/ sábado 7 de noviembre de 2020

¿Por qué se inunda Tabasco?

En redes sociales y noticieros circulan imágenes de las inundaciones provocadas en el estado de Tabasco.

El Gobernador de ese estado ha salido a decir que presentará denuncias contra la CFE por inundar a varias localidades al ordenar el desfogue de la presa Peñitas, para que indemnice a la población. El Presidente de la República ha salido en defensa de la CFE y dice que no ha sido responsabilidad de ellos, que quizá en el primer desfogue si hubo un error de cálculo pero en el resto no. A la CONAGUA ni la mencionan, y tampoco sale a aclarar nada, aunque la decisión de desfogar una presa se toma en el Comité de Grandes Presas que preside.

¿Por qué se inunda Tabasco?

Hay cuatro razones que se combinan: una es la fisiografía de la zona, la segunda son las lluvias intensas que se han presentado este año, la tercera es la modificación que se ha hecho a lo largo de los siglos del sistema hidrológico de la planicie tabasqueña y la cuarta son las decisiones de operación del sistema de presas del Grijalva-Usumacinta. Trataré de abordar brevemente las dos primeras, las otras dos las comentaré en mi siguiente entrega.

Primero, Tabasco es en gran parte de su territorio una enorme llanura, es una gran planicie baja, que se inunda fácilmente, no hay zonas altas a donde no llegue el agua cuando los ríos crecen, por eso ante las crecientes son afectados miles de kilómetros cuadrados de territorio, y miles de personas. Según las autoridades de Protección Civil, las lluvias han afectado a 123 comunidades en ocho municipios, entre los que se encuentran Cárdenas y Centro (donde se ubica la capital Villahermosa), se estima que hay mas de 77 mil afectados.

Segundo, la planicie tabasqueña, por su ubicación en la zona tropical, su cercanía al Golfo de México y la carencia de elevaciones con relación al nivel medio del mar, tiene un clima cálido con temperaturas elevadas y con influencia marítima. Su precipitación media anual es de más del triple del promedio nacional, asciende a 2,550 mm cuando el promedio nacional es de 740 mm.

Y además, en los últimos meses hemos visto lluvias en extremo intensas. Ya en mis columnas pasadas he comentado que este año se han presentado más ciclones de lo normal. Con la formación de la tormenta tropical Wilfred, se agotó la lista de 21 nombres para la cuenca del Atlántico que genera la Organización Meteorológica Mundial, por ello, para nombrar a los ciclones subsecuentes ya se recurrió a siete letras del alfabeto griego (Alfa, Beta, Gamma, Delta, Épsilón, Zeta y Eta).

La última vez que ocurrió algo similar fué en la temporada de 2005 (considerada la más activa hasta ahora registrada), cuando se presentaron 30 ciclones por el Pacífico y se utilizaron los nombres de las letras Alfa, Beta, Gamma, Delta, Épsilon y Zeta para identificar los últimos ciclones.

Pero en 2005 la lista se agotó el 17 de octubre, cuando se formó la tormenta tropical Wilma, y las letras del alfabeto griego se empezaron a asignar el 22 del mismo mes. En esta ocasión, siendo apenas el 18 de septiembre de 2020, se utilizaron el último nombre de la lista formal y el primero y el segundo del alfabeto griego. Llevamos 28 ciclones por el Atlántico, y la temporada termina hasta fines de noviembre.

Ya es tarde para evitar inundaciones, pero hay que tomar decisiones para evitar afectaciones mayores, decisiones inteligentes. En estos casos, como en muchos otros, elegir a un funcionario por su lealtad, más que por su capacidad, daña a miles de personas.

En redes sociales y noticieros circulan imágenes de las inundaciones provocadas en el estado de Tabasco.

El Gobernador de ese estado ha salido a decir que presentará denuncias contra la CFE por inundar a varias localidades al ordenar el desfogue de la presa Peñitas, para que indemnice a la población. El Presidente de la República ha salido en defensa de la CFE y dice que no ha sido responsabilidad de ellos, que quizá en el primer desfogue si hubo un error de cálculo pero en el resto no. A la CONAGUA ni la mencionan, y tampoco sale a aclarar nada, aunque la decisión de desfogar una presa se toma en el Comité de Grandes Presas que preside.

¿Por qué se inunda Tabasco?

Hay cuatro razones que se combinan: una es la fisiografía de la zona, la segunda son las lluvias intensas que se han presentado este año, la tercera es la modificación que se ha hecho a lo largo de los siglos del sistema hidrológico de la planicie tabasqueña y la cuarta son las decisiones de operación del sistema de presas del Grijalva-Usumacinta. Trataré de abordar brevemente las dos primeras, las otras dos las comentaré en mi siguiente entrega.

Primero, Tabasco es en gran parte de su territorio una enorme llanura, es una gran planicie baja, que se inunda fácilmente, no hay zonas altas a donde no llegue el agua cuando los ríos crecen, por eso ante las crecientes son afectados miles de kilómetros cuadrados de territorio, y miles de personas. Según las autoridades de Protección Civil, las lluvias han afectado a 123 comunidades en ocho municipios, entre los que se encuentran Cárdenas y Centro (donde se ubica la capital Villahermosa), se estima que hay mas de 77 mil afectados.

Segundo, la planicie tabasqueña, por su ubicación en la zona tropical, su cercanía al Golfo de México y la carencia de elevaciones con relación al nivel medio del mar, tiene un clima cálido con temperaturas elevadas y con influencia marítima. Su precipitación media anual es de más del triple del promedio nacional, asciende a 2,550 mm cuando el promedio nacional es de 740 mm.

Y además, en los últimos meses hemos visto lluvias en extremo intensas. Ya en mis columnas pasadas he comentado que este año se han presentado más ciclones de lo normal. Con la formación de la tormenta tropical Wilfred, se agotó la lista de 21 nombres para la cuenca del Atlántico que genera la Organización Meteorológica Mundial, por ello, para nombrar a los ciclones subsecuentes ya se recurrió a siete letras del alfabeto griego (Alfa, Beta, Gamma, Delta, Épsilón, Zeta y Eta).

La última vez que ocurrió algo similar fué en la temporada de 2005 (considerada la más activa hasta ahora registrada), cuando se presentaron 30 ciclones por el Pacífico y se utilizaron los nombres de las letras Alfa, Beta, Gamma, Delta, Épsilon y Zeta para identificar los últimos ciclones.

Pero en 2005 la lista se agotó el 17 de octubre, cuando se formó la tormenta tropical Wilma, y las letras del alfabeto griego se empezaron a asignar el 22 del mismo mes. En esta ocasión, siendo apenas el 18 de septiembre de 2020, se utilizaron el último nombre de la lista formal y el primero y el segundo del alfabeto griego. Llevamos 28 ciclones por el Atlántico, y la temporada termina hasta fines de noviembre.

Ya es tarde para evitar inundaciones, pero hay que tomar decisiones para evitar afectaciones mayores, decisiones inteligentes. En estos casos, como en muchos otros, elegir a un funcionario por su lealtad, más que por su capacidad, daña a miles de personas.