/ lunes 7 de junio de 2021

Perdieron el ex gobernador, y el gobernador…

Las elecciones en Cuernavaca enfrentaron al candidato que la ciudadanía reconocía como el abanderado del gobernador, Cuauhtémoc Blanco Bravo, quien apoyó la postulación de Jorge Argüelles Victorero por la alianza Morena-PES-PNA; con el ex gobernador y ex alcalde de la ciudad, Sergio Estrada Cajigal Ramírez, quien fue postulado por el partido de nueva creación, Fuerza por México. Pese a que ambos parecían abanderados sólidos en la contienda, al paso de los días de la campaña cualquier viso de ventaja se fue diluyendo a favor de José Luis Urióstegui Salgado, el abanderado ciudadano de los partidos Acción Nacional y Social Demócrata.

Las virtudes del candidato ex independiente son de todos conocidas y su triunfo, según apuntan los números sería una combinación del reconocimiento que los electores han hecho de esas virtudes, pero también de la estrategia del voto útil, impulsada por él mismo y su equipo. Urióstegui, igual que muchos otros candidatos en el estado, aprovecharon la enorme inconformidad de los morelenses con el gobierno estatal para entregar sus votos a quienes representan alejarse de la inercia.

Cierto que los partidos del gobernador (Encuentro Social y Encuentro Solidario) apuntaban para lograr el triunfo en cinco alcaldías; pero también lo es que sumados sus votos, no alcanzaban el 6 por ciento de la votación total para ayuntamientos, y rayaban juntos el cinco por ciento en la elección de diputados.

De los candidatos que la gente identificaba directamente con el gobernador, Jorge Argüelles, Mirna Zavala, Moisés Agosto Ulloa, José Luis Galindo Cortez, Alfonso de Jesús Sotelo Martínez y Brenda Espinoza López, sólo ésta última ganó y más en una muestra de apoyo morelense al gobierno federal (será diputada ahora de mayoría por el Distrito 4), de hecho, probablemente le haya servido también que Encuentro Solidario, administrado en Morelos por Ulises Bravo, el hermano del gobernador, haya decidido postular en el distrito a Álvaro García Álvarez, quien no logró más del 2 por ciento de los votos.

Al gobernador se le seguirá complicando la relación con los alcaldes. Ninguno de los ganadores de la elección en los municipios más importantes del estado es particularmente cercano al Cuauhtémoc Blanco; pero mucho más difícil parece ser la relación con la nueva legislatura.

Ya lo habíamos anticipado, el próximo congreso incluirá nombres como Agustín Alonso, Luz Dary Quevedo, Francisco Sánchez Zavala, Tania Valentina Rodríguez, Alberto Sánchez Ortega, Ángel Adame Jiménez, Andrea Gordillo, adicionalmente, podría haber diputados plurimoninales de Morelos Progresa, Movimiento Alternativa Social, Redes Sociales Progresistas, y si su suerte cambia hasta Fuerza por México. Ninguno de ellos es especialmente fan de la forma en que se han conducido el gobernador y su gabinete.

Probablemente por ello, el mensaje del gobernador al final de la jornada electoral haya ido en un tono mucho más conciliador, llamando a “superar las diferencias” y a “trabajar en equipo”, debiera ser escuchado ya en un tono de reconocimiento de su mala relación con los actores políticos y las deficiencias de su ejercicio de gobierno.

Por lo pronto, los electores hablaron… y muy fuerte.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Las elecciones en Cuernavaca enfrentaron al candidato que la ciudadanía reconocía como el abanderado del gobernador, Cuauhtémoc Blanco Bravo, quien apoyó la postulación de Jorge Argüelles Victorero por la alianza Morena-PES-PNA; con el ex gobernador y ex alcalde de la ciudad, Sergio Estrada Cajigal Ramírez, quien fue postulado por el partido de nueva creación, Fuerza por México. Pese a que ambos parecían abanderados sólidos en la contienda, al paso de los días de la campaña cualquier viso de ventaja se fue diluyendo a favor de José Luis Urióstegui Salgado, el abanderado ciudadano de los partidos Acción Nacional y Social Demócrata.

Las virtudes del candidato ex independiente son de todos conocidas y su triunfo, según apuntan los números sería una combinación del reconocimiento que los electores han hecho de esas virtudes, pero también de la estrategia del voto útil, impulsada por él mismo y su equipo. Urióstegui, igual que muchos otros candidatos en el estado, aprovecharon la enorme inconformidad de los morelenses con el gobierno estatal para entregar sus votos a quienes representan alejarse de la inercia.

Cierto que los partidos del gobernador (Encuentro Social y Encuentro Solidario) apuntaban para lograr el triunfo en cinco alcaldías; pero también lo es que sumados sus votos, no alcanzaban el 6 por ciento de la votación total para ayuntamientos, y rayaban juntos el cinco por ciento en la elección de diputados.

De los candidatos que la gente identificaba directamente con el gobernador, Jorge Argüelles, Mirna Zavala, Moisés Agosto Ulloa, José Luis Galindo Cortez, Alfonso de Jesús Sotelo Martínez y Brenda Espinoza López, sólo ésta última ganó y más en una muestra de apoyo morelense al gobierno federal (será diputada ahora de mayoría por el Distrito 4), de hecho, probablemente le haya servido también que Encuentro Solidario, administrado en Morelos por Ulises Bravo, el hermano del gobernador, haya decidido postular en el distrito a Álvaro García Álvarez, quien no logró más del 2 por ciento de los votos.

Al gobernador se le seguirá complicando la relación con los alcaldes. Ninguno de los ganadores de la elección en los municipios más importantes del estado es particularmente cercano al Cuauhtémoc Blanco; pero mucho más difícil parece ser la relación con la nueva legislatura.

Ya lo habíamos anticipado, el próximo congreso incluirá nombres como Agustín Alonso, Luz Dary Quevedo, Francisco Sánchez Zavala, Tania Valentina Rodríguez, Alberto Sánchez Ortega, Ángel Adame Jiménez, Andrea Gordillo, adicionalmente, podría haber diputados plurimoninales de Morelos Progresa, Movimiento Alternativa Social, Redes Sociales Progresistas, y si su suerte cambia hasta Fuerza por México. Ninguno de ellos es especialmente fan de la forma en que se han conducido el gobernador y su gabinete.

Probablemente por ello, el mensaje del gobernador al final de la jornada electoral haya ido en un tono mucho más conciliador, llamando a “superar las diferencias” y a “trabajar en equipo”, debiera ser escuchado ya en un tono de reconocimiento de su mala relación con los actores políticos y las deficiencias de su ejercicio de gobierno.

Por lo pronto, los electores hablaron… y muy fuerte.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx