/ miércoles 29 de diciembre de 2021

Participación ciudadana y democracia semidirecta: la revocación de mandato

Para cerrar este año 2021 y no variar, nuevamente vemos ese conflicto entre personajes del Instituto Nacional Electoral (INE) y el titular del Ejecutivo Federal, ahora sobre la Revocación de Mandato.

Como hemos observado a lo largo de estos tres años del gobierno encabezado por López Obrador, éste se ha visto ante la oposición no solo de los partidos que ya gobernaron el país, principalmente el PAN que tuvo 2 sexenios para hacer lo que hoy le exige al gobierno en turno: disminuir la inseguridad y crecer económicamente, y que como sabemos, sus políticas implementadas fueron de un corte neoliberal que debilitaron al Estado mexicano; así como ante determinados empresarios que hoy ven atenuados sus privilegios que tuvieron con los gobiernos panistas y priistas; y también con ciertas instituciones que fueron confeccionadas, estructuradas y restructuradas bajo los gobiernos neoliberales, como es el caso del INE.

Y es que la política de austeridad republicana ha causado conflicto con diversos actores políticos como es el caso de los consejeros del INE, y que ha sido su principal argumento, la falta de recursos económicos para hacer frente a sus actividades, y específicamente para llevar a cabo dos instrumentos de democracia indirecta: la consulta popular y la revocación de mandato.

Cabe señalar que la revocación de mandato es una figura implementada ya en el gobierno de la 4T que quedó plasmada en la fracción IX del artículo 35 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; sin embargo, se estructuró con elementos que dificultan su práctica, es decir, como es costumbre en la ingeniería constitucional mexicana de copiar otras figuras constitucionales y legales, asemejaron aspectos de la consulta popular (diseñada durante el gobierno de Peña Nieto) que implican que no se logre el objetivo de promover la democracia semidirecta mediante la participación ciudadana, pues la consulta se diseñó para no efectuarse mediante muchos candados jurídicos, y es lo que también detectamos ahora con la revocación de mandato resaltando que se necesita el 40% de las personas inscritas en la lista nominal de electores para que el proceso de revocación de mandato sea válido, y como vimos en la consulta popular, la participación fue muy poca para lo que se esperaba, alrededor del 8% de la lista nominal participó. Y en ese tenor, se prevé algo semejante.

Lo anterior se debe a que tanto la ciudadanía como los miembros que mueven las instituciones públicas como en el caso del mismo INE no tienen una cultura política lo suficientemente desarrollada para ver la importancia de impulsar la democracia semidirecta, pues recordemos que desde la misma Constitución Política se limitaba a una democracia representativa, la cual era muy conveniente para las clases gobernantes y dominantes, pues nuestra democracia se había estructurado para que los ciudadanos solo participaran en la elección de sus representantes y una vez que estos eran erigidos como autoridades, los ciudadanos perdían su subjetividad, siendo los asuntos públicos exclusividad de los gobernantes porque pobre de aquel ciudadano o grupo de ciudadanos que alzarán la voz, pues serían objeto de la maquinaria represiva del sistema político mexicano. Y bajo esta tesitura, la participación ciudadana y la cultura política eran inhibidas.

Y ahora que tenemos dispositivos de democracia semidirecta, tanto los partidos de oposición, ciudadanos prejuiciosos, así como la oligarquía mexicana, y determinados personajes que mueven a organismos constitucionalmente autónomos (ocas) minimizan dichos instrumentos de participación ciudadana, y en el caso de la revocación de mandato ya es objeto de una controversia constitucional en virtud de que los consejeros del INE, liderados por Córdova Vianello y Murayama Rendón, votaron para aplazar la revocación de mandato, por lo que ya está interviniendo la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el caso.

De tal forma que vemos aquí cómo dos estructuras de poder: un órgano constituido y un organismo constitucionalmente autónomo despliegan su fuerza en la arena pública, de acuerdo a su perspectiva democrática, demostrando que aún falta mucho para desarrollar la democracia que permita mayor interés de los ciudadanos para ser partícipes de los asuntos públicos, y que además se necesita fomentar la cultura política y hacer ajustes de ingeniería constitucional que permitan que los instrumentos de participación ciudadana sean más flexibles para no caer en controversias como las que estamos observando actualmente.

