/ lunes 22 de abril de 2019

Tres tristes huelgas

En estos últimos años hemos sido testigos de una reducción sistemática al presupuesto de las universidades, tanto nacionales como estatales. Igualmente hemos presenciado un inentendible ataque a su autonomía desde los congresos.

A pesar de estas adversidades los universitarios han mostrado un enorme compromiso con la sociedad al seguir adelante con sus labores sustantivas que son la formación de cuadros especializados, la generación de conocimiento y la difusión de la ciencia y la cultura.

El panorama se ha complicado todavía más a raíz de una serie de conflictos laborales que han paralizado tres de las más importantes instituciones nacionales. Por un lado la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro en Coahuila, dentro de su proceso de revisión salarial, fue emplazada por el sindicato administrativo el pasado mes de febrero en perjuicio de la formación de más de 5 mil estudiantes. Después de 63 días de huelga el sindicato aceptó la propuesta de Rectoría, sin embargo el daño a la institución es irreversible en el sentido de que las investigaciones en proceso, tanto agrícolas como pecuarias, se quedaron sin asistencia durante dos meses.

Por otro lado, la Universidad Autónoma Metropolitana también está en huelga. En este caso existe un sindicato único que engloba a académicos y a administrativos siendo notoria la oposición de los investigadores a la huelga que lleva ya dos meses y medio. Igual que en el caso de la Narro, las investigaciones de la UAM están en riesgo por falta de atención, dañando la formación de mas de 50 mil estudiantes que están a punto de perder el cuatrimestre.

Finalmente, también el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias INIFAP se encuentra en huelga. Solo que esta huelga no proviene, como las anteriores, de la revisión de las condiciones salariales sino que tiene su origen en la reducción en los recursos para la investigación. Como lo leyeron, los investigadores del INIFAP cerraron las 77 dependencias del Instituto en demanda de 100 millones de pesos para poder llevar a cabo 302 proyectos de investigación que ya fueron aprobados por los diferentes comités institucionales pero sin presupuesto. También solicitan recursos para que los resultados de las investigaciones puedan ser publicados en revistas especializadas.

Por su carácter incremental, una de las condiciones indispensables para el avance científico es la constancia. La constancia individual de los investigadores debe venir acompañada por un flujo ininterrumpido de recursos. Esto último ha sido, sin duda, el principal problema de la ciencia mexicana. Comenzando con el errático comportamiento de las instancias financiadoras, tanto a nivel nacional como estatal, los frecuentes problemas de las instituciones de educación superior profundizan las dificultades.

Aunque más grave para unas que para otras, la crisis se resiente en todas la instituciones de educación superior incluyendo a la Universidad Nacional Autónoma de México, la cual solamente logró el financiamiento del 10% de sus proyectos en la más reciente convocatoria de Ciencia Básica en CONACyT sin haber recibido hasta el momento los recursos. La situación es peor aún en la universidades estatales.

De no resolverse desde la más alta instancia del gobierno de nuestro país la situación seremos testigo del desmantelamiento del sistema nacional de investigación científica. Sin presupuesto no será posible comprar los reactivos y materiales necesarios que además son de importación pues nunca hemos desarrollado una industria nacional que satisfaga las necesidades del sector. Por otro lado se comienza a resentir el deterioro del equipamiento, otra vez de importación, que requiere un mantenimiento y reposición constante. Finalmente vamos a ver también cómo la falta de presupuesto impide la contratación de nuestros egresados de posgrado con lo que la plantilla de investigadores seguirá envejeciendo.

Por el bien de todos, los invitamos a sumarse con las demandas de nuestra comunidad científica el próximo 4 de mayo en el marco de la Marcha por la Ciencia la cual se llevará a cabo en todo el territorio nacional porque, sencillamente, un país sin ciencia está condenado al subdesarrollo.

Información adicional de éste y otros temas de interés http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

En estos últimos años hemos sido testigos de una reducción sistemática al presupuesto de las universidades, tanto nacionales como estatales. Igualmente hemos presenciado un inentendible ataque a su autonomía desde los congresos.

A pesar de estas adversidades los universitarios han mostrado un enorme compromiso con la sociedad al seguir adelante con sus labores sustantivas que son la formación de cuadros especializados, la generación de conocimiento y la difusión de la ciencia y la cultura.

El panorama se ha complicado todavía más a raíz de una serie de conflictos laborales que han paralizado tres de las más importantes instituciones nacionales. Por un lado la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro en Coahuila, dentro de su proceso de revisión salarial, fue emplazada por el sindicato administrativo el pasado mes de febrero en perjuicio de la formación de más de 5 mil estudiantes. Después de 63 días de huelga el sindicato aceptó la propuesta de Rectoría, sin embargo el daño a la institución es irreversible en el sentido de que las investigaciones en proceso, tanto agrícolas como pecuarias, se quedaron sin asistencia durante dos meses.

Por otro lado, la Universidad Autónoma Metropolitana también está en huelga. En este caso existe un sindicato único que engloba a académicos y a administrativos siendo notoria la oposición de los investigadores a la huelga que lleva ya dos meses y medio. Igual que en el caso de la Narro, las investigaciones de la UAM están en riesgo por falta de atención, dañando la formación de mas de 50 mil estudiantes que están a punto de perder el cuatrimestre.

Finalmente, también el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias INIFAP se encuentra en huelga. Solo que esta huelga no proviene, como las anteriores, de la revisión de las condiciones salariales sino que tiene su origen en la reducción en los recursos para la investigación. Como lo leyeron, los investigadores del INIFAP cerraron las 77 dependencias del Instituto en demanda de 100 millones de pesos para poder llevar a cabo 302 proyectos de investigación que ya fueron aprobados por los diferentes comités institucionales pero sin presupuesto. También solicitan recursos para que los resultados de las investigaciones puedan ser publicados en revistas especializadas.

Por su carácter incremental, una de las condiciones indispensables para el avance científico es la constancia. La constancia individual de los investigadores debe venir acompañada por un flujo ininterrumpido de recursos. Esto último ha sido, sin duda, el principal problema de la ciencia mexicana. Comenzando con el errático comportamiento de las instancias financiadoras, tanto a nivel nacional como estatal, los frecuentes problemas de las instituciones de educación superior profundizan las dificultades.

Aunque más grave para unas que para otras, la crisis se resiente en todas la instituciones de educación superior incluyendo a la Universidad Nacional Autónoma de México, la cual solamente logró el financiamiento del 10% de sus proyectos en la más reciente convocatoria de Ciencia Básica en CONACyT sin haber recibido hasta el momento los recursos. La situación es peor aún en la universidades estatales.

De no resolverse desde la más alta instancia del gobierno de nuestro país la situación seremos testigo del desmantelamiento del sistema nacional de investigación científica. Sin presupuesto no será posible comprar los reactivos y materiales necesarios que además son de importación pues nunca hemos desarrollado una industria nacional que satisfaga las necesidades del sector. Por otro lado se comienza a resentir el deterioro del equipamiento, otra vez de importación, que requiere un mantenimiento y reposición constante. Finalmente vamos a ver también cómo la falta de presupuesto impide la contratación de nuestros egresados de posgrado con lo que la plantilla de investigadores seguirá envejeciendo.

Por el bien de todos, los invitamos a sumarse con las demandas de nuestra comunidad científica el próximo 4 de mayo en el marco de la Marcha por la Ciencia la cual se llevará a cabo en todo el territorio nacional porque, sencillamente, un país sin ciencia está condenado al subdesarrollo.

Información adicional de éste y otros temas de interés http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

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