc Blanco fuera el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia. Los “Rabines” como les llaman en el círculo local, buscan integrar una fuerza reivindicatoria. Si les alcanza se harán de la Mesa Directiva del Congreso y mantendrán una dirigencia de partido a la que seguramente darán un carácter más activo y dinámico como alternativa a su actual bajísimo perfil.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Lejano de la fracción parlamentaria de Morena en el Congreso de Morelos a la que está adherido, uno ya no sabe si por convicción o a la fuerza, Marcos Zapotitla Becerro acusa nuevamente a sus correligionarios de chantajear y pretender extorsionar al gobernador, Cuauhtémoc Blanco Bravo, motivo por el que, asegura, se ha alejado de los trabajos para impulsar a alguna de las cuatro mujeres diputadas del partido a la presidencia de la Mesa Directiva del Legislativo.

Se supone que quede una de las cuatro pero el número serio es de dos, Alejandra Flores Espinoza y Ariadna Barrera Vázquez. Keila Figueroa, otra que podría aspirar desde su posición de coordinadora parlamentaria, parece limitada por el propio encargo que tiene y Elsa Delia González no ha expresado interés alguno en el espacio. Otro interesado era Javier García Chávez quien decidió alejarse de la contienda para que el Congreso sea presidido por una mujer y como corresponde a Morena la posición para el periodo de marras, las opciones son Alejandra y Ariadna, ambas trabajadoras y de mediano perfil, pero que podrían hacer un trabajo decente en las 29 atribuciones que señala para el cargo la Ley Orgánica del Congreso local y que básicamente le convierten en el patrón visible de las cuestiones administrativas en el Legislativo.

La definición de Morena se espera para este fin de semana en que el poder visible en el partido, Rabindranath Salazar Solorio, también titular del Banco de Bienestar, estaría en Morelos para resolver el tema de la mesa y el del próximo relevo en la dirigencia de Morena en el estado para el que ya se ha anotado el empresario y político lopezobradorista, Raúl Iragorri Montoya, aunque siendo rival político de quien hoy controla la dirigencia y principales posiciones de Morena en el estado, es probable que resulte marginado, a pesar de sus indudables merecimientos.

De hecho, se especula que las reuniones que Rabindranath sostendrá el fin de semana con sus aliados en Morena tienen como objetivo fundamental fortalecer a su grupo político rumbo al cambio de dirigencia, la relación con el gobierno del estado (que no se reconoce morenista), y hasta los preparativos para candidaturas rumbo al 2021, con las que se buscará establecer un frente mucho más cohesionado que permita al partido de López Obrador recuperar lo que creen haber perdido en la que se considera una alianza a la larga muy costosa con el PT y el PES, con quienes ganó la elección pero perdió el gobierno estatal y el control del Congreso pese a haber sido el partido más votado.

Esta búsqueda de resarcimiento ha guiado al partido en Morelos desde antes que Yeidckol Polevnsky, la dirigente nacional, acusara a Cuauhtémoc Blanco de haberlos marginado en el reparto del gobierno estatal. La legitimidad de la lucha por el poder, que siempre se ve bastante mal en la opinión pública, es cuestión de análisis ¿habría ganado Morena el gobierno estatal sin aliarse con Cuauhtémoc Blanco? Mientras sea imposible responder esa cuestión elemental, lo será también definir quién aportó más al triunfo y determinar también la justicia en el reparto de posiciones. Lo evidente es que en el Congreso los seis diputados de Morena, fueron marginados de las posiciones relevantes durante el primer año legislativo. El afán reivindicatorio de Morena, por lo menos en la facción de Rabindranath Salazar es más que obvio si se añade el hecho de que el hoy funcionario federal hizo a un lado sus aspiraciones para que Cuauhtémoc Blanco fuera el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia. Los “Rabines” como les llaman en el círculo local, buscan integrar una fuerza reivindicatoria. Si les alcanza se harán de la Mesa Directiva del Congreso y mantendrán una dirigencia de partido a la que seguramente darán un carácter más activo y dinámico como alternativa a su actual bajísimo perfil.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

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