@jcarlosjaimes

Para cerrar este año 2021 y no variar, nuevamente vemos ese conflicto entre personajes del Instituto Nacional Electoral (INE) y el titular del Ejecutivo Federal, ahora sobre la Revocación de Mandato.

Como hemos observado a lo largo de estos tres años del gobierno encabezado por López Obrador, éste se ha visto ante la oposición no solo de los partidos que ya gobernaron el país, principalmente el PAN que tuvo 2 sexenios para hacer lo que hoy le exige al gobierno en turno: disminuir la inseguridad y crecer económicamente, y que como sabemos, sus políticas implementadas fueron de un corte neoliberal que debilitaron al Estado mexicano; así como ante determinados empresarios que hoy ven atenuados sus privilegios que tuvieron con los gobiernos panistas y priistas; y también con ciertas instituciones que fueron confeccionadas, estructuradas y restructuradas bajo los gobiernos neoliberales, como es el caso del INE.

Y es que la política de austeridad republicana ha causado conflicto con diversos actores políticos como es el caso de los consejeros del INE, y que ha sido su principal argumento, la falta de recursos económicos para hacer frente a sus actividades, y específicamente para llevar a cabo dos instrumentos de democracia indirecta: la consulta popular y la revocación de mandato.

Cabe señalar que la revocación de mandato es una figura implementada ya en el gobierno de la 4T que quedó plasmada en la fracción IX del artículo 35 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; sin embargo, se estructuró con elementos que dificultan su práctica, es decir, como es costumbre en la ingeniería constitucional mexicana de copiar otras figuras constitucionales y legales, asemejaron aspectos de la consulta popular (diseñada durante el gobierno de Peña Nieto) que implican que no se logre el objetivo de promover la democracia semidirecta mediante la participación ciudadana, pues la consulta se diseñó para no efectuarse mediante muchos candados jurídicos, y es lo que también detectamos ahora con la revocación de mandato resaltando que se necesita el 40% de las personas inscritas en la lista nominal de electores para que el proceso de revocación de mandato sea válido, y como vimos en la consulta popular, la participación fue muy poca para lo que se esperaba, alrededor del 8% de la lista nominal participó. Y en ese tenor, se prevé algo semejante.

Lo anterior se debe a que tanto la ciudadanía como los miembros que mueven las instituciones públicas como en el caso del mismo INE no tienen una cultura política lo suficientemente desarrollada para ver la importancia de impulsar la democracia semidirecta, pues recordemos que desde la misma Constitución Política se limitaba a una democracia representativa, la cual era muy conveniente para las clases gobernantes y dominantes, pues nuestra democracia se había estructurado para que los ciudadanos solo participaran en la elección de sus representantes y una vez que estos eran erigidos como autoridades, los ciudadanos perdían su subjetividad, siendo los asuntos públicos exclusividad de los gobernantes porque pobre de aquel ciudadano o grupo de ciudadanos que alzarán la voz, pues serían objeto de la maquinaria represiva del sistema político mexicano. Y bajo esta tesitura, la participación ciudadana y la cultura política eran inhibidas.

Y ahora que tenemos dispositivos de democracia semidirecta, tanto los partidos de oposición, ciudadanos prejuiciosos, así como la oligarquía mexicana, y determinados personajes que mueven a organismos constitucionalmente autónomos (ocas) minimizan dichos instrumentos de participación ciudadana, y en el caso de la revocación de mandato ya es objeto de una controversia constitucional en virtud de que los consejeros del INE, liderados por Córdova Vianello y Murayama Rendón, votaron para aplazar la revocación de mandato, por lo que ya está interviniendo la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el caso.

De tal forma que vemos aquí cómo dos estructuras de poder: un órgano constituido y un organismo constitucionalmente autónomo despliegan su fuerza en la arena pública, de acuerdo a su perspectiva democrática, demostrando que aún falta mucho para desarrollar la democracia que permita mayor interés de los ciudadanos para ser partícipes de los asuntos públicos, y que además se necesita fomentar la cultura política y hacer ajustes de ingeniería constitucional que permitan que los instrumentos de participación ciudadana sean más flexibles para no caer en controversias como las que estamos observando actualmente.

@jcarlosjaimes