/ martes 18 de enero de 2022

Vicisitudes municipales


Volviendo de lleno a las actividades cotidianas, es pertinente retomar el debate sobre el municipio. Estos días fue publicada una nota en la que en entrevista con el Presidente del Tribunal de Justicia Administrativa se hacía referencia a las dificultades que enfrentan varios municipios por sentencias de dicho tribunal. Lo anterior en relación a desistimientos de amparos interpuestos por autoridades municipales anteriores a fin de evitar sanciones impuestas por el tribunal.

El caso pone de manifiesto una problemática que se viene arrastrando luego de que los municipios comenzaron a ejercer sus facultades constitucionales ya no sometidos al control de los gobernadores, a finales de la última década del siglo XX. Ello trajo consigo que las administraciones municipales fueran dejando una estela de demandas por despidos injustificadas que no alcanzaron conciliación durante los procesos correspondientes.

A partir de 1997, cuando ganaron alcaldías partidos políticos diferentes al PRI, comenzaría el calvario de los laudos por despidos injustificados, durante y al terminar cada trienio. No solo se afectaron las finanzas por dichos laudos, también lo fueron debido a que con los nuevos gobiernos los sueldos de los funcionarios de primer nivel comenzaron a crecer de manera desproporcionada al igual que sus prestaciones, influyó también el hecho de que los nuevos alcaldes, generalmente no alcanzaban mayoría en sus cabildos y debían recurrir a negociaciones con grupos de regidores quienes comenzaron a proponer personal en las estructuras administrativas (con los consabidos buenos sueldos) de ahí su crecimiento.

Con esta problemática y el incumplimiento de las sentencias dictadas por las autoridades competentes los alcaldes comenzaron a ser sancionados incluso con la destitución. Es el caso de la nota mencionada en la que el tribunal está a la espera de las acciones de los nuevos presidentes quedado la posibilidad de ser destituidos algunos de ellos. De igual manera se ha mencionado en varios medios de comunicación las grandes sumas de recursos pendientes de pagar por este concepto entre todos los municipios del Estado.

Esta entre otras, son las muchas razones por las que hay que mirar hacia el municipio e iniciar un debate sobre sus perspectivas, problemáticas y nuevos desafíos hacia el futuro. Resulta prioritario sentar nuevas bases para el desarrollo de las familias que viven en sus territorios y actualizar el marco jurídico que los rige. De lo que se realice en este asunto seguiré comentando. Que tengan buena semana y reitero la necesidad de seguirnos cuidando.


Volviendo de lleno a las actividades cotidianas, es pertinente retomar el debate sobre el municipio. Estos días fue publicada una nota en la que en entrevista con el Presidente del Tribunal de Justicia Administrativa se hacía referencia a las dificultades que enfrentan varios municipios por sentencias de dicho tribunal. Lo anterior en relación a desistimientos de amparos interpuestos por autoridades municipales anteriores a fin de evitar sanciones impuestas por el tribunal.

El caso pone de manifiesto una problemática que se viene arrastrando luego de que los municipios comenzaron a ejercer sus facultades constitucionales ya no sometidos al control de los gobernadores, a finales de la última década del siglo XX. Ello trajo consigo que las administraciones municipales fueran dejando una estela de demandas por despidos injustificadas que no alcanzaron conciliación durante los procesos correspondientes.

A partir de 1997, cuando ganaron alcaldías partidos políticos diferentes al PRI, comenzaría el calvario de los laudos por despidos injustificados, durante y al terminar cada trienio. No solo se afectaron las finanzas por dichos laudos, también lo fueron debido a que con los nuevos gobiernos los sueldos de los funcionarios de primer nivel comenzaron a crecer de manera desproporcionada al igual que sus prestaciones, influyó también el hecho de que los nuevos alcaldes, generalmente no alcanzaban mayoría en sus cabildos y debían recurrir a negociaciones con grupos de regidores quienes comenzaron a proponer personal en las estructuras administrativas (con los consabidos buenos sueldos) de ahí su crecimiento.

Con esta problemática y el incumplimiento de las sentencias dictadas por las autoridades competentes los alcaldes comenzaron a ser sancionados incluso con la destitución. Es el caso de la nota mencionada en la que el tribunal está a la espera de las acciones de los nuevos presidentes quedado la posibilidad de ser destituidos algunos de ellos. De igual manera se ha mencionado en varios medios de comunicación las grandes sumas de recursos pendientes de pagar por este concepto entre todos los municipios del Estado.

Esta entre otras, son las muchas razones por las que hay que mirar hacia el municipio e iniciar un debate sobre sus perspectivas, problemáticas y nuevos desafíos hacia el futuro. Resulta prioritario sentar nuevas bases para el desarrollo de las familias que viven en sus territorios y actualizar el marco jurídico que los rige. De lo que se realice en este asunto seguiré comentando. Que tengan buena semana y reitero la necesidad de seguirnos cuidando.

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