/ jueves 5 de marzo de 2020

¿Quién es la verdadera oposición de AMLO?

Esta semana El Reforma publicó su encuesta sobre la aprobación de AMLO y dio lugar a múltiples reacciones y por supuesto reflexiones. Lo evidente de esta nueva medición es la persistente caída y cuya tendencia no parece detenerse.

Lo que publicó este diario también es consistente si la comparamos con la reciente medición de Buendía y Laredo: las personas que aprueban están dejando de hacerlo y quienes lo reprueban aumentan. A pesar de mantenerse en un 62 por ciento de aprobación, hay que considerar que en febrero de 2019 se encontraba en 85 por ciento.

¿Qué ha causado esta caída? Evidentemente no fue por la oposición. No son los partidos ni los líderes de opinión que enfrenta AMLO, tampoco “los conservadores” como él les llama a los empresarios. Lo que en mi parecer explica la caída de la aceptación es que el Presidente se ha enfrentado a la realidad.

En la realidad la que se opone todos los días a AMLO y es su forma de interpretarla lo que ha causado desilusiones, enojos y hasta confirmaciones de sus “adversarios”. Una realidad a la que se niega reconocer como es la violencia de género, en otros casos olvidar o menospreciar como son los migrantes, y así una larga lista de temas. Esa es la mayor y verdadera oposición.

El problema es que se siguen cometiendo errores a corto plazo, en cada paso, lo que hace alejarlo de las promesas y esperanzas depositadas en él. Y a pesar de los errores, la respuesta institucional es tan burda que muchas veces da la impresión de ser una gran fachada de algo que sigue estando hueco.

AMLO no entiende que las causas sociales no es la entrega de programas sociales al más puro estilo paternalista y populista para que la gente esté bien, aunque se enoje en su natal Tabasco.

Está perdiendo la voz del hartazgo ciudadano ante la corrupción, el pacto de impunidad y el abandono institucional, porque lo esta reproduciendo con su propio sello como única diferencia.

La realidad está destruyendo la credibilidad de los gobernantes desde hace mucho tiempo, ya que sus acciones y reacciones desafortunadamente tienen consecuencias; aunque a veces pensemos que no pasa nada.

Lo que se encuentra detrás de la idea del “Estado Fallido” justamente es una serie de errores de las autoridades para escuchar las necesidades de las personas, atender y mejorar ¡su realidad!

Esta semana El Reforma publicó su encuesta sobre la aprobación de AMLO y dio lugar a múltiples reacciones y por supuesto reflexiones. Lo evidente de esta nueva medición es la persistente caída y cuya tendencia no parece detenerse.

Lo que publicó este diario también es consistente si la comparamos con la reciente medición de Buendía y Laredo: las personas que aprueban están dejando de hacerlo y quienes lo reprueban aumentan. A pesar de mantenerse en un 62 por ciento de aprobación, hay que considerar que en febrero de 2019 se encontraba en 85 por ciento.

¿Qué ha causado esta caída? Evidentemente no fue por la oposición. No son los partidos ni los líderes de opinión que enfrenta AMLO, tampoco “los conservadores” como él les llama a los empresarios. Lo que en mi parecer explica la caída de la aceptación es que el Presidente se ha enfrentado a la realidad.

En la realidad la que se opone todos los días a AMLO y es su forma de interpretarla lo que ha causado desilusiones, enojos y hasta confirmaciones de sus “adversarios”. Una realidad a la que se niega reconocer como es la violencia de género, en otros casos olvidar o menospreciar como son los migrantes, y así una larga lista de temas. Esa es la mayor y verdadera oposición.

El problema es que se siguen cometiendo errores a corto plazo, en cada paso, lo que hace alejarlo de las promesas y esperanzas depositadas en él. Y a pesar de los errores, la respuesta institucional es tan burda que muchas veces da la impresión de ser una gran fachada de algo que sigue estando hueco.

AMLO no entiende que las causas sociales no es la entrega de programas sociales al más puro estilo paternalista y populista para que la gente esté bien, aunque se enoje en su natal Tabasco.

Está perdiendo la voz del hartazgo ciudadano ante la corrupción, el pacto de impunidad y el abandono institucional, porque lo esta reproduciendo con su propio sello como única diferencia.

La realidad está destruyendo la credibilidad de los gobernantes desde hace mucho tiempo, ya que sus acciones y reacciones desafortunadamente tienen consecuencias; aunque a veces pensemos que no pasa nada.

Lo que se encuentra detrás de la idea del “Estado Fallido” justamente es una serie de errores de las autoridades para escuchar las necesidades de las personas, atender y mejorar ¡su realidad!