/ lunes 25 de mayo de 2020

Transparencia sin explicaciones

Detrás de un dato hay muchas historias, muchas explicaciones para dar, cantidades de información que respaldan al guarismo. Para generar confianza, no se requiere sólo de ofrecer datos, sino explicaciones mucho más profundas, que van desde la forma en que se calcula el índice que se presenta hasta la cantidad enorme de historias previas y posteriores al dato. Así, presentar sólo números absolutos o porcentajes, si bien ayuda a dimensionar el tamaño de los problemas (la información sin datos suele ser poco útil), no permite entender la profundidad de los problemas (cruzar datos ayuda, pero no lo suficiente).

Decimos todo esto porque el ejercicio de aparente transparencia informativa del gobierno estatal ha resultado muy poco significativo en la medida de que, la presencia abrumadora de datos no ha sido acompañada de la rendición de cuentas real de los funcionarios públicos. Se entregan guarismos sin mayores explicaciones o se hacen enormes parábolas lingüísticas que no ofrecen información real sobre lo que hay detrás de los datos.

Tomemos por ejemplo las conferencias de prensa de la secretaría de salud sobre el Covid-19, cuya duración promedio es de alrededor de una hora y en la que se presentan, además del titulado “panorama epidemiológico” del padecimiento, una serie de apuntes misceláneos sobre el impacto de la pandemia en los terrenos económico y social. Cierto que la presentación, con todo y sus tres cambios de formato a la fecha, ha demostrado un esfuerzo indudable de entrega de datos sobre el avance de la enfermedad. Cada día se ofrece número de contagios, casos acumulados positivos, defunciones, índice de recuperados, y otros guarismos que pretenden reforzar el mensaje preventivo de la autoridad con el #Quédateencasa, y otras sugerencias de autocuidado. Pero todo el esfuerzo falla en transparencia por diversos motivos, primero, que los datos se presentan aislados, salvo por algunos gráficos casi invisibles en la transimisión en vivo y la diaria gráfica de pay sobre el status de los casos reconocidos, no se ofrece mayor correlación entre los números. Pareciera entonces ocultarse el creciente índice de letalidad que ya alcanzó el 20%, con algunos picos que salen de la tendencia; pero también el salto enorme y por su extrañeza muy llamativo, en el número de recuperados. En efecto, de un día a otro, la proporción de enfermos recuperados cambió del 15 al 40 por ciento, una anomalía evidente si se observa el comportamiento de la recuperación desde que inició la recuperación de pacientes fluctuante entre el 12 y el 16 por ciento. El salto es impresionante y a pesar de que fue una de las dudas que provocaron preguntas en la rueda de prensa, no fue respondida sino con una atribución más generadora de dudas sobre el “trabajo y la gente que está en las trincheras”. ¿Con un menor índice de recuperados no se trabajaba? Con mala suerte además, el aumento vertiginoso de recuperados aparece tres días después de que empezara a hacerse notar en medios que el índice de muertos superaba con mucho al de recuperados por el padecimiento. Seguro es coincidencia.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Detrás de un dato hay muchas historias, muchas explicaciones para dar, cantidades de información que respaldan al guarismo. Para generar confianza, no se requiere sólo de ofrecer datos, sino explicaciones mucho más profundas, que van desde la forma en que se calcula el índice que se presenta hasta la cantidad enorme de historias previas y posteriores al dato. Así, presentar sólo números absolutos o porcentajes, si bien ayuda a dimensionar el tamaño de los problemas (la información sin datos suele ser poco útil), no permite entender la profundidad de los problemas (cruzar datos ayuda, pero no lo suficiente).

Decimos todo esto porque el ejercicio de aparente transparencia informativa del gobierno estatal ha resultado muy poco significativo en la medida de que, la presencia abrumadora de datos no ha sido acompañada de la rendición de cuentas real de los funcionarios públicos. Se entregan guarismos sin mayores explicaciones o se hacen enormes parábolas lingüísticas que no ofrecen información real sobre lo que hay detrás de los datos.

Tomemos por ejemplo las conferencias de prensa de la secretaría de salud sobre el Covid-19, cuya duración promedio es de alrededor de una hora y en la que se presentan, además del titulado “panorama epidemiológico” del padecimiento, una serie de apuntes misceláneos sobre el impacto de la pandemia en los terrenos económico y social. Cierto que la presentación, con todo y sus tres cambios de formato a la fecha, ha demostrado un esfuerzo indudable de entrega de datos sobre el avance de la enfermedad. Cada día se ofrece número de contagios, casos acumulados positivos, defunciones, índice de recuperados, y otros guarismos que pretenden reforzar el mensaje preventivo de la autoridad con el #Quédateencasa, y otras sugerencias de autocuidado. Pero todo el esfuerzo falla en transparencia por diversos motivos, primero, que los datos se presentan aislados, salvo por algunos gráficos casi invisibles en la transimisión en vivo y la diaria gráfica de pay sobre el status de los casos reconocidos, no se ofrece mayor correlación entre los números. Pareciera entonces ocultarse el creciente índice de letalidad que ya alcanzó el 20%, con algunos picos que salen de la tendencia; pero también el salto enorme y por su extrañeza muy llamativo, en el número de recuperados. En efecto, de un día a otro, la proporción de enfermos recuperados cambió del 15 al 40 por ciento, una anomalía evidente si se observa el comportamiento de la recuperación desde que inició la recuperación de pacientes fluctuante entre el 12 y el 16 por ciento. El salto es impresionante y a pesar de que fue una de las dudas que provocaron preguntas en la rueda de prensa, no fue respondida sino con una atribución más generadora de dudas sobre el “trabajo y la gente que está en las trincheras”. ¿Con un menor índice de recuperados no se trabajaba? Con mala suerte además, el aumento vertiginoso de recuperados aparece tres días después de que empezara a hacerse notar en medios que el índice de muertos superaba con mucho al de recuperados por el padecimiento. Seguro es coincidencia.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx