El maestro artesano Rafael Cortez Gómez, originario de Ayala, Morelos, presentó su obra "Ayotochtli, Caparazón y Barro" como pieza del mes de agosto en el Museo Morelense de Arte Popular (MMAPO). Esta obra, realizada en barro negro bruñido, que consta de una familia de armadillos, elaborados a mano en un proceso artesanal.
Durante la inauguración, el señor Rafael Cortez, se mostró muy agradecido por la oportunidad de exhibir su trabajo en este espacio y aseguró que se siente confiado y satisfecho de que un gran número de personas podrán conocer sus obras, aquellas que realiza con mucho cariño y pasión.
"A cada pieza le dedico el tiempo necesario para que con sus detalles vayan adquiriendo un espíritu propio, y que motive a quienes las observan a valorar la sabiduría y cariño que los artesanos ponemos en nuestras obras", expresó Rafael Cortez Gómez.
Con gran entusiasmo, el artesano compartió que gracias al impulso de su mamá, tuvo su primer acercamiento con la alfarería cuando tenía 13 años de edad. Actualmente cuenta con 48 años de experiencia realizando acabados en barro bruñido, natural, en rojo, café, gris, plateado y negro.
Junto a su madre, comenzó haciendo cajetes y tareas sencillas como arnear el barro y arcilla, además ayuda a su maestra Antonia López a quemar la losa, fue así como poco a poco desarrolló sus habilidades.
A los 13 años de edad continúo su aprendizaje con Francisco Martínez López hijo de su maestra, quien le enseñó a hacer una maceta de pared llamada jardinera, la cual consistía en una media maceta y arcos rellenos de figuras y hojas. Poco a poco fue haciéndole modificaciones para que el acabado de las piezas fuera más fino.
En 1983, empezó a modelar piezas propias como alacranes en distintos tamaños y colores y los armadillos, animales que han formado parte de su entorno desde su infancia. Su trabajo se ha caracterizado por el acabado bruñido que le da a las piezas, con el objetivo de darle un toque de realismo.
En 1985 realizó otras piezas como la víbora de cascabel, una cobra y una iguana. En ese momento aprendió otros conocimientos del maestro alfarero Heron Martínez, quien le ayudo a desarrollar más sus habilidades en la alfarería.
En 1991 participó en un concurso organizado por Fonart y el gobierno municipal, dónde obtuvo un modesto cuarto lugar con una tortuga bruñida en barro natural.
Cabe destacar que el maestro alfarero Rafael Cortez es originario de Puebla, sin embargo, tiene más de 20 años radicando en Morelos, estado que ya considera su hogar.
A lo largo de su trayectoria, ha realizado labores de difusión cultural y ha participado en diferentes exposiciones. Entre las obras de su autoría, también ha realizado dragones de tres y seis cabezas y vasijas con temáticas diversas, siempre con el objetivo de resaltar la flora y fauna de donde vive.
También ha hecho, candelabros, árboles de distintas temáticas y otras piezas como cocodrilos. Figuras que deleitan la vista de las personas, gracias a la fina calidad de la técnica en barro bruñido en distintos colores; como natural, rojo, café, gris, plateado y negro.
"El bruñido es el que le da el brillo y apariencia a piedra pulida. El tiempo de elaboración de las piezas, es de tres meses aproximadamente".
Con el objetivo de compartir su experiencia de casi cinco décadas, y de preservar este trabajo artesanal, don Rafael ha impartido cursos a quienes se verdad desean aprender esta maravillosa técnica.
En Ayala, se ha dedicado al rescate tradicional del oficio de la alfarería, ya que en el municipio, este oficio ya tenía más de 30 años que no se realiza. El gobierno municipal a través del DIF, y el presidente municipal, le han dado mucha importancia a través de cursos y exposiciones. Dicha capacitación comenzó antes de la contingencia y durante la pandemia, ha seguido enseñando a otras mujeres sus conocimientos. Dónde resalta la labor con una de sus alumnas que ha participado en concursos estatales.
Pero no sólo en otras personas ha plantado esa semilla y heredado sus conocimientos, pues también en sus hijos, ya que actualmente una de sus hijas ejerce el oficio con la misma habilidad del maestro.
"Me gusta mucho impartir clases, y compartir todos mis conocimientos prehispánicos, para seguir este legado ancestral tan importante".
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