Probablemente los morelenses tendríamos que estar más preocupados que alegres por la pérdida del registro nacional de los partidos Encuentro Social y Nueva Alianza. Las implicaciones que el fracaso nacional de ambas agrupaciones tendrán en la política local son amplias y podrían cambiar profundamente el escenario con la inclusión de nuevos actores y el reacomodo de los antiguos.
En el caso de Nueva Alianza, la debacle nacional presionará a las dirigencias de los estados en que mantuvo el registro, uno de ellos Morelos, pero resultará mucho más significativa en términos de la representación del magisterio nacional, y con ello de los comités locales. Los turquesas pudieron ser tabla de salvación para la dirigencia nacional del sindicato que los proyectó, armó e impulsó. El nuevo prestigio político de las huestes de Elba Esther Gordillo a través del apoyo a Andrés Manuel López Obrador, pone en jaque al SNTE de Juan Díaz de la Torre, que carece ahora de una representatividad política nacional para contrarrestar los seguros embates del gordillismo que han iniciado con una fuerza creciente. Sin un partido político nacional para negociar apoyos presentes y futuros, la dirigencia actual del SNTE queda en el desamparo absoluto y las puertas están abiertas para un relevo total en el sindicato, lo que recolocaría a muchos de esos que para Juan Díaz y sus fieles seguidores habían “equivocado el camino”. Entre otros, ya comienzan a reconocerse nuevamente los nombres de ex dirigentes como Ricardo Aldape y Víctor Benítez, pero también otros que aspiraron a dirigir al sindicato y fueron marginados de toda actividad política, como Leandro Vique, Felipe Castro, Felipe Domínguez, Paul Pliego, Oscar Vergara, Marcos Zavala, entre otros.
En Encuentro Social el asunto impactará una esfera aún más pública según se percibe. La derrota electoral nacional del partido de Hugo Eric Flores contrasta con el amplio triunfo que le dio en Morelos la figura de Cuauhtémoc Blanco, que le representó poco más del 10 por ciento de la votación para gobernador, y ya en la coalición, el triunfo de su más famoso militante. Hugo Eric Flores ha estado muy cercano a Cuernavaca en los últimos meses y ahora podría considerar hasta volverla su ciudad de trabajo, siempre que el equipo de Cuauhtémoc Blanco le pague los favores recibidos antes de la campaña, básicamente, el trabajo de negociación que se supone hizo Flores Cervantes para que Cuauhtémoc fuera nominado candidato a gobernador por el mismísimo Andrés Manuel López Obrador. La posibilidad, por cierto, es considerada por los del PES local como un punto de negociación con los morenos de Morelos que insisten en mantener a Antonio Villalobos como alcalde de Cuernavaca. La idea es que si los morenos no ceden en su pretensión por Cuernavaca, los pesistas buscarán impulsar a Hugo Eric Flores para sustituir a Rabindranath Salazar Solorio en la coordinación del gobierno federal en Morelos. Por lo pronto, no debe olvidarse que Hugo Eric Flores sólo libró la inhabilitación del servicio público hasta el 2020 en el 2007 por errores de proceso del órgano interno de control de Semarnat, de la que fue oficial mayor y se le destituyó por presunción de corrupción; ahora, el mismo sujeto podría incorporarse al gobierno en Morelos, ojalá haya cambiado.
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