Entre pianos, órganos, sintetizadores y algo más...Ray Manzarek

Juan Carlos Jaimes

  · martes 19 de mayo de 2020

Generalmente en una banda de rock, quienes se llevan la atención y los aplausos son los cantantes y los guitarristas, y aunque en las bandas actuales ya no son muy comunes, sin duda, los tecladistas han jugado un papel importante en la historia del rock, muchos de ellos son los que le imprimen el sonido característico a sus respectivas agrupaciones.

Tenemos en un primer momento a grandes músicos del piano como Fast Domino con los temas The Fat Man o Blueberry Hill, y Little Richards con canciones como Tutti Frutti y Lucille. Posteriormente en la década de los años sesenta, encontramos a personajes como Rod Argent tecladista de The Zombies, Alan Price con The Animals, y Billy Preston que participó con bandas como The Beatles y The Rolling Stones. Y a finales de los sesenta y principios de los setenta están las figuras de Jon Lord con Deep Purple, Rick Wakeman de la agrupación Yes, y Richard Wright, tecladista y fundador de Pink Floyd, que le imprimió un sonido peculiar a temas como A Saucerful Of Secrets, Echoes y Shine On You Crazy Diamond que te transportan a una atmósfera como si viajaras en el espacio. Todos ellos, sin duda están entre los mejores tecladistas del rock, pero es momento de mencionar a alguien que indiscutiblemente entra en el top ten de los mejores tecladistas del rock, y se trata de Ray Manzarek, quien le da el sonido psicodélico característico a la música de The Doors.

Definitivamente no podemos hablar de The Doors sin Ray Manzarek, quien dejó este mundo un 20 de mayo de 2013.

Ray Manzarek nació en Chicago en 1939, y desde muy pequeño estuvo en contacto con la música pero fueron el blues y el jazz quienes le abrieron su mente y vocación de músico, inclinándose por los teclados. Decidió estudiar la carrera de abogado pero en poco tiempo la dejó al darse cuenta que no estaba hecho para ello, por lo que se inscribió en la carrera de Cinematografía en la UCLA, donde conoció a Jim Morrison. Ambos fundaron en 1965 The Doors con las adhesiones de John Densmore en la batería y Robby Krieger en la guitarra, sin embargo, la estructura y soporte musical recayó en las manos de Manzarek, que hicieron que Los Doors fueran de las bandas más influyentes en la época sesentera.

Manzarek tuvo la visión para sacar el talento de Morrison, y también para manejar a la banda musicalmente hablando. Temas como People Are Strange, Break On Though, Take It As It Comes, Strange Days, Unhappy Girl, Summer´s Almost Gone, Touch Me, The Soft Parade, Roadhouse Blues, Riders On The Storm y The Wasp, son muestras del talento de Ray, pero su aportación más significativa fue Light My Fire cuyo sonido es característico de toda una época.

Como se sabe, después de la muerte de Morrison, The Doors duró dos años más, y a partir de ahí, Ray Manzarek se volvió el centinela del legado musical del grupo, siendo el artífice de dirigir varios proyectos para que las nuevas generaciones conocieran la música de Morrison y compañía, ya sea con discos recopilatorios o películas. Una vez disuelto The Doors, los integrantes hacieron su carrera por diversos caminos. Manzarek grabó en 1973 The Golden Scarab, un disco en el que se percibe aún el sonido de The Doors, y en 1983 publicó el disco Carmina Burana, una obra diferente pero de calidad.

Desafortunadamente, el 20 de mayo de 2013 se extingue la vida de Ray Manzarek, pero no así su legado con The Doors. Sin duda su trabajo fue una aportación significativa para la música de los años sesenta. Y como dijo Nietzsche “La vida sin música sería un error”.

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