La corrupción es un tema que se ha acrecentado en la época contemporánea, teniendo efectos de pandemia, donde la globalización ha influido al buscar construir clases consumistas (por ejemplo de drogas y armas) eliminando las barreras fronterizas entre los Estados y por ende un debilitamiento del Estado y sus instituciones como en el caso mexicano.
En ideas del doctor Contreras Bustamante, la configuración del binomio corrupción-impunidad ha permeado en el Estado de Derecho mexicano, generado una crisis por falta de certeza y seguridad jurídica en las instituciones públicas y en los personajes que han sido parte de ellas. En este sentido tenemos los casos del ex secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Calderón, Genaro García Luna, y ahora el ex secretario de la Defensa Nacional con Peña Nieto, Salvador Cienfuegos Zepeda, que han sido detenidos en Estados Unidos por nexos con el crimen organizado, planteando la interrogante ¿en manos de quiénes está o estaba la seguridad de los mexicanos?
Es lamentable que en el caso del general en retiro, se ponga en entredicho el manejo de una de las secretarías más fundamentales como lo es la de la Defensa Nacional, abonando más a la premisa de que México es un Estado fallido o que durante muchos años se venía configurando un narco gobierno. Independientemente de que se demuestren las acusaciones al ex secretario, se ha dado nuevamente un golpe político a lo que fue el sexenio de Enrique Peña Nieto perfilándolo quizás como el gobierno más corrupto en la historia del México contemporáneo, y además contribuye al discurso de López Obrador de que la culpa es de los gobiernos anteriores y así atenuar las críticas a los resultados no óptimos en materia de seguridad pública durante su gobierno.
Ahora bien, la delincuencia organizada a través del narcotráfico como principal actividad se ha venido acrecentando desde la década de los años ochenta del siglo pasado donde se empezó a desarrollar un mercado interno que fue diversificando sus actividades, permeando su influencia en actores políticos y burocráticos a través de la corrupción, volviéndose piezas claves en el engranaje de la operatividad delincuencial.
Dicha influencia se ha dado desde los cuerpos policiacos pasando por políticos de los distintos niveles de gobierno hasta el poder judicial, debilitando así al Estado de Derecho acrecentando la impunidad y la falta de confianza de los ciudadanos hacia los miembros de las instituciones del poder público que ha sido desplazado por la fuerza fáctica de otras estructuras de poder, por lo que en el caso mexicano, el Estado ha dejado de hacer lo que en ideas de Thomas Hobbes es la principal tarea hacia los miembros del pacto social, garantizarles su seguridad, y que está consignada en el párrafo noveno del artículo 21 constitucional, pues la seguridad pública es una función del Estado cuyos fines son salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social.
Hay que precisar que la política de combatir al crimen organizado mediante las fuerzas armadas no nació con Felipe Calderón sino más bien encontramos sus raíces con Ernesto Zedillo y que le dio continuidad Vicente Fox llegando a su clímax con Calderón y Peña Nieto. Ahora, en el gobierno de la 4T se reconfiguró la estrategia pero sigue estando la presencia de fuerzas castrenses, algo que ha sido objeto de crítica; sin embargo, hay que considerar que las políticas de los gobiernos mexicanos en este rubro han sido influenciadas por Estados Unidos, donde han creado un discurso en su población de que la culpa de las muertes de los jóvenes estadounidenses y de otros problemas derivan de los países latinoamericanos como México, Bolivia o Colombia que “no hacen nada para frenar el tránsito de drogas hacia su territorio”.
Como se dijo párrafos arriba, es lamentable que personajes que estuvieron al frente de instituciones cuyas tareas eran contribuir a la seguridad de los mexicanos, hayan sido detenidos por nexos con la delincuencia (hay que precisar que hasta que se les compruebe de lo que se les acusa al menos en el sistema penal mexicano tienen la presunción de inocencia), donde en el caso del ex secretario de la Defensa Nacional se abona a la falta de confianza hacia miembros del ejército, que si bien es cierto, en ideas de Althusser se trata de una institución que forma parte del aparato represivo del Estado, pero también tiene como paradigmas la disciplina y obediencia así como valores entre sus miembros como la lealtad, el honor y la abnegación, teniendo ejemplos de militares mexicanos que han contribuido al desarrollo de México, siendo un caso emblemático el del general Lázaro Cárdenas que el pasado 19 de octubre se conmemoró el 50 aniversario de su fallecimiento y que fue pieza clave en la construcción del México post-revolucionario bajo un modelo de Estado de Bienestar.
