/ domingo 27 de septiembre de 2020

Nombres para Cuernavaca

Los candidatos suelen ser mucho más importantes que las estructuras partidistas, por lo menos eso era lo que habíamos aprendido en los años recientes cuando la crisis de los partidos aún no tocaba fondo y las figuras políticas aún eran personajes con la bastante seriedad para ser considerados líderes de masas. Fue precisamente la crisis de partidos que anuló prácticamente la formación de cuadros y que coincide con la formación del cinismo que hoy caracteriza a la mayoría de los electores. La consecuencia fue la postulación de casi cualquier cosa, siempre que fuera popular, actores, periodistas, cantantes, futbolistas, cuyas candidaturas fueron triunfadoras, pero su gestión política ha resultado profundamente cuestionada.

En víspera de las elecciones del 2021, los partidos políticos empiezan a buscar a quienes los puedan abanderar. La falta de cuadros contrasta con el exceso de partidos postulantes. Por lo menos habrá trece alternativas para cada posición que se postule y, frente a ese exceso de nombres, pocos de ellos con legitimidad suficiente entre los electores, el papel de las estructuras podría adquirir relevancia.

En el caso de Cuernavaca, por ejemplo, se apilan los nombres de aspirantes: Antonio Villalobos (que buscaría la reelección), Alejandra Flores, Alejandro Mojica, Raúl Iragorri (sólo por Morena); Jorge Argüelles, Gilberto Alcalá, Víctor Mercado, Alejandro Villarreal (por el grupo del gobernador); el PT iría en alianza con el alcalde Villalobos, pero en caso de no concretarse la candidatura a la reelección, buscaría alternativas para ir sólo; Daniel Martínez Terrazas o alguno de sus hermanos, Javier Bolaños Aguilar, Jesús Martínez Dorantes (por el PAN); Francisco Moreno Merino, Jorge Meade Ocaranza, (PRI); Rodrigo Gayosso, Julio Yáñez, (PRD); Javier Estrada (PVEM); y por el lado más ciudadano, Juan Pablo Rivera, Antonio Sandoval, José Luis Urióstegui (los tres abiertos a ser postulados por alguna coalición de partidos políticos); Matías Nazario (por el naciente MAS); Edgar Vargas, por la vía independiente; y aún nos faltarían aspirantes de siete partidos nuevos, de Nueva Alianza (que coquetea con la idea de ir sólo), del Humanista, Movimiento Ciudadano, PSD, que están facultados para ir en coalición con otros.

El hecho es que ninguno de estos nombres, por sí mismo, parece suficiente para construir una candidatura ganadora, lo mismo ocurre en el caso de las otras posiciones. Probablemente los nombres más atractivos al momento fueran los de Antonio Villalobos (finalmente ya es alcalde), Javier Bolaños y José Luis Urióstegui, suspirantes en camino a eternizarse; y Juan Pablo Rivera y Antonio Saldoval, que podrían resultar atractivos para casi cualquier partido político y en torno a quienes ya se plantea construir una coalición que sirva como alternativa a la fuerza indudable que Morena mantiene en la capital. De concretarse una postulación más ciudadana la batalla será de figura contra estructura, un duelo interesante que podría contribuir a resolver mucho sobre la importancia actual de las estructuras (el mayor bien de los partidos políticos).


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Los candidatos suelen ser mucho más importantes que las estructuras partidistas, por lo menos eso era lo que habíamos aprendido en los años recientes cuando la crisis de los partidos aún no tocaba fondo y las figuras políticas aún eran personajes con la bastante seriedad para ser considerados líderes de masas. Fue precisamente la crisis de partidos que anuló prácticamente la formación de cuadros y que coincide con la formación del cinismo que hoy caracteriza a la mayoría de los electores. La consecuencia fue la postulación de casi cualquier cosa, siempre que fuera popular, actores, periodistas, cantantes, futbolistas, cuyas candidaturas fueron triunfadoras, pero su gestión política ha resultado profundamente cuestionada.

En víspera de las elecciones del 2021, los partidos políticos empiezan a buscar a quienes los puedan abanderar. La falta de cuadros contrasta con el exceso de partidos postulantes. Por lo menos habrá trece alternativas para cada posición que se postule y, frente a ese exceso de nombres, pocos de ellos con legitimidad suficiente entre los electores, el papel de las estructuras podría adquirir relevancia.

En el caso de Cuernavaca, por ejemplo, se apilan los nombres de aspirantes: Antonio Villalobos (que buscaría la reelección), Alejandra Flores, Alejandro Mojica, Raúl Iragorri (sólo por Morena); Jorge Argüelles, Gilberto Alcalá, Víctor Mercado, Alejandro Villarreal (por el grupo del gobernador); el PT iría en alianza con el alcalde Villalobos, pero en caso de no concretarse la candidatura a la reelección, buscaría alternativas para ir sólo; Daniel Martínez Terrazas o alguno de sus hermanos, Javier Bolaños Aguilar, Jesús Martínez Dorantes (por el PAN); Francisco Moreno Merino, Jorge Meade Ocaranza, (PRI); Rodrigo Gayosso, Julio Yáñez, (PRD); Javier Estrada (PVEM); y por el lado más ciudadano, Juan Pablo Rivera, Antonio Sandoval, José Luis Urióstegui (los tres abiertos a ser postulados por alguna coalición de partidos políticos); Matías Nazario (por el naciente MAS); Edgar Vargas, por la vía independiente; y aún nos faltarían aspirantes de siete partidos nuevos, de Nueva Alianza (que coquetea con la idea de ir sólo), del Humanista, Movimiento Ciudadano, PSD, que están facultados para ir en coalición con otros.

El hecho es que ninguno de estos nombres, por sí mismo, parece suficiente para construir una candidatura ganadora, lo mismo ocurre en el caso de las otras posiciones. Probablemente los nombres más atractivos al momento fueran los de Antonio Villalobos (finalmente ya es alcalde), Javier Bolaños y José Luis Urióstegui, suspirantes en camino a eternizarse; y Juan Pablo Rivera y Antonio Saldoval, que podrían resultar atractivos para casi cualquier partido político y en torno a quienes ya se plantea construir una coalición que sirva como alternativa a la fuerza indudable que Morena mantiene en la capital. De concretarse una postulación más ciudadana la batalla será de figura contra estructura, un duelo interesante que podría contribuir a resolver mucho sobre la importancia actual de las estructuras (el mayor bien de los partidos políticos).


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx