/ jueves 2 de enero de 2020

Necesitamos renovar nuestras miradas

Si algo me dejó este 2019 fue la oportunidad de comenzar a cambiar la forma como veía el mundo o mi mundo, en todo caso.

Varios fueron los motivos, pero todos tienen las mismas razones: la decisión de querer hacerlo, la oportunidad de conocer otros ambientes y aprender de otras personas.

Cuando uno descubre la existencia de otras realidades, siente una enorme pena haber perdido tiempo valioso en encontrarlo; descubres que nuestros problemas o necesidades a veces nos sumergen o enganchan a una parte pequeñísima de la realidad y nos someten a diminutas dinámicas cotidianas, que tal vez parezcan gigantescas en principio.

Los convencionalismos sociales, la televisión y las redes sociales tienen el poder de volvernos unos perfectos zombis. Mirar la vida a través de esas ventanas es desgastante y absurdo, incluso puede ser literalmente abrumador por querer vivir realidades ajenas y sentirnos incapaces de romper con nuestras trayecto-dependencias.

Me parece que siempre será favorable transitar hacia la transformación, como las serpientes que cambian su piel a lo largo de su vida. Una manera de iniciarlo consiste en renovar nuestras miradas, esto implica cerrar los ojos por un momento, detener el tiempo y encontrar lo esencial de nuestra vida para después abrirlos y mirar de otra forma.

Desde pequeños hemos aprendido a interiorizar la forma de ver y vivir la vida. El problema es cuando esa forma de interiorizar la vida es insuficiente para alcanzar a ubicarnos en dimensiones más amplias, cuando tenemos que coexistir con múltiples realidades o cuando se quiere imponer una realidad a otras.

Muchos de nuestros problemas sociales, económicos y políticos deberían ser parte del pasado si pudiéramos hacer un alto y dejar atrás lo que lleva décadas o cientos de años sin funcionar, si tuviéramos la oportunidad de cambiar nuestras miradas respecto a las prioridades de la vida.

La Revolución Mexicana es un ejemplo de ello si recordamos que todos los personajes históricos tenían una mirada propia de cómo debería ser nuestro país: Díaz, Madero, Villa, Zapata, Carranza… cada uno tenía su proyecto o ideales de lucha. Igual que hace 100 años, el México del 2020 continuará con el mismo problema revolucionario, ya que tenemos un Presidente que impone su mirada con el poder institucional y personajes políticos y económicos que luchan para que su mirada no sea borrada o minimizada.

Reditar lo que debería ser parte del pasado y exacerbarlo con noticias falsas, odio y polarización es una lástima, ya que el país regresa a sus laberintos y nunca escapa de sus fantasmas. El resultado será nuevamente la pérdida de tiempo.

Y en el caso de Morelos, la cosa es igual o peor, vivimos una especie de “oscurantismo institucional”, lo que hace que las personas desarrollen capacidades para resolver por sí mismos sus problemas mientras esto siga igual.

Todos tenemos la capacidad de renovar nuestras miradas, de hacer un alto y abrir los ojos a la oportunidad de conocer otras realidades que nos permitan soltar lo viejo, lo pesado, lo innecesario…

¡Feliz Año 2020!

@CzarArenas

Si algo me dejó este 2019 fue la oportunidad de comenzar a cambiar la forma como veía el mundo o mi mundo, en todo caso.

Varios fueron los motivos, pero todos tienen las mismas razones: la decisión de querer hacerlo, la oportunidad de conocer otros ambientes y aprender de otras personas.

Cuando uno descubre la existencia de otras realidades, siente una enorme pena haber perdido tiempo valioso en encontrarlo; descubres que nuestros problemas o necesidades a veces nos sumergen o enganchan a una parte pequeñísima de la realidad y nos someten a diminutas dinámicas cotidianas, que tal vez parezcan gigantescas en principio.

Los convencionalismos sociales, la televisión y las redes sociales tienen el poder de volvernos unos perfectos zombis. Mirar la vida a través de esas ventanas es desgastante y absurdo, incluso puede ser literalmente abrumador por querer vivir realidades ajenas y sentirnos incapaces de romper con nuestras trayecto-dependencias.

Me parece que siempre será favorable transitar hacia la transformación, como las serpientes que cambian su piel a lo largo de su vida. Una manera de iniciarlo consiste en renovar nuestras miradas, esto implica cerrar los ojos por un momento, detener el tiempo y encontrar lo esencial de nuestra vida para después abrirlos y mirar de otra forma.

Desde pequeños hemos aprendido a interiorizar la forma de ver y vivir la vida. El problema es cuando esa forma de interiorizar la vida es insuficiente para alcanzar a ubicarnos en dimensiones más amplias, cuando tenemos que coexistir con múltiples realidades o cuando se quiere imponer una realidad a otras.

Muchos de nuestros problemas sociales, económicos y políticos deberían ser parte del pasado si pudiéramos hacer un alto y dejar atrás lo que lleva décadas o cientos de años sin funcionar, si tuviéramos la oportunidad de cambiar nuestras miradas respecto a las prioridades de la vida.

La Revolución Mexicana es un ejemplo de ello si recordamos que todos los personajes históricos tenían una mirada propia de cómo debería ser nuestro país: Díaz, Madero, Villa, Zapata, Carranza… cada uno tenía su proyecto o ideales de lucha. Igual que hace 100 años, el México del 2020 continuará con el mismo problema revolucionario, ya que tenemos un Presidente que impone su mirada con el poder institucional y personajes políticos y económicos que luchan para que su mirada no sea borrada o minimizada.

Reditar lo que debería ser parte del pasado y exacerbarlo con noticias falsas, odio y polarización es una lástima, ya que el país regresa a sus laberintos y nunca escapa de sus fantasmas. El resultado será nuevamente la pérdida de tiempo.

Y en el caso de Morelos, la cosa es igual o peor, vivimos una especie de “oscurantismo institucional”, lo que hace que las personas desarrollen capacidades para resolver por sí mismos sus problemas mientras esto siga igual.

Todos tenemos la capacidad de renovar nuestras miradas, de hacer un alto y abrir los ojos a la oportunidad de conocer otras realidades que nos permitan soltar lo viejo, lo pesado, lo innecesario…

¡Feliz Año 2020!

@CzarArenas