Y en este caso lo está y no solo rico sino bien servido y muy económico. Si no, pregúntenle a los cientos de taxistas, ruteros, repartidores y familias en general que se dan cita prácticamente todos los días a echarse una “comidita” en Los Patios de la Estación.
Antes de la remodelación del camellón principal de La Estación, que se convirtió según esto en un parque lineal, eran tres al menos los negocios ya famosos que desde temprano ofrecían la clásica comida corrida.
Pero ahora, con el “embellecimiento” de esa zona, tuvieron que encontrar alojo en los locales y banquetas aledañas. Lo que no cambió fue el sazón y el buen trato.
En las fonditas de la Estación el desayuno y la comida -prácticamente iguales- son una garantía. Este viernes por ejemplo, pasé alrededor del medio día y la variedad me hizo complicada la elección.
Al final terminé pidiendo costillita de puerco en salsa verde. Por supuesto, primero llegó el consomé de pollo con verduras, arroz y un higadito, que preparado con mucho limón, cebolla, una buena cucharada de salsa y una pizca de sal, fue el aperitivo perfecto para hacer hambre.
Cuando llegó a la mesa el plato fuerte, mi boca estaba hecha agua: el sazón de la sala era el perfecto, un poco picosa por si alguno de los comensales estuviera herido; una cucharada de arroz en su punto y una buena porción de frijolitos negros directo de la olla.
Las tortillas son fundamentales, con maíz del de a deveras y al tamaño que acostumbramos en Morelos. Desde luego, hay que pedirle a la doña del comal, que vaya dejando una a que se dore, para que llegado el momento, te puedas aderezar una tostadita que de verdad no tiene precio.
Si eres carnívoro aquí encuentras bistec a la mexicana, carne de puerco en salsa de guajillo o morita, o de jitomate; caldo de res rojo, milanesa de puerco o pollo, cecina, carne enchilada, bistec encebollado, enchiladas verdes o enmoladas y más opciones que no tengo en la mente.
Pero también te ofrecen tortas de espinacas, de coliflor, calabacitas o chiles rellenos. Algunos días sirven pozole o pancita, y para los que les gusta, mojarra frita acompañada de ensalada; sopes, quesadillas y gorditas, por supuesto.
Y para que no sea todo tan pesado, puedes escoger un vasote de agua de frutas de la temporada, o ya de plano una cocota de velador, pa que amarre.
Lo más reconfortante es que cuando pides la cuenta, tus oídos van a escuchar el glorioso: son 50 pesos. ¿50 pesos? ¿Si me cobró el agua fresca? Y claro, ya te cobraron todo, con buena cara y en mejor sabor.
Si eres muy fifí no te preocupes, tampoco te van a hacer caras, y si vas a aprender lo que es bueno. No te recomiendo una “caseta" o fonda en especial, porque todas las de ese rumbo están para chuparse los dedos.
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