La verdad es que han pasado los años y han llegado, ido y venido lugares, pero la Casa Limón al norte de Vicente Guerrero se ha mantenido como una botana súmamente aceptable y antojable con el calor de la primavera.
Apenas fui y me recibieron con una botana exquisita: carne tártara con aceitunas, pata en vinagre con tostaditas y un requesón, que hace falta ser muy insensible para no repetir.
De fondo, elntecladista cantante interpretaba las de el príncipe de la canción, mientras yo pedía un clamato que supo a gloria.
Entonces llegaron los calditos. La opción entre mole de olla o sopa de zetas me resultó muy complicada, pero ganaron los hongos.
"Hacia dónde debo dirigirme, hacia dónde debo caminar"... que me traigan ahora una de bacachá pintadita por favor.
Llegaron los sopecitos, las gorditas, los tacos de chicharrón prensado y la cazuela de huevo en salsa, no memes, ya casi estoy hasta el límite, que de por si es bastante.
Y vinieron las chuletas en salsa morita, el pollo a la crema y otras cosas que la verdad no puse atención. Mejor pedí directo una mojarrita frita de mms.
El lugar está cómodo, no es la frescura que encuentras en galerías pero resulta sumamente práctico y sabroso.
Así que si estos días se les antoja una chelita, piensen en ira por los rumbos de Ocotepec. Además la cuenta es sumamente decente.
Chau.