/ domingo 28 de febrero de 2021

Posibles escenarios para el control de la pandemia

No es posible predecir el futuro, sin embargo, lo que sí podemos hacer es proyectar cómo serán las condiciones de la crisis sanitaria por COVID-19 con base en el conocimiento de la historia natural de las pandemias.

La tan anhelada erradicación de la enfermedad depende de la inmunidad de rebaño la cual puede ser alcanzada naturalmente por la exposición al virus o artificialmente por la aplicación de vacunas.

Un ejemplo de erradicación natural de una epidemia es la enfermedad conocida como sudor inglés que asoló europa en el siglo XV y que despúes de cinco brotes desapareció de manera espontánea 70 años después de su primera aparición. Por otro lado, un ejemplo de erradicación artificial es la viruela, la enfermedad viral más devastadora de la historia, que tras tres mil años de circulación desapareció en solo 14 años gracias a al desarrollo de una vacuna.

Los factores críticos para alcanzar H que representa el umbral para la inmunidad de rebaño son Ro que es el número de reproducción para el virus en ausencia de restricciones y E que es la eficacia promedio de la vacuna. Las matemáticas nos ayudan a valorar cómo interaccionan estos factores y de esta forma a proyectar diferentes escenarios.

El número de reproducción para el virus SARS-CoV-2 en ausencia de restricciones tiene un valor de 3, es decir, cada persona infectada va a contagiar a otras tres personas. Por otro lado, la eficacia promedio de las vacunas la cual ronda actualmente alrededor del 79%.

Con estos datos, podemos proyectar que la inmunidad de rebaño se alcanzará cuando el 84% de la población haya sido vacunada. Eso en México corresponde a 107 millones de personas. Tomando en cuenta el dato oficial más reciente que reporta la aplicación diaria de 112 mil vacunas, alcanzaremos la inmunidad de rebaño en dos años y siete meses.

Es importante entender es que estos factores no interaccionan de manera lineal, es decir, que duplicar o reducir uno de ellos en cierto porcentaje no implica que el umbral de la inmunidad de rebaño responda proporcionalmente. Por ejemplo, si reducimos la eficacia promedio de la vacuna de 79 a 77%, el umbral para la inmunidad de rebaño se eleva al 87% prolongando en 5 semanas el tiempo requerido para alcanzarla.

Afortunadamente, podemos elevar la eficacia promedio de la vacuna si se privilegia la aplicación de aquellas marcas con alta protección como son las de Moderna o Pfizer y también podemos reducir el tiempo si se incrementa el número de personas vacunadas por día.

Por otro lado, la aparición de nuevas variantes más contagiosas del virus puede generar un verdadero reto a los sistemas de salud ya que este parámetro no puede ser controlado tan facilmente.

Conservando una eficacia promedio de la vacuna de 77% podemos proyectar que un incremento de una unidad en el número de reproducción del virus, es decir, que una persona infectada con una de las nuevas variantes del virus contagie a 4 personas en lugar de 3, el umbral para la inmunidad de rebaño se elevará a 97%, extendiendo el tiempo requerido para alcanzarla en 4 meses y medio.

La rápida progresión de las nuevas variantes, producto del esparcimiento descontrolado del contagio, debiera prender un foco rojo en la gestión de la pandemia. No hay que olvidar que esta enfermedad no es una gripe, ni siquiera una influenza, es una enfermedad grave con manifestaciones tan diversas que hace muy difícil su tratamiento. Tampoco olvidemos que no existen medicamentos que controlen la infección una vez adquirida.

Pueden pasar años antes de que se controle la pandemia en nuestro país, mientras esto ocurre lo más importante es evitar contagiarnos y para ello nuestra única arma es reforzar las medidas preventivas. Uso obligatorio de cubrebocas, higiene de manos y superficies distancia social y evitar permanecer con otras personas en espacios cerrados o concurridos.


Información adicional de éste y otros temas de interés visiten:

http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

https://www.facebook.com/BValderramaB/

No es posible predecir el futuro, sin embargo, lo que sí podemos hacer es proyectar cómo serán las condiciones de la crisis sanitaria por COVID-19 con base en el conocimiento de la historia natural de las pandemias.

La tan anhelada erradicación de la enfermedad depende de la inmunidad de rebaño la cual puede ser alcanzada naturalmente por la exposición al virus o artificialmente por la aplicación de vacunas.

Un ejemplo de erradicación natural de una epidemia es la enfermedad conocida como sudor inglés que asoló europa en el siglo XV y que despúes de cinco brotes desapareció de manera espontánea 70 años después de su primera aparición. Por otro lado, un ejemplo de erradicación artificial es la viruela, la enfermedad viral más devastadora de la historia, que tras tres mil años de circulación desapareció en solo 14 años gracias a al desarrollo de una vacuna.

Los factores críticos para alcanzar H que representa el umbral para la inmunidad de rebaño son Ro que es el número de reproducción para el virus en ausencia de restricciones y E que es la eficacia promedio de la vacuna. Las matemáticas nos ayudan a valorar cómo interaccionan estos factores y de esta forma a proyectar diferentes escenarios.

El número de reproducción para el virus SARS-CoV-2 en ausencia de restricciones tiene un valor de 3, es decir, cada persona infectada va a contagiar a otras tres personas. Por otro lado, la eficacia promedio de las vacunas la cual ronda actualmente alrededor del 79%.

Con estos datos, podemos proyectar que la inmunidad de rebaño se alcanzará cuando el 84% de la población haya sido vacunada. Eso en México corresponde a 107 millones de personas. Tomando en cuenta el dato oficial más reciente que reporta la aplicación diaria de 112 mil vacunas, alcanzaremos la inmunidad de rebaño en dos años y siete meses.

Es importante entender es que estos factores no interaccionan de manera lineal, es decir, que duplicar o reducir uno de ellos en cierto porcentaje no implica que el umbral de la inmunidad de rebaño responda proporcionalmente. Por ejemplo, si reducimos la eficacia promedio de la vacuna de 79 a 77%, el umbral para la inmunidad de rebaño se eleva al 87% prolongando en 5 semanas el tiempo requerido para alcanzarla.

Afortunadamente, podemos elevar la eficacia promedio de la vacuna si se privilegia la aplicación de aquellas marcas con alta protección como son las de Moderna o Pfizer y también podemos reducir el tiempo si se incrementa el número de personas vacunadas por día.

Por otro lado, la aparición de nuevas variantes más contagiosas del virus puede generar un verdadero reto a los sistemas de salud ya que este parámetro no puede ser controlado tan facilmente.

Conservando una eficacia promedio de la vacuna de 77% podemos proyectar que un incremento de una unidad en el número de reproducción del virus, es decir, que una persona infectada con una de las nuevas variantes del virus contagie a 4 personas en lugar de 3, el umbral para la inmunidad de rebaño se elevará a 97%, extendiendo el tiempo requerido para alcanzarla en 4 meses y medio.

La rápida progresión de las nuevas variantes, producto del esparcimiento descontrolado del contagio, debiera prender un foco rojo en la gestión de la pandemia. No hay que olvidar que esta enfermedad no es una gripe, ni siquiera una influenza, es una enfermedad grave con manifestaciones tan diversas que hace muy difícil su tratamiento. Tampoco olvidemos que no existen medicamentos que controlen la infección una vez adquirida.

Pueden pasar años antes de que se controle la pandemia en nuestro país, mientras esto ocurre lo más importante es evitar contagiarnos y para ello nuestra única arma es reforzar las medidas preventivas. Uso obligatorio de cubrebocas, higiene de manos y superficies distancia social y evitar permanecer con otras personas en espacios cerrados o concurridos.


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