/ martes 17 de septiembre de 2019

Noche de fiesta

Ciudad de México, 15 Septiembre de 2019, 209 aniversario del inicio de la lucha de independentista, la tarde avanzaba y la plancha del zócalo lucia llena esperando el arribo del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en lo que sería su primera participación en el tradicional “grito” de independencia.

La Ceremonia definitivamente rompió con usos y costumbres presidenciales, la austeridad se vio reflejada desde la sobria vestimenta de Beatriz Gutiérrez Müeller, que lució elegante pero discreta, hasta la notoria ausencia del séquito acostumbrado en la pasarela presidencial, el mensaje era claro: la fiesta se encontraba afuera y los festejados también.

López Obrador, fiel a su costumbre de cambiar protocolos pasados, gritó 20 vivas usando un minuto medio, destacando a las comunidades indígenas y a la grandeza cultural de México, el momento fue de total conexión con los asistentes y para demostrarlo permaneció más tiempo del acostumbrado en el balcón principal, continuamente se escuchaba el grito popular, si se pudo, si se pudo y la pregunta que surgía fue ¿Qué es lo que se pudo? Era evidente que se referían a la llegada de AMLO al puesto más importante de la Nación, la base sigue siendo firme, la popularidad a tope, a la mayoría de los simpatizantes del tabasqueño no les importa que el crecimiento económico sea escaso, ven a un presidente incorruptible y lo defienden apasionadamente, cabe reconocer que López Obrador no le es indiferente a nadie, la mayoría que aún lo aprecia lo aprecia mucho y la minoría que lo desaprueba lo odia y descalifica en verdad.

A la tradicional arenga independentista acudieron aproximadamente 130 000 personas, la noche de fiesta comulgó perfectamente con la ideología del Presidente y su llamada 4T con momentos emotivos y tratando siempre de alejar el festejo de la Independencia de la parafernalia que se liga al poder, del clasismo que quedaba siempre plasmado con las lujosas cenas al interior de Palacio Nacional y que ahora parecen haber quedado atrás en un acto de congruencia y justicia.

La fiesta terminó, todo salió como seguramente López Obrador lo planeó, en el medio de la algarabía y los sentimientos patrióticos ha quedado claro que la aceptación presidencial sigue en puntos altos, pero la realidad no espera, 5 personas fueron asesinadas en un bar ubicado en el estado natal del mandatario, la inseguridad no cede y si las cosas continúan así podrían desviar el rumbo de la administración alejándola de los objetivos y el éxito prometidos en campaña.

El 15 de Septiembre, la noche del grito, solo ha sido un breve remanso, los pendientes siguen ahí y no han sido ni medianamente resueltos, la lucha contra la corrupción es el rubro en el que se visualizan más avances pero sin concretar aún un golpe con la contundencia suficiente que no deje lugar a dudas de que las reglas han cambiado y la impunidad forma parte del pasado.

209 años del inicio de una lucha que parece continuar hasta nuestro días, la paz y la justicia social continúa siendo una utopía, los héroes anónimos de los que habla y por los que clama el Presidente merecen ser homenajeados no solo en una arenga, también con logros palpables que traigan la paz y el bienestar por la que tantos lucharon y tantos trabajamos.


Twitter: @michelleonofre

Ciudad de México, 15 Septiembre de 2019, 209 aniversario del inicio de la lucha de independentista, la tarde avanzaba y la plancha del zócalo lucia llena esperando el arribo del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en lo que sería su primera participación en el tradicional “grito” de independencia.

La Ceremonia definitivamente rompió con usos y costumbres presidenciales, la austeridad se vio reflejada desde la sobria vestimenta de Beatriz Gutiérrez Müeller, que lució elegante pero discreta, hasta la notoria ausencia del séquito acostumbrado en la pasarela presidencial, el mensaje era claro: la fiesta se encontraba afuera y los festejados también.

López Obrador, fiel a su costumbre de cambiar protocolos pasados, gritó 20 vivas usando un minuto medio, destacando a las comunidades indígenas y a la grandeza cultural de México, el momento fue de total conexión con los asistentes y para demostrarlo permaneció más tiempo del acostumbrado en el balcón principal, continuamente se escuchaba el grito popular, si se pudo, si se pudo y la pregunta que surgía fue ¿Qué es lo que se pudo? Era evidente que se referían a la llegada de AMLO al puesto más importante de la Nación, la base sigue siendo firme, la popularidad a tope, a la mayoría de los simpatizantes del tabasqueño no les importa que el crecimiento económico sea escaso, ven a un presidente incorruptible y lo defienden apasionadamente, cabe reconocer que López Obrador no le es indiferente a nadie, la mayoría que aún lo aprecia lo aprecia mucho y la minoría que lo desaprueba lo odia y descalifica en verdad.

A la tradicional arenga independentista acudieron aproximadamente 130 000 personas, la noche de fiesta comulgó perfectamente con la ideología del Presidente y su llamada 4T con momentos emotivos y tratando siempre de alejar el festejo de la Independencia de la parafernalia que se liga al poder, del clasismo que quedaba siempre plasmado con las lujosas cenas al interior de Palacio Nacional y que ahora parecen haber quedado atrás en un acto de congruencia y justicia.

La fiesta terminó, todo salió como seguramente López Obrador lo planeó, en el medio de la algarabía y los sentimientos patrióticos ha quedado claro que la aceptación presidencial sigue en puntos altos, pero la realidad no espera, 5 personas fueron asesinadas en un bar ubicado en el estado natal del mandatario, la inseguridad no cede y si las cosas continúan así podrían desviar el rumbo de la administración alejándola de los objetivos y el éxito prometidos en campaña.

El 15 de Septiembre, la noche del grito, solo ha sido un breve remanso, los pendientes siguen ahí y no han sido ni medianamente resueltos, la lucha contra la corrupción es el rubro en el que se visualizan más avances pero sin concretar aún un golpe con la contundencia suficiente que no deje lugar a dudas de que las reglas han cambiado y la impunidad forma parte del pasado.

209 años del inicio de una lucha que parece continuar hasta nuestro días, la paz y la justicia social continúa siendo una utopía, los héroes anónimos de los que habla y por los que clama el Presidente merecen ser homenajeados no solo en una arenga, también con logros palpables que traigan la paz y el bienestar por la que tantos lucharon y tantos trabajamos.


Twitter: @michelleonofre

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