/ jueves 29 de octubre de 2020

¿Y el Bienestar de la UAEM?

El presidente López Obrador estará hoy en Morelos en una gira de obra pública que pasará por Tlaltizapán, Temixco y Cuernavaca. En el primer municipio, estará en una de las tres universidades para el Bienestar Benito Juárez de Morelos, un estado que tiene universidades tecnológicas de financiamiento público y una Autónoma que atraviesa por una profunda crisis financiera y a la que sólo a regañadientes se ha apoyado desde la federación.

Uno pensaría que la intención presidencial de abrir universidades para cubrir la demanda creciente de educación superior en Morelos es digna de reconocimiento; pero hay muchos pendientes. La UAEM enfrenta un déficit superior a los 500 millones de pesos, ha tenido que cerrar espacios y reorganizar su estructura académica.

Igual que otras universidades públicas en crisis, la UAEM ha aplicado medidas de austeridad importantes que permitieron reducir a la mitad su déficit, sin embargo, hágase como se haga, eliminar el endeudamiento universitario sólo con medidas de austeridad es contablemente imposible, en gran medida porque los gobiernos responsables de financiar mayormente a las universidades públicas han reducido el gasto en educación superior. Al mismo tiempo, la dinámica poblacional, las exigencias sociales y políticas, presionan a las instituciones a ofrecer más espacios en sus aulas, nuevos grupos y nuevas carreras que requieren de ampliaciones al gasto. La UAEM, por ejemplo, aumentó más del doble su matrícula de 20 mil a 43 mil alumnos, que representan su principal carga financiera. Adicionalmente, tendría que reconocerse que la calidad de los programas académicos se ha mantenido o aumentado en la mayoría de los casos. Aún con ello, sin fortalecer los subsidios federales y estatales, y los eventuales apoyos municipales, es imposible que la UAEM libre la crisis por la que atraviesa hace ya varios años.

Frente a esta realidad, el gasto de casi 99 millones de pesos en promedio por plantel (hay tres en Morelos), que el gobierno federal destinó para las universidades del bienestar en todo el país, parece un exceso especialmente considerando la amplia cobertura de la UAEM en todo el estado.

Muchos dirán que se trata de nuevas oportunidades para jóvenes de comunidades marginadas, en Morelos, las universidades del Bienestar se ubican en Tepoztlán que ofrece la ingeniería en procesos agroalimentarios; en Ayala, medicina veterinaria y zootecnia; y en Tlaltizapán, licenciatura en patrimonio histórico, cultural y natural. La UAEM tiene 65 programas académicos en el nivel superior, y todos ellos están en crisis financiera. Dirán que no se trata de que las universidades del proyecto presidencial le quiten algo a las autónomas, y así debiera ser, pero en el diseño presupuestal y mucho más en las condiciones de austeridad impuestas por el gobierno federal, cada peso que se invierte en proyectos de dudoso impacto y escasas posibilidades de éxito, duele mucho a las instituciones y los sectores que realmente las necesitan y pueden volver a los gastos, verdaderas inversiones; las universidades autónomas sirven extraordinariamente para ello.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

El presidente López Obrador estará hoy en Morelos en una gira de obra pública que pasará por Tlaltizapán, Temixco y Cuernavaca. En el primer municipio, estará en una de las tres universidades para el Bienestar Benito Juárez de Morelos, un estado que tiene universidades tecnológicas de financiamiento público y una Autónoma que atraviesa por una profunda crisis financiera y a la que sólo a regañadientes se ha apoyado desde la federación.

Uno pensaría que la intención presidencial de abrir universidades para cubrir la demanda creciente de educación superior en Morelos es digna de reconocimiento; pero hay muchos pendientes. La UAEM enfrenta un déficit superior a los 500 millones de pesos, ha tenido que cerrar espacios y reorganizar su estructura académica.

Igual que otras universidades públicas en crisis, la UAEM ha aplicado medidas de austeridad importantes que permitieron reducir a la mitad su déficit, sin embargo, hágase como se haga, eliminar el endeudamiento universitario sólo con medidas de austeridad es contablemente imposible, en gran medida porque los gobiernos responsables de financiar mayormente a las universidades públicas han reducido el gasto en educación superior. Al mismo tiempo, la dinámica poblacional, las exigencias sociales y políticas, presionan a las instituciones a ofrecer más espacios en sus aulas, nuevos grupos y nuevas carreras que requieren de ampliaciones al gasto. La UAEM, por ejemplo, aumentó más del doble su matrícula de 20 mil a 43 mil alumnos, que representan su principal carga financiera. Adicionalmente, tendría que reconocerse que la calidad de los programas académicos se ha mantenido o aumentado en la mayoría de los casos. Aún con ello, sin fortalecer los subsidios federales y estatales, y los eventuales apoyos municipales, es imposible que la UAEM libre la crisis por la que atraviesa hace ya varios años.

Frente a esta realidad, el gasto de casi 99 millones de pesos en promedio por plantel (hay tres en Morelos), que el gobierno federal destinó para las universidades del bienestar en todo el país, parece un exceso especialmente considerando la amplia cobertura de la UAEM en todo el estado.

Muchos dirán que se trata de nuevas oportunidades para jóvenes de comunidades marginadas, en Morelos, las universidades del Bienestar se ubican en Tepoztlán que ofrece la ingeniería en procesos agroalimentarios; en Ayala, medicina veterinaria y zootecnia; y en Tlaltizapán, licenciatura en patrimonio histórico, cultural y natural. La UAEM tiene 65 programas académicos en el nivel superior, y todos ellos están en crisis financiera. Dirán que no se trata de que las universidades del proyecto presidencial le quiten algo a las autónomas, y así debiera ser, pero en el diseño presupuestal y mucho más en las condiciones de austeridad impuestas por el gobierno federal, cada peso que se invierte en proyectos de dudoso impacto y escasas posibilidades de éxito, duele mucho a las instituciones y los sectores que realmente las necesitan y pueden volver a los gastos, verdaderas inversiones; las universidades autónomas sirven extraordinariamente para ello.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx