/ domingo 21 de noviembre de 2021

Morena prepara el 2024

Disgregados, medio diluidos y cuidando las pequeñas parcelas que lograron ganarle a la coalición de detenta el poder político en Morelos, la oposición morelense parece mucho menos organizada que la nacional para enfrentar la elección gubernamental del 2024 para la que su principal adversario, Morena, prácticamente arrancó trabajos este fin de semana con el nombramiento de un delegado casi plenipotenciario para el estado, el exsecretario de gobierno de Tabasco, ex diputado y ex sen, Raúl Ojeda Zubieta, recién incorporado al partido guinda y amigo del secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández y del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El simple nombramiento debiera prender las alarmas en la oposición, pues no es cualquier cosa y para muestra, la historia inmediata. Ojeda Zubieta es parte de los tabasqueños que han acompañado la carrera política de López Obrador, el hoy presidente apoyó la candidatura del primero al gobierno de Tabasco. Cuando Adán Augusto solicitó licencia al gobierno de Tabasco para convertirse en secretario de Gobernación, Ojeda Zubieta fue uno de los candidatos a la sucesión, lo que finalmente no ocurrió. El principio de este mes, Raúl se afilió a Morena y ya el dirigente del partido, Mario Delgado, seguramente por instrucción presidencial o por lo menos del secretario de Gobernación, ya le tenía preparado el encargo de ser delegado especial de Morena en Morelos. En Morena lo sabían hace tiempo.

¿Por qué mandar un perfil así a Morelos, una entidad donde no hay elecciones hasta 2024? La razón parece estar en la situación política del estado donde la coalición de gobierno prácticamente se ha terminado por los frecuentes desencuentros entre el gobernador del PES, Cuauhtémoc Blanco, y los alcaldes y diputados de Morena, en general. El distanciamiento ha provocado no sólo la crisis de la política estatal y la parálisis gubernamental, algo que importa bastante poco en el plano nacional; sino también una fuerte caída de la coalición gobernante en preferencias electorales, que le llevó a perder la mayoría en el Congreso y la capital del estado y pone en riesgo el futuro político de Morena en la región, incluso frente a una oposición profundamente limitada en opciones y propuestas como es la morelense. Ojeda Zubieta viene a atender eso, a construir acuerdos, a fortalecer la unidad del partido y es bastante probable que para ello deba quedarse hasta el 24 (además ello lo retirará de la escena tabasqueña donde podría representar una distracción para el gobierno interino).

Evidentemente a Morena y al gobierno federal le preocupa lo que está ocurriendo en la política morelense, un gobernador aliancista con uno de los menores índices de respaldo popular, el diálogo roto entre el grupo gobernante, la guerra intestina en Morena, la multiplicación de aspirantes a candidaturas en el 2024, las dirigencias partidistas (de Morena y PES) prácticamente diluidas, la falta de resultados del Ejecutivo, el descrédito de los ex diputados, evidencian que cualquier oposición más o menos ordenada podría vencer a Morena en el 2024; pero Morena parece haberlo entendido mucho antes que sus probables adversarios, que arrancan probablemente tarde.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Disgregados, medio diluidos y cuidando las pequeñas parcelas que lograron ganarle a la coalición de detenta el poder político en Morelos, la oposición morelense parece mucho menos organizada que la nacional para enfrentar la elección gubernamental del 2024 para la que su principal adversario, Morena, prácticamente arrancó trabajos este fin de semana con el nombramiento de un delegado casi plenipotenciario para el estado, el exsecretario de gobierno de Tabasco, ex diputado y ex sen, Raúl Ojeda Zubieta, recién incorporado al partido guinda y amigo del secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández y del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El simple nombramiento debiera prender las alarmas en la oposición, pues no es cualquier cosa y para muestra, la historia inmediata. Ojeda Zubieta es parte de los tabasqueños que han acompañado la carrera política de López Obrador, el hoy presidente apoyó la candidatura del primero al gobierno de Tabasco. Cuando Adán Augusto solicitó licencia al gobierno de Tabasco para convertirse en secretario de Gobernación, Ojeda Zubieta fue uno de los candidatos a la sucesión, lo que finalmente no ocurrió. El principio de este mes, Raúl se afilió a Morena y ya el dirigente del partido, Mario Delgado, seguramente por instrucción presidencial o por lo menos del secretario de Gobernación, ya le tenía preparado el encargo de ser delegado especial de Morena en Morelos. En Morena lo sabían hace tiempo.

¿Por qué mandar un perfil así a Morelos, una entidad donde no hay elecciones hasta 2024? La razón parece estar en la situación política del estado donde la coalición de gobierno prácticamente se ha terminado por los frecuentes desencuentros entre el gobernador del PES, Cuauhtémoc Blanco, y los alcaldes y diputados de Morena, en general. El distanciamiento ha provocado no sólo la crisis de la política estatal y la parálisis gubernamental, algo que importa bastante poco en el plano nacional; sino también una fuerte caída de la coalición gobernante en preferencias electorales, que le llevó a perder la mayoría en el Congreso y la capital del estado y pone en riesgo el futuro político de Morena en la región, incluso frente a una oposición profundamente limitada en opciones y propuestas como es la morelense. Ojeda Zubieta viene a atender eso, a construir acuerdos, a fortalecer la unidad del partido y es bastante probable que para ello deba quedarse hasta el 24 (además ello lo retirará de la escena tabasqueña donde podría representar una distracción para el gobierno interino).

Evidentemente a Morena y al gobierno federal le preocupa lo que está ocurriendo en la política morelense, un gobernador aliancista con uno de los menores índices de respaldo popular, el diálogo roto entre el grupo gobernante, la guerra intestina en Morena, la multiplicación de aspirantes a candidaturas en el 2024, las dirigencias partidistas (de Morena y PES) prácticamente diluidas, la falta de resultados del Ejecutivo, el descrédito de los ex diputados, evidencian que cualquier oposición más o menos ordenada podría vencer a Morena en el 2024; pero Morena parece haberlo entendido mucho antes que sus probables adversarios, que arrancan probablemente tarde.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx