Comprobado que funciona

Mirar hacia adentro

Rodolfo Candelas

  · martes 9 de abril de 2019

Basta abrir este o cualquier diario para darnos cuenta que en el país no vamos bien, que dimos una vuelta equivocada y el horror estaba allí, esperándonos para hacernos pedazos.

Al respecto, casi todo funcionario y promotor cultural que se respete, ha dicho como argumento para señalar la importancia y validez de su labor en estas circunstancias: “la cultura restablece el tejido social”. Sin saber bien a bien de qué forma la cultura hace esto. En un país tan adolorido como el nuestro y con una sociedad tan fragmentada y egoísta, el sector cultural intuyó que esta era su cancha, pues lo comunitario es lo suyo y nació la conocida e improbada frase.

La academia y la gestión cultural no siempre caminan de la mano, a menudo se desdeñan, una instalada en las ideas y la otra en la práctica. Una relación más cercana y cotidiana sin duda beneficiaría a ambas. En el CRIM de la UNAM, la Dra. Lourdes Arizpe y su equipo han desarrollado diversos proyectos sobre las culturas morelenses, en el marco de la Cátedra UNESCO sobre Patrimonio Cultural Inmaterial y Diversidad Cultural, la cual dirigen. Estos proyectos suelen ver la luz en forma de libros. En Renovación y futuro del patrimonio cultural inmaterial de México (CRIM UNAM 2017), la Dra. Cristina Amezcua publica el texto Cohesión: fusión e identificación en la conmemoración de la Independencia en Quebrantadero, donde analizando esta celebración, demuestra cómo los participantes “en los momentos de alta euforia ponen en marcha procesos de fusión identitaria… generando lazos interpersonales de gran contenido afectivo que en la práctica sustentan un parentesco psicológico.” Allí está la tan ansiada comprobación. Palomita. El capítulo además de estas y otras aportaciones académicas, describe de forma amena y divertida una celebración alucinante que en Axochiapan y Tepalcingo cobra vida en el mes patrio.

Por lo anterior, por el valor probado de la cultura popular, en esta columna los invito a que, en sus próximas entregas, hagamos un viaje hacia adentro, hacia las culturas morelenses y quienes las mantienen vivas, fortaleciendo con ello la identidad de los que aquí vivimos. Porque si sentimos aprecio por el lugar que habitamos y por quienes lo habitan, los problemas seguirán siendo los mismos, pero los veremos desde otro lugar, uno más firme y claro, con raíz, y sabiendo que no estamos solos. ¿Quién quiere un ejemplar de este libro? Se lleva uno quien me escriba primero un correo diciéndome qué es el patrimonio cultural inmaterial.

rodolfocandelas@yahoo.com.mx