Un ballet inclusivo que nació gracias al amor filial

Esmirna bailaba en silla de ruedas y murió en 2012; su pasión inspiró la creación de un grupo que hoy cosecha éxitos a nivel nacional

Emmanuel Ruiz | El Sol de Cuautla

  · jueves 7 de septiembre de 2023

Ballet Esmirna está integrado por bailarines de cinco municipios de Morelos que no se limitan a un género musical y experimentan con todos los estilos. / Cortesía | Ana Laura Domínguez

Ana Laura Domínguez Toledano descubrió desde temprano que la inclusión no era una norma en su comunidad. Su hermana, Esmirna, nacida con una malformación congénita llamada melio melingocele, enfrentó innumerables desafíos en su vida cotidiana, desde el ámbito educativo hasta el social.

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Esmirna fue una niña que por medio de la danza descubrió la posibilidad de proyectarse hacia la comunidad, de identificarse con otras personas que tenían discapacidad, y empezó a encontrar una actividad que le generaba mucha identidad, mucho propósito”, recuerda Ana Laura, quien actualmente dirige el ballet sobre ruedas Esmirna.

Historia inspiradora

Inspiradas por un pionero de la danza sobre silla de ruedas, Francisco Moguel Coz, las hermanas comenzaron a trabajar en un proyecto que, aunque inicialmente quedó inconcluso debido al fallecimiento de Moguel, se retomó gracias a la persistencia de Esmirna, quien convenció a Laura de continuar con el proyecto.

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Desafortunadamente, Esmirna falleció en el año 2012, apenas doce meses después de concretar el grupo de danza, dejando a Ana Laura a cargo. Más tarde, la docente bautizaría al ballet con el nombre de su hermana.

“Esmirna se creó con el fin de generar un espacio de convivencia,” cuenta Ana Laura: “Mi interés era que ella tuviera la alegría de volver a la danza, y me decía es que sólo somos tú y yo, pero yo quiero que vengan más personas”.

Esmirna invitó a más personas a integrarse al grupo y, aunque su fallecimiento fue un golpe duro, dejó una gran comunidad con el deseo de seguir desarrollándose en la danza.

El grupo de baile ahora alberga a muchos interesados en convivir. / Cortesía | Ana Laura Domínguez

Rompiendo las barreras

Hoy el Ballet Esmirna está compuesto por bailarines de cinco municipios distintos y ha logrado reconocimientos, incluida una medalla de oro en paradanza, en Uruapan: “Iniciamos de manera recreativa y no tenemos ningún tope con relación a experimentar sobre el movimiento”, explica.

Desde rock and roll hasta ska, el grupo no se limita a un género de música específico, y cada miembro tiene la libertad de proponer y ejecutar estilos de baile.

Además de fomentar la creatividad, el ballet también ha tenido un impacto positivo en la salud de sus miembros: “Al mantenerse activos disminuyen la adquisición de cualquier tipo de enfermedades, que son en algunos casos degenerativas”.

Las actividades del ballet favorecen a los miembros física y mentalmente. / Cortesía | Ana Laura Domínguez

La movilidad, la flexibilidad y la fuerza son solo algunos beneficios físicos, pero la danza también ha ayudado a los miembros del grupo a fortalecer la memoria, la atención y la concentración. A nivel social les ha permitido s ser reconocidos por su talento y no por su discapacidad.

Ya no se habla de la discapacidad, sino de lo que pueden generar a través de la danza”, afirma Ana Laura. Y aunque el espacio fue creado inicialmente para personas con discapacidad, muchos voluntarios sin discapacidad se han unido al colectivo, impactados positivamente por el trabajo del grupo.


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