/ domingo 6 de junio de 2021

Y salimos a votar...

La alta participación de Morelos en una elección intermedia habla de la urgencia de los electores de decir algo a la clase política, y en términos más generales a todos quienes, de una u otra forma se han involucrado en lo público morelense. Al corte de las 16 horas, de acuerdo con el Impepac, 54% del listado nominal morelense había votado ya, lo que significaría una participación de casi el doble de la que en principio se proyectaba, de alrededor del 30%.

El mensaje es claro: “no sin nosotros”, dicen los electores. Advertimos que en el momento de escribir esto, las casillas apenas cierran por lo que no tenemos mayor dato que la alta participación, si ésta se traduce en el triunfo de unos u otros, en elecciones mucho más reñidas o más abiertas, será motivo de una entrega posterior. Por ahora, tendríamos que resaltar la civilidad, la alta participación y hasta las sonrisas que se adivinaban detrás de los cubrebocas.

En contraste con el vuelco de más de la mitad del listado nominal en las urnas, sorprendió a las autoridades electorales y a cientos de ciudadanos formados desde las primeras horas del día, el que 34% de los ciudadanos que fueron capacitados como funcionarios de casilla decidieran no acudir a cumplir con el compromiso. A lo mejor el miedo a la pandemia, o a la porqueriza política que algunos figuraban sería esta jornada electoral, inhibió la voluntad de quienes, aparentemente a la mera hora, decidieron que era mejor quedarse en cama.

La alta participación ciudadana en la elección sacó de balance a muchos operadores de partidos políticos que habían hecho sus proyecciones con entre el 30 y el 40 por ciento de participación ciudadana, eso les ofrecía ventajas o desventajas muy manejables (de entre cinco y seis por ciento). El que tanta gente acudiera a las urnas sirvió para desalentar operativos que los partidos acostumbran cuando saben que el triunfo les queda muy cerca.

Aún con ello, las denuncias por compra y coacción del voto estuvieron a la orden del día, como en prácticamente todos los procesos electorales. Pero ninguno de los casos fue tan relevante como para poner en duda los resultados que se obtengan, por lo menos no hasta el cierre de casillas.

La alta participación de los morelenses en la elección probablemente haya sido también el factor que evitó que a las seis de la tarde hubiera proclamas absurdas de candidatos que se decían ganadores de la contienda sin ofrecer mayores datos. El ambiente de tensión era notorio desde un par de horas antes del cierre de las casillas. Las casas de campaña y los búnkers de los candidatos se concentraron en reevaluar las proyecciones casi desde mediodía, y salvo aclaraciones de hechos durante la contienda, realmente fue muy poco lo que aportaron a la conversación durante la jornada.

La buena noticia para todos es que muchísima gente salió a votar; la mala nueva para los políticos es que, si ese nivel de participación ciudadana se puede mantener después de las elecciones, y se traduce en organizada exigencia, es muy probable que el ejercicio de gobierno de quienes hayan logrado triunfos se complique grandemente. Y por Morelos esperaríamos que así sea, sin importar quienes hayan resultado electos.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

La alta participación de Morelos en una elección intermedia habla de la urgencia de los electores de decir algo a la clase política, y en términos más generales a todos quienes, de una u otra forma se han involucrado en lo público morelense. Al corte de las 16 horas, de acuerdo con el Impepac, 54% del listado nominal morelense había votado ya, lo que significaría una participación de casi el doble de la que en principio se proyectaba, de alrededor del 30%.

El mensaje es claro: “no sin nosotros”, dicen los electores. Advertimos que en el momento de escribir esto, las casillas apenas cierran por lo que no tenemos mayor dato que la alta participación, si ésta se traduce en el triunfo de unos u otros, en elecciones mucho más reñidas o más abiertas, será motivo de una entrega posterior. Por ahora, tendríamos que resaltar la civilidad, la alta participación y hasta las sonrisas que se adivinaban detrás de los cubrebocas.

En contraste con el vuelco de más de la mitad del listado nominal en las urnas, sorprendió a las autoridades electorales y a cientos de ciudadanos formados desde las primeras horas del día, el que 34% de los ciudadanos que fueron capacitados como funcionarios de casilla decidieran no acudir a cumplir con el compromiso. A lo mejor el miedo a la pandemia, o a la porqueriza política que algunos figuraban sería esta jornada electoral, inhibió la voluntad de quienes, aparentemente a la mera hora, decidieron que era mejor quedarse en cama.

La alta participación ciudadana en la elección sacó de balance a muchos operadores de partidos políticos que habían hecho sus proyecciones con entre el 30 y el 40 por ciento de participación ciudadana, eso les ofrecía ventajas o desventajas muy manejables (de entre cinco y seis por ciento). El que tanta gente acudiera a las urnas sirvió para desalentar operativos que los partidos acostumbran cuando saben que el triunfo les queda muy cerca.

Aún con ello, las denuncias por compra y coacción del voto estuvieron a la orden del día, como en prácticamente todos los procesos electorales. Pero ninguno de los casos fue tan relevante como para poner en duda los resultados que se obtengan, por lo menos no hasta el cierre de casillas.

La alta participación de los morelenses en la elección probablemente haya sido también el factor que evitó que a las seis de la tarde hubiera proclamas absurdas de candidatos que se decían ganadores de la contienda sin ofrecer mayores datos. El ambiente de tensión era notorio desde un par de horas antes del cierre de las casillas. Las casas de campaña y los búnkers de los candidatos se concentraron en reevaluar las proyecciones casi desde mediodía, y salvo aclaraciones de hechos durante la contienda, realmente fue muy poco lo que aportaron a la conversación durante la jornada.

La buena noticia para todos es que muchísima gente salió a votar; la mala nueva para los políticos es que, si ese nivel de participación ciudadana se puede mantener después de las elecciones, y se traduce en organizada exigencia, es muy probable que el ejercicio de gobierno de quienes hayan logrado triunfos se complique grandemente. Y por Morelos esperaríamos que así sea, sin importar quienes hayan resultado electos.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx