Ni bueno, ni malo: ¡diferente!

Óscar Dorado

  · viernes 19 de marzo de 2021

En estos últimos días, con motivo de las próximas celebraciones de Semana Santa, he venido reflexionando acerca de las diferencias en cuestiones de celebración entre USA y México.

Esto, especialmente cuando se trata de cuestiones religiosas. Así, recuerdo algunas situaciones de cuando viví en EEUU por algunos años, entre 1986 y 1992.

Como saben, particularmente la Semana Santa es una de las tradiciones más importantes en nuestro país, sobre todo en los pueblos, pues los citadinos más que “guardarse” en casa y participar en los rituales acostumbrados por la religión católica, prefieren irse a las playas; cabe señalar que probablemente este año por la pandemia, va a ser diferente: ¡ojalá!, aunque lo dudo.

Esta situación me hace pensar en las manifestaciones extremas en la gente “americana”; pareciera que ellos serían más “abiertos de mente” en cuestiones religiosas, en comparación con México; ¡y, no! lo que yo pude percibir y percibo, es que realmente los americanos -en muchos aspectos- son más conservadores de lo que pensamos. Y pareciera que esa gran cantidad de tradiciones religiosas en México, podrían manifestar cuestiones más conservadoras, y otra vez ¡NO! En realidad, me parece que los mexicanos somos más “relajados y tolerantes” con cuestiones espirituales.

En EEUU, pienso que existen grandes extremos en diferentes aspectos de la vida: los muy, muy religiosos, y los no religiosos (los menos); los activistas (también los menos) y los no activistas, los racistas, y los menos racistas, entre otros. Por supuesto en México hay estos contrastes, pero no tan grandes y populares como en USA. Hablando de religión uno pensaría que los mexicanos somo muy religiosos y persignados, pero no, lo son mucho más los americanos; hablando claramente, una vasta mayoría. En realidad, en su mayoría, los mexicanos no vamos a la iglesia cada domingo; pero sí un grupo importante de americanos. Esto no quiere decir que nosotros seamos más o menos religiosos, pero si hay una diferencia en ciertos detalles. Hay una forma muy distinta de demostrarlo. Si me preguntaran, yo prefiero “the mexican way”, creo que es más natural y hay menos presiones de la sociedad. Pero es sólo, una opinión. Y eso lo veo en la Evolución ya que en México básicamente nunca se ha puesto en tela de juicio la enseñanza de esta disciplina. Sin embargo, en algunas esferas de EEUU, es todo un tema. Solo basta con observar los fuertes debates que tiene que enfrentar -en ese país- el importante evolucionista Richard Dawkins.

Allan Riding dice, en su libro “Vecinos distantes”, que no existen dos países tan diferentes como EEUU y México a pesar de su cercanía; y creo que tiene la razón, para mí los primeros años allá me parecieron duros para adaptarme, aunque después de un par de años me acoplé también a esa vida de “orden, perfección, exactitud”. Lo lo cual, debo confesar, me costó mucho trabajo volverme a reacoplar a la vida mexicana de desorden, cierta imperfección, impuntualidad, y más. Pero al fin y al cabo regresé a mi bello país lleno de una belleza natural y un sentido de solidaridad profunda en lo familiar y amistad. Y esto no es ni bueno ni malo, es diferente.

Ahora bien, en EEUU en cuestiones de ambiente hay extremistas que luchan por un mundo mejor. Los hay también en México; sin embargo, desafortunadamente las repercusiones positivas todavía no lo son como debieran ser. Quizás en este tema hay algunas similitudes entre México y EEUU, no se toman decisiones a largo plazo. Aparentemente sí, pero es sólo eso: discurso vacío, sin ninguna trascendencia. El famoso cambio climático y las pandemias, por ejemplo, no se van a resolver con pronunciamientos, sino con acciones eficientes y concretas, de otra manera seguiremos manejando nuestra bicicleta… sin cadena.

TEMAS