/ miércoles 29 de junio de 2022

El 1 de julio será inaugurada la refinería Olmeca en Tabasco

El próximo 1 de julio, el gobierno de AMLO inaugurará la primera fase de una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, con el fin de avanzar en el camino hacia la autosuficiencia del país en materia de energéticos. Será la mayor obra del sexenio en esta materia, por lo cual aumentará sustancialmente la producción nacional de combustible y ahorrará millones de dólares al país.

El Proyecto de Dos Bocas tendrá –según apreciación del presidente López Obrador-- la inversión de unos 12 mil millones de dólares (240 mil millones de pesos) adicionales al presupuesto de Pemex para el presente año. Procesará el crudo maya --el petróleo más pesado de México—el cual se extrae de los pozos ubicados en la región del sureste (Chiapas, Tabasco y Veracruz).

A partir de su inauguración –en el IV aniversario del arrollador triunfo electoral de AMLO en 2018-- la refinería tendrá un periodo de 6 meses, durante los cuales se comprobará el funcionamiento de las diversas instalaciones del complejo. Se calcula que la refinería comenzará a producir en los primeros meses de 2023, y contribuirá a reducir la dependencia mexicana respecto del mercado externo.

La refinería, llamada “Olmeca” por la región del sureste en la cual tuvo su asiento esa cultura, procesará unos 340 mil barriles de crudo al día, y producirá alrededor de 170 mil barriles diarios de gasolina y 120 mil de diésel, que significarán un aporte significativo en el consumo nacional de petrolíferos.

Como parte del mismo proyecto energético, el gobierno compró la mitad de las acciones de la refinería de Deer Park, Texas, que procesa unos 600 mil barriles de petróleo crudo al día, y que ya ha empezado a generar ganancias a Pemex. Además, su producción se ha incorporado al sistema nacional de distribución de combustibles.

Las acciones de esta refinería hoy son, en tu totalidad, propiedad del estado mexicano. Produce a diario unos 110 mil barriles de gasolina, 90 mil barriles de diésel y 25 mil barriles de turbosina. Todo ese volumen se canaliza hacia las instalaciones de Pemex, que las incorpora al mercado nacional a través de sus redes de distribución.

De manera simultánea, el gobierno federal ha avanzado en la rehabilitación de las 6 refinerías que existen en el país, las cuales fueron abandonados por los gobiernos anteriores y se encontraban prácticamente en ruinas cuando entró en funciones la nueva administración federal. Esas refinerías trabajan actualmente a un 76 por ciento de su capacidad en promedio, lo cual ha implicado un gran esfuerzo y mucha inversión responsable, porque en 2018 lo hacían tan solo al 30 por ciento de su capacidad instalada.

De esta forma, miles de millones de dólares se están ahorrando como consecuencia de la reducción en la importación de petrolíferos, al tiempo que se obtienen cuantiosos recursos por la exportación de más de 1 millón de barriles de petróleo crudo al día. ¿Qué se hace

con tanto dinero? Una parte se usa en sustituir los impuestos federales sobre la venta de combustibles (el IEPS entre otros) de modo que en los expendios nacionales se vende gasolina subsidiada. Esto contribuye a mantener la estabilidad de los precios nacionales, que en una época de inflación resulta sustancial para la economía popular.

Por eso, largas filas de vehículos de matrícula estadunidense cruzan a diario la frontera mexicana, porque en EU los precios de los combustibles han aumentado en gran proporción. En toda la franja fronteriza –de Tijuana, BC a Reynosa, Tamps.— miles de ciudadanos de EU cruzan para llenar los tanques de sus vehículos con los combustibles nacionales.

La diferencia en los precios del combustible entre ambos lados puede ser de hasta 10 pesos por litro. En la frontera mexicana con California la diferencia es mayor, porque en ese estado la gasolina cuesta hasta 8 dólares por galón (3.8 lts.) y la diferencia entre ambas es prácticamente del doble. El gobierno de EU no aplica control de precios, ni existe una empresa estatal que realice las funciones de equilibrio.

En el camino hacia la autosuficiencia, el gobierno de AMLO está realizando todos los esfuerzos posibles, tratando de cerrar la brecha entre las necesidades del consumo nacional y la producción local. A la fecha, el país importa más del 70 por ciento de los combustibles que se requieren para la planta industrial, comercial y vehicular mexicana.

Es decir, se está realizando un proceso nacional de sustitución de importaciones en gran escala, tratando de completar el ciclo de producir todos los combustibles que la actividad de los mexicanos necesita, y reducir paulatinamente la importación de tales insumos. La meta es abatir el enorme déficit en la producción de gasolina y diésel.

Asimismo, la meta a mediano plazo es dejar de producir petróleo para la exportación, y solo dedicar lo que se extraiga a cubrir las necesidades de la planta productiva nacional. El objetivo es dejar de exportar petróleo crudo y extraerlo solo en cantidad suficiente para el consumo nacional. La producción local que realicen las 8 refinerías (las 6 tradicionales ya rehabilitadas más Deer Park y Dos Bocas) generará ahorros que suplirán con creces los ingresos que actualmente obtiene el gobierno federal de la exportación de petróleo crudo.

También se están construyendo dos plantas coquizadoras (una en Tula y otra en Salina Cruz) con objeto de procesar combustóleo, que a la fecha se quema por ser el remanente de la producción de gasolinas. Al “exprimir” ese producto, se contribuirá a reducir el excesivo daño ecológico y ambiental que tales procesos generan.

Al respecto, el gobierno federal proyecta que, al corto plazo, más de la tercera parte de las necesidades del país sean cubiertas por energías limpias y renovables, mediante la instalación de múltiples plantas solares –como en Puerto Peñasco, Sonora-- y en otras regiones.

Lo mismo ocurrirá con la energía eléctrica que generan las turbinas establecidas en

muchas presas del país. Esas turbinas serán reparadas o se instalarán nuevas, de mayor capacidad. Para cubrir esas inversiones, la CFE cuenta con suficiencia presupuestal ya que la empresa ha mejorado sustancialmente sus finanzas.

Por ejemplo: al recuperar el dinero que antes perdía porque las empresas privadas vendían de manera fraudulenta el fluido eléctrico, hoy se ha fortalecido la Comisión Federal de Electricidad (CFE) al grado de que ha comenzado a tener utilidades. El último reporte informa que tuvo 8 mil 659 millones de pesos de utilidad durante el primer trimestre de 2022. Estas cifras contrastan con la pérdida de 37 mil 537 millones de pesos que la CFE reportó a la Bolsa de Valores de México al cierre del año 2021.


El próximo 1 de julio, el gobierno de AMLO inaugurará la primera fase de una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, con el fin de avanzar en el camino hacia la autosuficiencia del país en materia de energéticos. Será la mayor obra del sexenio en esta materia, por lo cual aumentará sustancialmente la producción nacional de combustible y ahorrará millones de dólares al país.

El Proyecto de Dos Bocas tendrá –según apreciación del presidente López Obrador-- la inversión de unos 12 mil millones de dólares (240 mil millones de pesos) adicionales al presupuesto de Pemex para el presente año. Procesará el crudo maya --el petróleo más pesado de México—el cual se extrae de los pozos ubicados en la región del sureste (Chiapas, Tabasco y Veracruz).

A partir de su inauguración –en el IV aniversario del arrollador triunfo electoral de AMLO en 2018-- la refinería tendrá un periodo de 6 meses, durante los cuales se comprobará el funcionamiento de las diversas instalaciones del complejo. Se calcula que la refinería comenzará a producir en los primeros meses de 2023, y contribuirá a reducir la dependencia mexicana respecto del mercado externo.

La refinería, llamada “Olmeca” por la región del sureste en la cual tuvo su asiento esa cultura, procesará unos 340 mil barriles de crudo al día, y producirá alrededor de 170 mil barriles diarios de gasolina y 120 mil de diésel, que significarán un aporte significativo en el consumo nacional de petrolíferos.

Como parte del mismo proyecto energético, el gobierno compró la mitad de las acciones de la refinería de Deer Park, Texas, que procesa unos 600 mil barriles de petróleo crudo al día, y que ya ha empezado a generar ganancias a Pemex. Además, su producción se ha incorporado al sistema nacional de distribución de combustibles.

Las acciones de esta refinería hoy son, en tu totalidad, propiedad del estado mexicano. Produce a diario unos 110 mil barriles de gasolina, 90 mil barriles de diésel y 25 mil barriles de turbosina. Todo ese volumen se canaliza hacia las instalaciones de Pemex, que las incorpora al mercado nacional a través de sus redes de distribución.

De manera simultánea, el gobierno federal ha avanzado en la rehabilitación de las 6 refinerías que existen en el país, las cuales fueron abandonados por los gobiernos anteriores y se encontraban prácticamente en ruinas cuando entró en funciones la nueva administración federal. Esas refinerías trabajan actualmente a un 76 por ciento de su capacidad en promedio, lo cual ha implicado un gran esfuerzo y mucha inversión responsable, porque en 2018 lo hacían tan solo al 30 por ciento de su capacidad instalada.

De esta forma, miles de millones de dólares se están ahorrando como consecuencia de la reducción en la importación de petrolíferos, al tiempo que se obtienen cuantiosos recursos por la exportación de más de 1 millón de barriles de petróleo crudo al día. ¿Qué se hace

con tanto dinero? Una parte se usa en sustituir los impuestos federales sobre la venta de combustibles (el IEPS entre otros) de modo que en los expendios nacionales se vende gasolina subsidiada. Esto contribuye a mantener la estabilidad de los precios nacionales, que en una época de inflación resulta sustancial para la economía popular.

Por eso, largas filas de vehículos de matrícula estadunidense cruzan a diario la frontera mexicana, porque en EU los precios de los combustibles han aumentado en gran proporción. En toda la franja fronteriza –de Tijuana, BC a Reynosa, Tamps.— miles de ciudadanos de EU cruzan para llenar los tanques de sus vehículos con los combustibles nacionales.

La diferencia en los precios del combustible entre ambos lados puede ser de hasta 10 pesos por litro. En la frontera mexicana con California la diferencia es mayor, porque en ese estado la gasolina cuesta hasta 8 dólares por galón (3.8 lts.) y la diferencia entre ambas es prácticamente del doble. El gobierno de EU no aplica control de precios, ni existe una empresa estatal que realice las funciones de equilibrio.

En el camino hacia la autosuficiencia, el gobierno de AMLO está realizando todos los esfuerzos posibles, tratando de cerrar la brecha entre las necesidades del consumo nacional y la producción local. A la fecha, el país importa más del 70 por ciento de los combustibles que se requieren para la planta industrial, comercial y vehicular mexicana.

Es decir, se está realizando un proceso nacional de sustitución de importaciones en gran escala, tratando de completar el ciclo de producir todos los combustibles que la actividad de los mexicanos necesita, y reducir paulatinamente la importación de tales insumos. La meta es abatir el enorme déficit en la producción de gasolina y diésel.

Asimismo, la meta a mediano plazo es dejar de producir petróleo para la exportación, y solo dedicar lo que se extraiga a cubrir las necesidades de la planta productiva nacional. El objetivo es dejar de exportar petróleo crudo y extraerlo solo en cantidad suficiente para el consumo nacional. La producción local que realicen las 8 refinerías (las 6 tradicionales ya rehabilitadas más Deer Park y Dos Bocas) generará ahorros que suplirán con creces los ingresos que actualmente obtiene el gobierno federal de la exportación de petróleo crudo.

También se están construyendo dos plantas coquizadoras (una en Tula y otra en Salina Cruz) con objeto de procesar combustóleo, que a la fecha se quema por ser el remanente de la producción de gasolinas. Al “exprimir” ese producto, se contribuirá a reducir el excesivo daño ecológico y ambiental que tales procesos generan.

Al respecto, el gobierno federal proyecta que, al corto plazo, más de la tercera parte de las necesidades del país sean cubiertas por energías limpias y renovables, mediante la instalación de múltiples plantas solares –como en Puerto Peñasco, Sonora-- y en otras regiones.

Lo mismo ocurrirá con la energía eléctrica que generan las turbinas establecidas en

muchas presas del país. Esas turbinas serán reparadas o se instalarán nuevas, de mayor capacidad. Para cubrir esas inversiones, la CFE cuenta con suficiencia presupuestal ya que la empresa ha mejorado sustancialmente sus finanzas.

Por ejemplo: al recuperar el dinero que antes perdía porque las empresas privadas vendían de manera fraudulenta el fluido eléctrico, hoy se ha fortalecido la Comisión Federal de Electricidad (CFE) al grado de que ha comenzado a tener utilidades. El último reporte informa que tuvo 8 mil 659 millones de pesos de utilidad durante el primer trimestre de 2022. Estas cifras contrastan con la pérdida de 37 mil 537 millones de pesos que la CFE reportó a la Bolsa de Valores de México al cierre del año 2021.