/ martes 9 de agosto de 2022

Hablando de corcholatas y traiciones

En un escenario inédito de una administración atípica nos fue recetada una temprana carrera hacia la sucesión presidencial, esta vorágine política provoca que los tiempos se reduzcan desde cualquier ángulo y ante la percepción general, las elecciones ordinarias de 2023 ocupan desde hace meses un gran porcentaje de los espacios de opinión.

Andrés Manuel López Obrador siempre ha sido un político de probada habilidad para hacer campaña, en él aplica el refrán que dice “el que pega primero pega dos veces, lo anterior potenciado desde luego ya que normalmente pega dos, tres y hasta cuatro veces sin respuesta del bloque opositor, de esa manera destapó varias de sus corcholatas con aspiraciones a sucederlo en el máximo puesto político de la federación.

Pero antes de que ese relevo ocurra, es necesario librar la madre de todas las batallas en la entidad con el mayor número de votantes en el territorio nacional, el Estado de México, el último bastión priista con una lista nominal de casi 13 millones de votantes, representa el 14% del padrón electoral a nivel nacional y si a eso agregamos que la tasa de participación electoral se encuentra normalmente entre las 3 más altas de nuestro país, resulta claro lo que significa la contienda por venir.

La coalición va por México se juega todo el próximo año con miras a 2024, saben que si la entidad colindante con la CDMX se pierde la suerte estará echada, en Morena fieles a su forma de operar han puesto rápidamente al frente a su candidata, la maestra Delfina Gómez quién se quedó en la orilla para ocupar esa gubernatura en 2017 en una polémica y accidentada jornada, este destape se veía venir y todos parecen haber cerrado filas en torno a la elegida.

Lo que debió dejar atónitos a propios y extraños es la unción del candidato panista para las elecciones de 2023, Marko Cortés Mendoza ha destapado a su “corcholata” para el EDOMEX, se trata del ex alcalde de Huixquilucan Enrique Vargas del Villar, ya desde hace algunos meses el líder del blanquiazul mencionaba no saber si Acción Nacional iría en coalición pero ya se jactaba de haberse decidido por Vargas del Villar, una jugada muy arriesgada si lo anterior significa la disolución de la alianza en el Estado de México.

En la dinámica política que hoy vivimos no existe mucho tiempo para el aprendizaje, a menos que la postura panista sea una especie de plan maquiavélico para amarrar la unión con sus homólogos no se aprecia una correcta lectura de la realidad, como si el laboratorio de las elecciones en Nuevo León no hubieran ayudado a enriquecer experiencia, en esa ocasión la falta de entendimiento entre el PRI y el PAN abrió la puerta a la victoria de Samuel García, parece ser que en esta ocasión el regalo se envuelve para Delfina Gómez, solo falta el moño.

Muchos explican y creen en un distanciamiento ocasionado por los escándalos en los que se ha visto involucrado Alejandro Moreno Cárdenas líder del Revolucionario Institucional, pero la verdad es que Marko Cortés ya ha dado muestra de seguir sus propias líneas y de asumirse como dueño del balón en la alianza, el año pasado también dio su lista de suspirantes a la presidencia y en ese listado no había nadie que no tuviera origen blanquiazul, caras muy conocidas, nada nuevo pero todos panistas.

Sin embargo en esta ocasión el panorama es harto complicado, Acción Nacional y su líder parecen apostar su resto a una sola carta, deliberadamente o no, parece ser que siguen sin entender y mucho menos aprender, al tener el PRI a sus propias alternativas en los nombres de la Diputada Ana Lilia Herrera o en Alejandra del Moral, Secretaria de Desarrollo de la administración de Alfredo del Mazo la alianza parece ser que no tendrá efectos en el Estado de México.

Según las últimas mediciones, Morena posee en solitario el 38% de la intención del voto mexiquense, más del doble de lo que tienen en lo individual el PRI y el PAN con todo y el histórico capital de operación del grupo Atlacomulco en la entidad, si la alianza entre Morena-PT-Verde Ecologista se lleva a cabo como es de esperarse la cifra de intención sube a casi el 50%, el resultado resulta por la tanto inminente y la sucesión presidencial de 2024 se definirá en 2023 en “el partido de ida”.

Los jaloneos estás aún por llegar, Felipe Calderón el panista más priista se ha pronunciado ya en contra de los manejos de Marko Cortés, en un clima de traiciones el camino pudiera allanarse para que sea ahora el grupo Texcoco el que tome las riendas en el Estado de México.

Va por México debe reactivarse o ver sus posibilidades diluidas en la crónica de una muerte anunciada y prematura. Hay un dinosaurio al borde de la extinción y Alito lo sabe.


