Dicen que para el dolor de muela no hay nada mejor que una Graciela, y para curarla… no hay que inventarla, mejor una birria bien caliente y caldosa, o picosa, según sienta usté la dolorosa.
Más allá del verso, el antojo es perverso, por eso me fui a meter a Birriería Las Hamacas, para saborear un caldito, que -para que sepan- aquí es bendito.
Como toda ceremonia de sanación debe llevar mucho limón. Que no falten cilantro y cebolla, la porción: al tamaño de la olla.
Una cucharada de salsa dentro, ayuda a volver el alma al cuerpo, sobre todo si esta bien picosa, para espantar la cruda espantosa.
Al lado debe haber siempre una memela candente, de maíz amarillo o de preferencia verde, por supuesto hecha a mano, para que cuente como alimento sano.
Como el fuego combate al fuego, una rica bebida a base de cebada, mejor que cualquier pastilla o pomada.
Y ahora si a encomendarse, que no hay cosa más rica y sabrosa, que curarse.
Preparar estos caldos requiere oficio y en Las Hamacas, en serio, la birria no tiene desperdicio.
Si te hace falta algo consulta la carta, que es amplia y muy variada, aunque recomiendo las flautas, ahogadas o naturales, que además de curar, son geniales.
Y ya para que les rimo más, mejor dense una vuelta… Birriería Las Hamacas está ubicada en Jesús H. Preciado #193, en San Antón, justo a unos metros del Puente Ayuntamiento 2000, pero búscala a detalle en Facebook, donde además puedes consultar los platillos y hasta los precios.
Si llegas enfermo te curan, de eso no tengas duda.