/ jueves 31 de enero de 2019

Sobre el Panorama Social de América Latina 2018

El pasado 15 de enero de 2019 la Cepal publicó el Panorama Social de América Latina 2018. Con esta entrega se actualiza la información sobre la evolución y las tendencias de la pobreza, la desigualdad y los problemas socioeconómicos de los países en la región. Los mercados de trabajo son el punto recurrente del informe y desde ahí, se explican aspectos como el gasto social, las políticas públicas, la inclusión social y laboral, entre otros. Con la invitación a leer el documento completo, les presento algunas consideraciones generales en un apretado resumen.

La primera conclusión relevante que ofrece es que la pobreza extrema aumentó en 2017, reconociendo que existía una tendencia alcista desde el 2015. Entre las causas de este crecimiento se menciona la poca inversión social en medidas de protección, seguridad social yen los mercados de trabajo. Si bien la Cepal reporta una mejoría en los indicadores de educación, la salud y la infraestructura básica, señala la persistencia de brechas en el acceso y la calidad de los servicios.

Un segundo aspecto importante que se advierte es sobre los “desafíos estructurales del mercado laboral”: la insuficiente generación de empleo productivo y de calidad, los bajos ingresos y los altos niveles de informalidad y desprotección en el trabajo. De ahí que recomiende reforzar las políticas sociales y el mercado de trabajo con una perspectiva universalista, enfoque de igualdad y de derechos. Este último aspecto es central en la discusión actual sobre cómo debe combatirse la pobreza y la desigualdad.

Señala que el trabajo por cuenta propia de menores ingresos y el trabajo en condiciones precarias ha ido en aumento, además de que prevalecen las brechas de inclusión laboral con la población rural, mujeres, jóvenes, indígenas y afro descendientes. Por ello, reitera que los Estados deben intervenir con políticas públicas “a la luz de las brechas entre cruzadas identificadas en función de los ejes estructurantes de la desigualdad social, los déficits de trabajo decente y los cambios en los ámbitos de la tecnología, la economía y el trabajo, la demografía y el medio ambiente”.

Lo que nos dice el informe es algo que se ha comentado desde hace mucho tiempo: el mejor aliado de la política social, es una buena política económica; la diferencia es el toque de urgencia alarmante.Por lo tanto, combatir la pobreza extrema sigue representando un enorme desafío, sobre todo en contextos de cambios sociales, políticos y económicos como los actuales.

En el caso de México se estima que, a pesar de los avances en la disminución de la desigualdad y partiendo del supuesto que continúe con el mismo ritmo de crecimiento que históricamente ha tenido, a

nuestro país le tomará más allá del año 2035 para alcanzar las metas de reducción de la pobreza y pobreza extrema (mismo periodo que requiereHonduras), es decir, no podría alcanzar en tiempo los objetivos de la Agenda para el Desarrollo Sostenible.

Finalmente, se confirma el hecho de que el ingreso laboral es fundamental para en la generación del ingreso familiar(implica un 72% en promedio) de ahí que, en un contexto de empleo precario o informal, las transferencias públicas monetarias y las pensiones son de gran utilidad para “contener deterioros distributivos y evitar mayores retrocesos en la lucha contra la pobreza”. En este sentido, lo que se sugiere es una intervención estatal centrada en “promover la creación de empleos de calidad, los sistemas de protección social (integrales y efectivos) y fomentar la capacidad para anticipar las oportunidades de generación de nuevos empleos y las demandas asociadas en escenarios de cambios”.

Para la Cepal es claro que los países de la región deben tomar medidas de inclusión social y laboral; impulsar políticas redistributivas en materia de ingresos; y avanzar en la universalización de la educación, la salud, la vivienda y los servicios básicos.

La experiencia nos dice que caminar de la misma forma como se ha hecho hasta ahora, no dará los resultados que se necesitan para el mejoramiento acelerado de las condiciones sociales. De este modo, tanto para México como para Morelos, las recomendaciones y hallazgos delPanorama Social de América Latina 2018 tendrían que observarse con responsabilidad y urgencia en la implementación de sus estrategias y políticas públicas.

El pasado 15 de enero de 2019 la Cepal publicó el Panorama Social de América Latina 2018. Con esta entrega se actualiza la información sobre la evolución y las tendencias de la pobreza, la desigualdad y los problemas socioeconómicos de los países en la región. Los mercados de trabajo son el punto recurrente del informe y desde ahí, se explican aspectos como el gasto social, las políticas públicas, la inclusión social y laboral, entre otros. Con la invitación a leer el documento completo, les presento algunas consideraciones generales en un apretado resumen.

La primera conclusión relevante que ofrece es que la pobreza extrema aumentó en 2017, reconociendo que existía una tendencia alcista desde el 2015. Entre las causas de este crecimiento se menciona la poca inversión social en medidas de protección, seguridad social yen los mercados de trabajo. Si bien la Cepal reporta una mejoría en los indicadores de educación, la salud y la infraestructura básica, señala la persistencia de brechas en el acceso y la calidad de los servicios.

Un segundo aspecto importante que se advierte es sobre los “desafíos estructurales del mercado laboral”: la insuficiente generación de empleo productivo y de calidad, los bajos ingresos y los altos niveles de informalidad y desprotección en el trabajo. De ahí que recomiende reforzar las políticas sociales y el mercado de trabajo con una perspectiva universalista, enfoque de igualdad y de derechos. Este último aspecto es central en la discusión actual sobre cómo debe combatirse la pobreza y la desigualdad.

Señala que el trabajo por cuenta propia de menores ingresos y el trabajo en condiciones precarias ha ido en aumento, además de que prevalecen las brechas de inclusión laboral con la población rural, mujeres, jóvenes, indígenas y afro descendientes. Por ello, reitera que los Estados deben intervenir con políticas públicas “a la luz de las brechas entre cruzadas identificadas en función de los ejes estructurantes de la desigualdad social, los déficits de trabajo decente y los cambios en los ámbitos de la tecnología, la economía y el trabajo, la demografía y el medio ambiente”.

Lo que nos dice el informe es algo que se ha comentado desde hace mucho tiempo: el mejor aliado de la política social, es una buena política económica; la diferencia es el toque de urgencia alarmante.Por lo tanto, combatir la pobreza extrema sigue representando un enorme desafío, sobre todo en contextos de cambios sociales, políticos y económicos como los actuales.

En el caso de México se estima que, a pesar de los avances en la disminución de la desigualdad y partiendo del supuesto que continúe con el mismo ritmo de crecimiento que históricamente ha tenido, a

nuestro país le tomará más allá del año 2035 para alcanzar las metas de reducción de la pobreza y pobreza extrema (mismo periodo que requiereHonduras), es decir, no podría alcanzar en tiempo los objetivos de la Agenda para el Desarrollo Sostenible.

Finalmente, se confirma el hecho de que el ingreso laboral es fundamental para en la generación del ingreso familiar(implica un 72% en promedio) de ahí que, en un contexto de empleo precario o informal, las transferencias públicas monetarias y las pensiones son de gran utilidad para “contener deterioros distributivos y evitar mayores retrocesos en la lucha contra la pobreza”. En este sentido, lo que se sugiere es una intervención estatal centrada en “promover la creación de empleos de calidad, los sistemas de protección social (integrales y efectivos) y fomentar la capacidad para anticipar las oportunidades de generación de nuevos empleos y las demandas asociadas en escenarios de cambios”.

Para la Cepal es claro que los países de la región deben tomar medidas de inclusión social y laboral; impulsar políticas redistributivas en materia de ingresos; y avanzar en la universalización de la educación, la salud, la vivienda y los servicios básicos.

La experiencia nos dice que caminar de la misma forma como se ha hecho hasta ahora, no dará los resultados que se necesitan para el mejoramiento acelerado de las condiciones sociales. De este modo, tanto para México como para Morelos, las recomendaciones y hallazgos delPanorama Social de América Latina 2018 tendrían que observarse con responsabilidad y urgencia en la implementación de sus estrategias y políticas públicas.

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