Artesanos recuperan poco a poco el Callejón del Arte

A pesar de que sólo una decena de artistas acuden regularmente cada fin de semana al Centro de Cuernavaca; no desistirán en recuperar el esplendor de este espacio

Katy Cárdenas | El Sol de Cuernavaca

  · domingo 4 de julio de 2021

Froylán Trujillo | El Sol de Cuernavaca

La falta de promoción hace que poca gente se entere que en la calle Juan Ruiz de Alarcón del centro de la ciudad los artesanos regresaron a vender sus productos al Callejón del Arte, lamentan comerciantes quienes después de haberse retirado durante casi 6 meses debido a la contingencia sanitaria, buscan recuperar sus ingresos con su talento; piden apoyo de las autoridades tanto municipales como estatales con el fin de que puedan difundir sobre lo que ahí se oferta.

María Luisa Sotelo, creadora de collares con piedra de cuarzo, le explica con paciencia a su clienta que al llega la luna llena debe “lavar primero la piedra, la seca, en el transcurso de la luna que son como cuatro noches la deja, cuando comienza el día la pone en un lugar en el que solo usted la va a tocar, y toda la energía lunar es para usted”.

Colocada al inicio del pequeño mercado, platica que junto a su esposo se dedican a confeccionar este tipo de cosas, con dos años de antigüedad en este punto de la ciudad los sábados y domingos, pero ahora con su esposo enfermo tuvo que llegar sola porque “no hay otra, a veces, así como llego me voy, con todos mis productos que traigo, este fin de semana apenas está levantando un poco la venta, con las lluvias también es difícil salir por la salud y el producto que trae uno”.

Aretes desde 25 pesos, 30 y otros de 50 pesos, además de collares, pulseras, figuras talladas en piedras, resina o barro, son parte de los productos que comercializa y a los que confiesa, le hacen falta promoción. Previo a la pandemia en el Callejón del Arte constaba de 32 comerciantes, actualmente solo se colocan 10 que en cuyo caso los vendedores ya cuentan con un esquema de vacunación contra Covid-19.

Basta caminar un poco para darse cuenta de la gama de productos artesanales que ahí se comercializan, y también “se regatea”, en el precio que ya no puede ser más bajo, explican pues conseguir la materia prima no es fácil sobre todo ahora en pandemia.

Metros adelante está Ernesto, un pequeño que disfruta de acompañar a su abuela para ofrecer cuadros de pintura, confiesa que, aunque prefiere la natación también ha aprendido a pintar con técnicas que hereda de ella.

“Estamos reiniciando después de la pandemia, llevamos como un mes más o menos y la verdad está muy tranquila la situación, pero poco a poco se ira componiendo primero Dios; hace falta difusión estamos los sábados y domingos de 10 de la mañana a 6 de la tarde, los costos varían”, dice su abuela Amelia Martínez, pintora en artes plásticas.

No solo vende cuadros, también enseña a grandes y pequeños que pueden acudir a una clase formal o solo a “relajarse”, mediante trazos.

TEMAS