En un escenario inédito de una administración atípica nos fue recetada una temprana carrera hacia la sucesión presidencial, esta vorágine política provoca que los tiempos se reduzcan desde cualquier ángulo y ante la percepción general, las elecciones ordinarias de 2023 ocupan desde hace meses un gran porcentaje de los espacios de opinión.

Andrés Manuel López Obrador siempre ha sido un político de probada habilidad para hacer campaña, en él aplica el refrán que dice “el que pega primero pega dos veces, lo anterior potenciado desde luego ya que normalmente pega dos, tres y hasta cuatro veces sin respuesta del bloque opositor, de esa manera destapó varias de sus corcholatas con aspiraciones a sucederlo en el máximo puesto político de la federación.

Pero antes de que ese relevo ocurra, es necesario librar la madre de todas las batallas en la entidad con el mayor número de votantes en el territorio nacional, el Estado de México, el último bastión priista con una lista nominal de casi 13 millones de votantes, representa el 14% del padrón electoral a nivel nacional y si a eso agregamos que la tasa de participación electoral se encuentra normalmente entre las 3 más altas de nuestro país, resulta claro lo que significa la contienda por venir.

La coalición va por México se juega todo el próximo año con miras a 2024, saben que si la entidad colindante con la CDMX se pierde la suerte estará echada, en Morena fieles a su forma de operar han puesto rápidamente al frente a su candidata, la maestra Delfina Gómez quién se quedó en la orilla para ocupar esa gubernatura en 2017 en una polémica y accidentada jornada, este destape se veía venir y todos parecen haber cerrado filas en torno a la elegida.

Lo que debió dejar atónitos a propios y extraños es la unción del candidato panista para las elecciones de 2023, Marko Cortés Mendoza ha destapado a su “corcholata” para el EDOMEX, se trata del ex alcalde de Huixquilucan Enrique Vargas del Villar, ya desde hace algunos meses el líder del blanquiazul mencionaba no saber si Acción Nacional iría en coalición pero ya se jactaba de haberse decidido por Vargas del Villar, una jugada muy arriesgada si lo anterior significa la disolución de la alianza en el Estado de México.

En la dinámica política que hoy vivimos no existe mucho tiempo para el aprendizaje, a menos que la postura panista sea una especie de plan maquiavélico para amarrar la unión con sus homólogos no se aprecia una correcta lectura de la realidad, como si el laboratorio de las elecciones en Nuevo León no hubieran ayudado a enriquecer experiencia, en esa ocasión la falta de entendimiento entre el PRI y el PAN abrió la puerta a la victoria de Samuel García, parece ser que en esta ocasión el regalo se envuelve para Delfina Gómez, solo falta el moño.

Muchos explican y creen en un distanciamiento ocasionado por los escándalos en los que se ha visto involucrado Alejandro Moreno Cárdenas líder del Revolucionario Institucional, pero la verdad es que Marko Cortés ya ha dado muestra de seguir sus propias líneas y de asumirse como dueño del balón en la alianza, el año pasado también dio su lista de suspirantes a la presidencia y en ese listado no había nadie que no tuviera origen blanquiazul, caras muy conocidas, nada nuevo pero todos panistas.

Sin embargo en esta ocasión el panorama es harto complicado, Acción Nacional y su líder parecen apostar su resto a una sola carta, deliberadamente o no, parece ser que siguen sin entender y mucho menos aprender, al tener el PRI a sus propias alternativas en los nombres de la Diputada Ana Lilia Herrera o en Alejandra del Moral, Secretaria de Desarrollo de la administración de Alfredo del Mazo la alianza parece ser que no tendrá efectos en el Estado de México.

Según las últimas mediciones, Morena posee en solitario el 38% de la intención del voto mexiquense, más del doble de lo que tienen en lo individual el PRI y el PAN con todo y el histórico capital de operación del grupo Atlacomulco en la entidad, si la alianza entre Morena-PT-Verde Ecologista se lleva a cabo como es de esperarse la cifra de intención sube a casi el 50%, el resultado resulta por la tanto inminente y la sucesión presidencial de 2024 se definirá en 2023 en “el partido de ida”.

Los jaloneos estás aún por llegar, Felipe Calderón el panista más priista se ha pronunciado ya en contra de los manejos de Marko Cortés, en un clima de traiciones el camino pudiera allanarse para que sea ahora el grupo Texcoco el que tome las riendas en el Estado de México.

Va por México debe reactivarse o ver sus posibilidades diluidas en la crónica de una muerte anunciada y prematura. Hay un dinosaurio al borde de la extinción y Alito lo sabe.