/ lunes 18 de enero de 2021

Semáforo sanitario: profundo carmesí

Arranca una semana con las condiciones más críticas (nuevamente) desde el inicio de la pandemia; mas el quehacer político no se detiene y escándalos mediáticos como la no tan sorpresiva decisión de la FGR de no iniciar proceso contra quien fuera Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos o los inmorales contratos para “concesionar” penales en el país, provocando una deuda de 190 mil millones de pesos autorizados en el sexenio de Felipe Calderón, sin embargo los dos hechos parecen perder relevancia ante el avance de nuestro huésped principal, el SARS-CoV-2.

Desde la conferencia del pasado viernes se anunció que esta semana eran 10 entidades en semáforo rojo: Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Nuevo León, Querétaro, Tlaxcala, Ciudad de México y Morelos, 19 entidades quedan en semáforo naranja; Chiapas regresa a amarillo acompañando a Chihuahua; Campeche es el único Estado en color verde.

Con una escalofriante cifra de más de 140 mil muertos y 1,641,428 casos confirmados como consecuencia de la pandemia, México alcanza niveles insospechados apenas hace algunos meses, los 14, 434 decesos registrados en este mes, representan un promedio diario de poco más de 900 fallecimientos por día, de continuar la tendencia y todo parece indicar, así será, enero será el mes más triste en nuestro largo peregrinar pandémico.

Los constantes incrementos en las cifras COVID, hoy sí parecen cambiar la percepción, no necesitamos escuchar noticiarios o consultar otros medios informativos para enfrentarnos a la realidad, los culpables de la situación somos mayoría, es preocupante ver en nuestra ciudad y en casi toda la República, lugares dedicados a la venta y recarga de tanques de oxígeno atestados, gente con semblantes desencajados haciendo largas filas para obtener el elemento que ayude a su ser querido a seguir vivo.

La ocupación hospitalaria empieza a tener complicaciones en casi la mitad del territorio, Morelos está al 90% en camas de terapia intensiva; la CDMX también tiene un alarmante 90% nada comparable a los meses de semáforo rojo que tuvimos a mediados de 2020, situación preocupante si consideramos que uno de los factores para determinar la semaforización epidémica es precisamente la saturación de los servicios hospitalarios, este detalle alarga un semáforo rojo con el sabido efecto hacia la apertura de actividades económicas.

La situación no es distinta a nivel global y en la carrera contra el tiempo esta apostada la estabilidad de todas las naciones, corremos tras la vacuna mientras el virus corre tras nosotros, la OMS advierte que el mundo se podría ver envuelto en un “fracaso moral catastrófico” e hizo un llamado a los países fabricantes a distribuir las vacunas de una manera más justa y equitativa; la actitud egoísta de muchos países genera un riesgo de alargar la pandemia, el Gobierno Federal aceptó la moción y ha anunciado un recorte de 200 mil dosis con respecto a la recepción de la vacuna de Pfizer, para reponerse en un embarque posterior; también anuncia la primera entrega de la vacuna de Oxford-Astrazeneca para su envasado en México y compensar un poco la reducción de Pfizer; el esfuerzo y los trabajos se realizan en medio de la descalificación de grandes sectores de la población hacia la estrategia del Zar Anticovid, Hugo López Gattel.

Lo cierto es que mientras la inoculación avanza a paso firme pero lento, las cifras negativas se disparan en todo el planeta, Europa ha sido azotada y al igual América por la segunda ola de contagios. Francia tiene la mitad de población y el número de contagios diarios son similares, sin embargo, esto no indica una mejor situación en México, simplemente nos alerta al porvenir; el aumento en las pruebas realizadas aquí significa un acierto tardío, perdimos tiempo valioso.

Ya todos podemos percibir en la calle, una cercanía cada vez más inquietante del virus y un sistema hospitalario al borde del colapso, no se puede negar que este Semáforo Rojo es muy distinto al anterior, su tonalidad es más intensa, podría decirse de un carmesí profundo, vamos a seguir cuidándonos pero urge una actitud más decidida, romper las cadenas de transmisión debe ser objetivo común.

