/ sábado 24 de octubre de 2020

No todo está resuelto

Esta semana el Presidente anunció que se había llegado a un acuerdo con los Estados Unidos para entregarle el agua que estaba pendiente para cumplir con el Tratado de 1944.

Esto evita un conflicto internacional y una posible sanción, represalia o intento de renegociación de un tratado que sin duda es benéfico para nuestro país.

Sin embargo, no todo está resuelto, el agua se entregará de las Presas Internacionales La Amistad y Falcón, y será parte del agua que se tenía reservada para el abastecimiento de 13 ciudades fronterizas, 10 en Tamaulipas y 3 en Coahuila.

La Directora General de la CONAGUA trató de tranquilizar a todos explicando que el agua potable para las 13 ciudades está garantizada por unos 2.5 o 3 meses y que en caso de que falte agua Estados Unidos se comprometió a prestarnos agua para el abasto de las ciudades fronterizas. Yo realmente no sé si eso debería de tranquilizarnos, ¿solo 3 meses de abasto garantizado por el agua en las presas? Reynosa, Matamoros, Acuña, Piedras Negras y otras nueve localidades fronterizas dependen ahora de la buena voluntad de Estados Unidos, o de que llegue un ciclón a dejarnos agua, y estamos hablando de 1.2 millones de habitantes al menos.

Esto permite a México cerrar este ciclo quinquenal sin entrar en un conflicto con nuestro poderoso vecino del norte, pero no ha resuelto de fondo el problema.

El Tratado de 1944 establece los volúmenes que debemos entregar a Estados Unidos en total durante cinco años, en el balance promedio, México debe entregarle casi 432 millones de metros cúbicos de agua al año a Estados Unidos del río Bravo a través de las presas La Amistad en Coahuila y Falcón en Tamaulipas. En contraparte, Estados Unidos debe entregarle 1 mil 850 millones de metros cúbicos anuales de agua a México del río Colorado de la Presa Imperial en California.

Es decir, México recibe cuatro veces más agua de la que entrega a Estados Unidos, y además, el Tratado permite a México la flexibilidad de pagar en quinquenios y si se retrasa en uno puede pagar al siguiente, mientras que el país vecino tiene una fecha de pago establecida de manera anual. Es, en pocas palabras, un Tratado favorable a nuestro país.

Pero, de conformidad con lo estipulado en el Tratado y en el Acta 234 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), México no puede incurrir en adeudos por dos quinquenios consecutivos. El ciclo 34, que concluyó en octubre de 2015, cerró con un déficit de 324.7 millones de metros cúbicos. Si bien este adeudo fue cubierto en el ciclo actual, el ciclo 35, arrastró ese adeudo y este ciclo no podía cerrar con adeudos por parte de México.

Así ha ocurrido en los últimos quinquenios. Con excepción de uno, en los últimos cinco, México no ha podido cumplir con su compromiso quinquenal, de manera que llega al último año del primer quinquenio con adeudo, y lo traslada al segundo, pero tampoco puede cumplir hasta que llega el último año y hemos tenido que recurrir a negociar con ellos medios alternativos para pagar el adeudo. La primera vez que lo recuerdo fue durante del sexenio del presidente Vicente Fox (2005) y la segunda es esta ocasión.

Y las cosas no han cambiado, mientras no se corrijan seguiremos teniendo el déficit anual que se acumula hasta el año 10, en el que ya no podemos prorrogarlo mas. Ya se ha tensado mucho la relación con los agricultores de Chihuahua. Ellos defienden el agua que necesitan para sus cultivos, pero México no puede incumplir con el Tratado Internacional.

El Gobierno de México tiene que cumplir con el acuerdo internacional, sin afectar el agua concesionada para los usuarios de Chihuahua, cuyos riegos agrícolas, actual y próximo, deben garantizar. No veo todavía cómo lo van a lograr.

Esta semana el Presidente anunció que se había llegado a un acuerdo con los Estados Unidos para entregarle el agua que estaba pendiente para cumplir con el Tratado de 1944.

Esto evita un conflicto internacional y una posible sanción, represalia o intento de renegociación de un tratado que sin duda es benéfico para nuestro país.

Sin embargo, no todo está resuelto, el agua se entregará de las Presas Internacionales La Amistad y Falcón, y será parte del agua que se tenía reservada para el abastecimiento de 13 ciudades fronterizas, 10 en Tamaulipas y 3 en Coahuila.

La Directora General de la CONAGUA trató de tranquilizar a todos explicando que el agua potable para las 13 ciudades está garantizada por unos 2.5 o 3 meses y que en caso de que falte agua Estados Unidos se comprometió a prestarnos agua para el abasto de las ciudades fronterizas. Yo realmente no sé si eso debería de tranquilizarnos, ¿solo 3 meses de abasto garantizado por el agua en las presas? Reynosa, Matamoros, Acuña, Piedras Negras y otras nueve localidades fronterizas dependen ahora de la buena voluntad de Estados Unidos, o de que llegue un ciclón a dejarnos agua, y estamos hablando de 1.2 millones de habitantes al menos.

Esto permite a México cerrar este ciclo quinquenal sin entrar en un conflicto con nuestro poderoso vecino del norte, pero no ha resuelto de fondo el problema.

El Tratado de 1944 establece los volúmenes que debemos entregar a Estados Unidos en total durante cinco años, en el balance promedio, México debe entregarle casi 432 millones de metros cúbicos de agua al año a Estados Unidos del río Bravo a través de las presas La Amistad en Coahuila y Falcón en Tamaulipas. En contraparte, Estados Unidos debe entregarle 1 mil 850 millones de metros cúbicos anuales de agua a México del río Colorado de la Presa Imperial en California.

Es decir, México recibe cuatro veces más agua de la que entrega a Estados Unidos, y además, el Tratado permite a México la flexibilidad de pagar en quinquenios y si se retrasa en uno puede pagar al siguiente, mientras que el país vecino tiene una fecha de pago establecida de manera anual. Es, en pocas palabras, un Tratado favorable a nuestro país.

Pero, de conformidad con lo estipulado en el Tratado y en el Acta 234 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), México no puede incurrir en adeudos por dos quinquenios consecutivos. El ciclo 34, que concluyó en octubre de 2015, cerró con un déficit de 324.7 millones de metros cúbicos. Si bien este adeudo fue cubierto en el ciclo actual, el ciclo 35, arrastró ese adeudo y este ciclo no podía cerrar con adeudos por parte de México.

Así ha ocurrido en los últimos quinquenios. Con excepción de uno, en los últimos cinco, México no ha podido cumplir con su compromiso quinquenal, de manera que llega al último año del primer quinquenio con adeudo, y lo traslada al segundo, pero tampoco puede cumplir hasta que llega el último año y hemos tenido que recurrir a negociar con ellos medios alternativos para pagar el adeudo. La primera vez que lo recuerdo fue durante del sexenio del presidente Vicente Fox (2005) y la segunda es esta ocasión.

Y las cosas no han cambiado, mientras no se corrijan seguiremos teniendo el déficit anual que se acumula hasta el año 10, en el que ya no podemos prorrogarlo mas. Ya se ha tensado mucho la relación con los agricultores de Chihuahua. Ellos defienden el agua que necesitan para sus cultivos, pero México no puede incumplir con el Tratado Internacional.

El Gobierno de México tiene que cumplir con el acuerdo internacional, sin afectar el agua concesionada para los usuarios de Chihuahua, cuyos riegos agrícolas, actual y próximo, deben garantizar. No veo todavía cómo lo van a lograr.