A iniciativa de una joven estudiante de psicología, en la colonia Bisnaga se trabaja desde seis meses atrás en un taller de futbol que inició dirigido a niños y jóvenes.
Después se agregó a los adultos, padres de familia mujeres y hombres que fueron involucrados para convivir con sus propios hijos de manera sana.
La actividad se realiza en un terreno de la colonia que fue donado años atrás y adaptado como cancha con ayuda de los propios vecinos que limpiaron el terreno y cada mes hacen faena para su mantenimiento.
Así lo explicó Marta Jazmín Esquivel Balcázar, vecina de la propia comunidad, al momento de explicar que la idea de iniciar con las clases deportivas surgió debido a los altos índices de violencia y de drogadicción que se tienen esta colonia ubicada en la zona Oriente del municipio de Cuautla.
“Los niños desde los 11 años están tomando el mal camino, se drogan, y por esa razón me decidí a hacer algo por mi comunidad, convocándolos a entrenar futbol y armar un equipo que participa en la Liga local Interclubes, donde llevamos el nombre de la colonia Bisnaga, sin ganar todavía un solo partido, pero estamos en el camino de sacar adelante a nuestros niños”.
La entrevistada, una joven de 32 años estudiante de la licenciatura en psicología, dijo que la respuesta ha sido muy buena de los vecinos pues actualmente se tiene a un grupo de 35 jugadores que van desde los 6 años en adelante.
“Desafortunadamente no todos están registrados en el equipo, pero los domingos se arman partidos entre ellos y entre semana todos entrenan en horario de lunes, miércoles y viernes a partir de las 6:30 de la tarde”.
La cancha de entrenamiento dista de tener las condiciones de un campo de futbol, por lo que no pueden jugar en ese lugar en sus partidos de local dentro de la liga, teniendo que jugar todos sus partidos en condición de visitante.
“Aunque está de bajadita el terreno, este se encuentra parejito y así entrenamos, con unas porterías que adquirió la ayudantía municipal, no reglamentarias, hace tres años y con cooperación le pagamos 100 pesos por clase a un entrenador para entrenarlos. Hemos cambiado hasta tres auxiliares de entrenamiento porque quieren lucrar, desafortunadamente mis niños son de escasos recursos y ni 10 pesos pueden pagar”, agregó.
En busca de ayuda ante la notable pobreza de los habitantes, la estudiante se acercó a un representante en el estado de la fundación Alfredo Harp Helú en busca de mejorar las condiciones de la cancha.
“La fundación a través del señor Mario Franco Ávalos, nos ha dicho que ellos podrían ayudar a acondicionarla; de hecho, vino este fin de semana a entregarnos medallas para los niños como una forma de motivarlos”.
Dijo que al inicio del proyecto fueron los más pequeños los que arrancaron el taller deportivo de futbol, luego se agregaron los jóvenes y finalmente, desde hace tres meses, se involucró a los propios padres de familia, “porque desde fuera se ve fácil y criticaban mucho a sus hijos, así que los metimos a jugar también y ya hay equipo de hombres y de mujeres adultos”.
Por último reconoció que aunque el esfuerzo es aislado pues falta mucho por hacer para cambiar las condiciones de pobreza y violencia que se viven, “se empiezan a tener resultados, incluso hay niños que ya festejan su cumpleaños en la cancha”.
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