/ domingo 21 de noviembre de 2021

Radiografía de una demolición

Una demolición es el conjunto de operaciones organizadas para destruir de forma parcial o total una estructura. Las estructuras pueden ser físicas, como edificios o fábricas, pero también pueden ser institucionales.

Las estructuras institucionales son entramados que se crean con la finalidad de dar servicios a la sociedad. En educación, por ejemplo, no son solamente los planteles escolares, sino que comprende instancias de toma de decisión como los Consejos Técnicos, los acuerdos de coordinación entre el gobierno federal y los estatales y municipales, los contratos colectivos de trabajo, la planeación para el crecimiento de la matrícula, el monitoreo de pertinencia de planes de estudio en función de las necesidades de los empleadores, el equilibrio entre los diferentes subsistemas de educación media y superior incluyendo las universidades autónomas, la regulación que otorga los permisos para planteles privados, los programas de incentivos y becas, el financiamiento a la investigación científica, y un largo etcétera.

Lo mismo ocurre en salud, en el cuidado del medio ambiente, en el aseguramiento de la alimentación, en el abasto de electricidad y en todas las actividades de interés social que caen dentro del ámbito de responsabilidad del Estado y que en ocasiones involucran a la iniciativa privada para su concreción.

Hace unas semanas tuve la oportunidad de presenciar el foro “Universidades Venezolanas: un caso de destrucción por diseño político” y desde entonces no he podido de dejar de pensar en lo importante que hubiera sido para los colegas venezolanos detectar las primeras señales de lo que resultó ser la demolición de su estructura institucional de educación superior e investigación.

Ahora se pueden identificar las etapas de la destrucción que afectaron principalmente a las universidades autónomas y que comenzaron con las reducciones presupuestales, la intromisión del gobierno en el nombramiento de funcionarios claves, la falta de condiciones para la elección democrática de autoridades, el desmantelamiento de los órganos colegiados, la orientación de la investigación a las prioridades del gobierno, la creación de sistemas universitarios paralelos que absorbieron la matrícula y de nuevos sindicatos alineados al gobierno que facilitaron la estigmatización de los académicos como grupos privilegiados y su eventual pauperización

Todo lo anterior fue minando la autonomía de gestión de las universidades así como reduciendo los espacios para el goce de libertades académicas como son las de cátedra, de investigación y de expresión, situaciones que se fueron polarizando hasta llegar a la represión y violación de derechos humanos de estudiantes y profesores y, en última instancia, a la destrucción de los espacios físicos.

Al final, lo que se perdió fue la oportunidad de los jóvenes venezolanos para estudiar en instituciones con libertad de cátedra y programas de calidad; el liderazgo regional en publicaciones científicas, de ostentar el segundo lugar en el año 2000, ahora es el último y su productividad sigue en picada; la vinculación con el sector productivo; entre otros aspectos.

Una demolición requiere un alto grado de especialización, tanto por el tipo de equipos que se emplean, como por los operarios que realizan la labor de manipulación de la maquinaria y sus implementos. Es un error habitual pensar que cualquier operario con una excavadora puede realizar una demolición. No hacerlo bien puede resultar en un completo desastre con grandes costos sociales y económicos.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten:
Reivindicando a Plutón o Brenda Valderrama en Facebook

Una demolición es el conjunto de operaciones organizadas para destruir de forma parcial o total una estructura. Las estructuras pueden ser físicas, como edificios o fábricas, pero también pueden ser institucionales.

Las estructuras institucionales son entramados que se crean con la finalidad de dar servicios a la sociedad. En educación, por ejemplo, no son solamente los planteles escolares, sino que comprende instancias de toma de decisión como los Consejos Técnicos, los acuerdos de coordinación entre el gobierno federal y los estatales y municipales, los contratos colectivos de trabajo, la planeación para el crecimiento de la matrícula, el monitoreo de pertinencia de planes de estudio en función de las necesidades de los empleadores, el equilibrio entre los diferentes subsistemas de educación media y superior incluyendo las universidades autónomas, la regulación que otorga los permisos para planteles privados, los programas de incentivos y becas, el financiamiento a la investigación científica, y un largo etcétera.

Lo mismo ocurre en salud, en el cuidado del medio ambiente, en el aseguramiento de la alimentación, en el abasto de electricidad y en todas las actividades de interés social que caen dentro del ámbito de responsabilidad del Estado y que en ocasiones involucran a la iniciativa privada para su concreción.

Hace unas semanas tuve la oportunidad de presenciar el foro “Universidades Venezolanas: un caso de destrucción por diseño político” y desde entonces no he podido de dejar de pensar en lo importante que hubiera sido para los colegas venezolanos detectar las primeras señales de lo que resultó ser la demolición de su estructura institucional de educación superior e investigación.

Ahora se pueden identificar las etapas de la destrucción que afectaron principalmente a las universidades autónomas y que comenzaron con las reducciones presupuestales, la intromisión del gobierno en el nombramiento de funcionarios claves, la falta de condiciones para la elección democrática de autoridades, el desmantelamiento de los órganos colegiados, la orientación de la investigación a las prioridades del gobierno, la creación de sistemas universitarios paralelos que absorbieron la matrícula y de nuevos sindicatos alineados al gobierno que facilitaron la estigmatización de los académicos como grupos privilegiados y su eventual pauperización

Todo lo anterior fue minando la autonomía de gestión de las universidades así como reduciendo los espacios para el goce de libertades académicas como son las de cátedra, de investigación y de expresión, situaciones que se fueron polarizando hasta llegar a la represión y violación de derechos humanos de estudiantes y profesores y, en última instancia, a la destrucción de los espacios físicos.

Al final, lo que se perdió fue la oportunidad de los jóvenes venezolanos para estudiar en instituciones con libertad de cátedra y programas de calidad; el liderazgo regional en publicaciones científicas, de ostentar el segundo lugar en el año 2000, ahora es el último y su productividad sigue en picada; la vinculación con el sector productivo; entre otros aspectos.

Una demolición requiere un alto grado de especialización, tanto por el tipo de equipos que se emplean, como por los operarios que realizan la labor de manipulación de la maquinaria y sus implementos. Es un error habitual pensar que cualquier operario con una excavadora puede realizar una demolición. No hacerlo bien puede resultar en un completo desastre con grandes costos sociales y económicos.

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