(Se acaba el mundo, Gilberto Gutiérrez)
Todo está relacionado. El sol que baña con fuerza el trópico y la tierra fecunda que lo recibe explotan en verdes infinitos que cubren la tierra y se alzan al cielo por más de cien metros, los animales que caminan, trepan y vuelan por allí realizan una danza de vida y muerte que lo equilibra todo. Nosotros, los animales que piensan que piensan de allí surgimos y de ello nos hemos beneficiado durante toda nuestra existencia. Lo mismo ha sucedido en las sabanas, el desierto y la tundra, incluso en los hielos de los polos, que llamábamos eternos, porque así lo creíamos. Ahora lo estamos aniquilando y con ello estamos poniendo en duda nuestra supervivencia.
El mundo se va a acabar / el mundo se va a acabar / si un día me has de querer / te debes apresurar
Las diversidades se sustentan las unas a las otras, la climática a la biodiversidad, éstas a la agrodiversidad y estas a la diversidad cultural. Las formas que hemos encontrado para vivir en la tierra dependen de ello, las formas de ser morelense, mexicano, dependen de ello. La devastación que estamos creando no sólo va a robarnos el canto de las aves, la dulce suavidad de las flores o el breve y mágico resplandor de las luciérnagas y cocuyos. No sólo nos privará del paseo majestuoso de los leones y jaguares, del rugido del puma en la serranía o de la libertad de zambullirnos en el río, esto que estamos haciendo nos amenaza a nosotros mismos, a nuestra existencia.
¿No, no, no, no ves que el mar tan si ha muerto? / di si no es cierto de argumentar / se va a acabar / se está acabando /y tu pensando si me has de amar
Bajo esta premisa, la de que no sólo estamos acabando con la naturaleza sino con nosotros mismos, Sir David Attenborough ha producido el documental que conjunta el testimonio de su vida; “Una vida en nuestro planeta”, en el cual, desde su privilegiada posición como uno de los primeros documentalistas de la naturaleza, da cuenta de cómo a lo largo de una simple vida humana, la suya, ha podido presenciar la catástrofe que hemos creado y nos pone, a nosotros los humanos, al borde de la extinción. La naturaleza encontrará su camino, eso es seguro, pero nosotros no. Lo que maravilla además de su calidad, profundidad y sencillez, es que no se limita a dar las malas noticias, sino que nos da el remedio y el trapito. Me parece que cualquier persona que se interese por la vida, la naturaleza, la cultura, debe verlo y mucho más aún quienes no tengan estos intereses.
Pon atención, ¿no te das cuenta? / que el hombre inventa / la destrucción / con la erosión / el río agoniza / y eso da prisa a mi pasión
Todo lo que he venido escribiendo en esta columna, todo lo aquí contado, depende de que estemos dispuestos a enmendar el camino. Todo lo que nuestros ojos han visto en los ojos de las personas a las que amamos está en juego. Aún hay tiempo, poco, pero hay.
No hay que esperar / que el mundo es loco / y queda poco / tiempo de amar.
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