Arranca una semana con las condiciones más críticas (nuevamente) desde el inicio de la pandemia; mas el quehacer político no se detiene y escándalos mediáticos como la no tan sorpresiva decisión de la FGR de no iniciar proceso contra quien fuera Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos o los inmorales contratos para “concesionar” penales en el país, provocando una deuda de 190 mil millones de pesos autorizados en el sexenio de Felipe Calderón, sin embargo los dos hechos parecen perder relevancia ante el avance de nuestro huésped principal, el SARS-CoV-2.

Desde la conferencia del pasado viernes se anunció que esta semana eran 10 entidades en semáforo rojo: Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Nuevo León, Querétaro, Tlaxcala, Ciudad de México y Morelos, 19 entidades quedan en semáforo naranja; Chiapas regresa a amarillo acompañando a Chihuahua; Campeche es el único Estado en color verde.

Con una escalofriante cifra de más de 140 mil muertos y 1,641,428 casos confirmados como consecuencia de la pandemia, México alcanza niveles insospechados apenas hace algunos meses, los 14, 434 decesos registrados en este mes, representan un promedio diario de poco más de 900 fallecimientos por día, de continuar la tendencia y todo parece indicar, así será, enero será el mes más triste en nuestro largo peregrinar pandémico.

Los constantes incrementos en las cifras COVID, hoy sí parecen cambiar la percepción, no necesitamos escuchar noticiarios o consultar otros medios informativos para enfrentarnos a la realidad, los culpables de la situación somos mayoría, es preocupante ver en nuestra ciudad y en casi toda la República, lugares dedicados a la venta y recarga de tanques de oxígeno atestados, gente con semblantes desencajados haciendo largas filas para obtener el elemento que ayude a su ser querido a seguir vivo.

La ocupación hospitalaria empieza a tener complicaciones en casi la mitad del territorio, Morelos está al 90% en camas de terapia intensiva; la CDMX también tiene un alarmante 90% nada comparable a los meses de semáforo rojo que tuvimos a mediados de 2020, situación preocupante si consideramos que uno de los factores para determinar la semaforización epidémica es precisamente la saturación de los servicios hospitalarios, este detalle alarga un semáforo rojo con el sabido efecto hacia la apertura de actividades económicas.

La situación no es distinta a nivel global y en la carrera contra el tiempo esta apostada la estabilidad de todas las naciones, corremos tras la vacuna mientras el virus corre tras nosotros, la OMS advierte que el mundo se podría ver envuelto en un “fracaso moral catastrófico” e hizo un llamado a los países fabricantes a distribuir las vacunas de una manera más justa y equitativa; la actitud egoísta de muchos países genera un riesgo de alargar la pandemia, el Gobierno Federal aceptó la moción y ha anunciado un recorte de 200 mil dosis con respecto a la recepción de la vacuna de Pfizer, para reponerse en un embarque posterior; también anuncia la primera entrega de la vacuna de Oxford-Astrazeneca para su envasado en México y compensar un poco la reducción de Pfizer; el esfuerzo y los trabajos se realizan en medio de la descalificación de grandes sectores de la población hacia la estrategia del Zar Anticovid, Hugo López Gattel.

Lo cierto es que mientras la inoculación avanza a paso firme pero lento, las cifras negativas se disparan en todo el planeta, Europa ha sido azotada y al igual América por la segunda ola de contagios. Francia tiene la mitad de población y el número de contagios diarios son similares, sin embargo, esto no indica una mejor situación en México, simplemente nos alerta al porvenir; el aumento en las pruebas realizadas aquí significa un acierto tardío, perdimos tiempo valioso.

Ya todos podemos percibir en la calle, una cercanía cada vez más inquietante del virus y un sistema hospitalario al borde del colapso, no se puede negar que este Semáforo Rojo es muy distinto al anterior, su tonalidad es más intensa, podría decirse de un carmesí profundo, vamos a seguir cuidándonos pero urge una actitud más decidida, romper las cadenas de transmisión debe ser objetivo común.