/ miércoles 8 de diciembre de 2021

Renovar la clase política, un objetivo estatal

Es justificado el hartazgo de la población hacia las viejas prácticas de los políticos de siempre; quienes han dejado en evidencia su falta de empatía y solidaridad ante las problemáticas que enfrentan las y los morelenses desde años atrás.

Han sido infinitas las veces en que hemos escuchado a las y los ciudadanos no entirse representados, pese a que sus gobernantes conocen de primera mano cuáles son sus necesidades.

Hoy, las y los morelenses nos sentimos traicionados y defraudados, es por ello que necesitamos renovar la clase política, dejar atrás las malas prácticas y reconocer que nuestro compromiso es crear, defender y garantizar el pleno desarrollo de las personas, mediante acciones que respondan a sus necesidades.

Es evidente también que el problema de esta clase política se distingue por dar la espalda a los problemas que afectan a la población y actuar únicamente en función de sus intereses personales y de grupo.

Como ciudadana y actual representante del pueblo, hago una seria llamada de atención a los partidos, la gente merece una renovación política y moral, es necesario transformar en prácticas políticas reales sus discursos de renovación y promesa.

Frente a esta situación, expreso mi firme convicción por el respeto de la institucionalidad democrática, y planteó la necesidad de construir una verdadera democracia, un gobierno para todos y no solo para unos cuantos.

Esto significa que las demandas de los y las jóvenes, no deben ser vistas como una amenaza por parte de las antiguas generaciones, sino como una señal de cambio y crecimiento.

Porque si no somos capaces de transformar nuestros propios espacios políticos, difícilmente le estaremos ofreciendo a Morelos una política distinta, de credibilidad y empatía.

Hoy hago una promesa encaminada a fortalecer una sociedad quebrada por todos aquellos deudores políticos, vamos a trabajar para transformarnos y devolverle al pueblo lo que se merece.

Queremos buenos Gobiernos y los queremos hoy.


Es justificado el hartazgo de la población hacia las viejas prácticas de los políticos de siempre; quienes han dejado en evidencia su falta de empatía y solidaridad ante las problemáticas que enfrentan las y los morelenses desde años atrás.

Han sido infinitas las veces en que hemos escuchado a las y los ciudadanos no entirse representados, pese a que sus gobernantes conocen de primera mano cuáles son sus necesidades.

Hoy, las y los morelenses nos sentimos traicionados y defraudados, es por ello que necesitamos renovar la clase política, dejar atrás las malas prácticas y reconocer que nuestro compromiso es crear, defender y garantizar el pleno desarrollo de las personas, mediante acciones que respondan a sus necesidades.

Es evidente también que el problema de esta clase política se distingue por dar la espalda a los problemas que afectan a la población y actuar únicamente en función de sus intereses personales y de grupo.

Como ciudadana y actual representante del pueblo, hago una seria llamada de atención a los partidos, la gente merece una renovación política y moral, es necesario transformar en prácticas políticas reales sus discursos de renovación y promesa.

Frente a esta situación, expreso mi firme convicción por el respeto de la institucionalidad democrática, y planteó la necesidad de construir una verdadera democracia, un gobierno para todos y no solo para unos cuantos.

Esto significa que las demandas de los y las jóvenes, no deben ser vistas como una amenaza por parte de las antiguas generaciones, sino como una señal de cambio y crecimiento.

Porque si no somos capaces de transformar nuestros propios espacios políticos, difícilmente le estaremos ofreciendo a Morelos una política distinta, de credibilidad y empatía.

Hoy hago una promesa encaminada a fortalecer una sociedad quebrada por todos aquellos deudores políticos, vamos a trabajar para transformarnos y devolverle al pueblo lo que se merece.

Queremos buenos Gobiernos y los queremos hoy.