/ lunes 22 de noviembre de 2021

Hartos de la ciudad, los chinos vuelven al campo

Muchos jóvenes están huyendo del estrés de las grandes ciudades para instalarse en el campo y dedicarse a la agricultura

A pesar de un trabajo bien remunerado en una multinacional de Shanghái, Hu Siqin lo dejó todo para cultivar verduras. Como ella, muchos jóvenes chinos están huyendo del estrés de las grandes ciudades para instalarse en el campo.

Esta treintañera decidió renunciar a una carrera que le permitía pagarse restaurantes y salir de noche, y lo hizo porque sentía que, en medio de los rascacielos de una metrópoli de 25 millones de habitantes, le faltaba algo.

Necesitada de "raíces". Cansada de las prisas del mundo laboral, Hu Siqin decidió irse para disfrutar de las alegrías simples de un estilo de vida rural.

"Como otros, había llegado al punto en que las comodidades materiales ya no podían motivarme. En el fondo, ya no estábamos satisfechos con nuestras vidas", dijo.

"Nos preguntamos: ¿cuál es el objetivo de nuestra vida? ¿Por qué nos levantamos por la mañana?", recuerda.

Hasta los años 1980, China era un país mayoritariamente rural, pero la tendencia se invirtió rápidamente con el desarrollo económico.

El crecimiento ha llevado a una mayor urbanización y sacó a varios cientos de millones de personas de la pobreza extrema gracias a una economía moderna impulsada por el consumo.

Pero una vez alcanzado cierto grado de bienestar, las actitudes están empezando a cambiar.

"Vacía por dentro"

Muchos jóvenes están cansados de un estilo de vida que les obliga a trabajar muchas horas, a medida que aumenta el coste de la vida y bajo la presión de los padres para "triunfar", casarse y tener hijos.

Un cansancio que a veces se materializa en la metáfora de "la tabla": quedarse tirado en casa en lugar de perseguir el éxito social.

Hu Siqin, antigua directora de marketing y de compras en L'Oréal y Decathlon, dice que parecía "feliz por fuera, pero vacía por dentro".

Ahora planta boniatos, judías y otras hortalizas ecológicas en Chongming, una gran isla principalmente agrícola en el estuario del Yangtsé.

Las parcelas se alquilan junto con amigos que comparten los mismos ideales.

Hasta los ochentas, China era un país mayoritariamente rural, pero la tendencia se invirtió rápidamente con el desarrollo económico / Foto: Reuters

Hu Siqin, una mujer muy enérgica, apenas puede contener su satisfacción cuando desentierra y prueba plantas de sorgo.

Ella forma parte de lo que el gobierno llama los "nuevos agricultores": personas generalmente jóvenes, con estudios y que aportan nuevas ideas a la agricultura, así como su dominio de las redes sociales o la venta online.

Son unos 20 millones, según cifras oficiales. Y el gobierno se alegra de que los jóvenes con conocimientos tecnológicos y comerciales se incorporen al sector agrícola.

Pero para Liang Funa, de 34 años, la prioridad es tener una vida más tranquila. Este exejecutivo de publicidad llegó a Chongming hace unos años después de trabajar demasiado.

Padres preocupados

"Nuestra generación está sometida a una enorme presión. Y la gente que se queda en la ciudad no tiene realmente una escapatoria", dice.

"La gente que les rodea habla constantemente de comprar una casa, un coche o de casarse. Como si estos fueran los únicos indicadores de éxito y no hubiera otros caminos posibles", asegura.

Cuando llegó a la isla, tuvo que aprender rápidamente los fundamentos del cultivo. Pero recibió ayuda de sus nuevos vecinos y aprendió de los tutoriales en internet.

Para complementar sus ingresos, trabaja en línea para una organización benéfica.

Funa dice que disfruta de su vida ahora sin estrés y se ha dado cuenta de que, en última instancia, necesita muy pocos bienes de consumo.

Solo come las verduras ecológicas que cultiva, se siente más sano y dice que ha reducido sus visitas al médico.

Pero para estos jóvenes, el mayor reto suele ser convencer a sus padres. Los padres de Siqin denuncian regularmente su elección de estilo de vida como un "paso atrás".

Pero sigue convencida de su elección. Actualmente está negociando un contrato de arrendamiento a largo plazo para tener su propia granja en la provincia de Zhejiang.

Espera poder plantar sus primeros cultivos en primavera. "Dejé mi zona de confort para ir a un lugar desconocido, sin saber lo que iba a encontrar. Hoy puedo decir que sé mucho más de la vida", asegura.



ESCUCHA EL PODCAST ⬇️

Disponible en: Acast, Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts, Deezer y Amazon Music


Lee también otros contenidos de Normal ⬇️

A pesar de un trabajo bien remunerado en una multinacional de Shanghái, Hu Siqin lo dejó todo para cultivar verduras. Como ella, muchos jóvenes chinos están huyendo del estrés de las grandes ciudades para instalarse en el campo.

Esta treintañera decidió renunciar a una carrera que le permitía pagarse restaurantes y salir de noche, y lo hizo porque sentía que, en medio de los rascacielos de una metrópoli de 25 millones de habitantes, le faltaba algo.

Necesitada de "raíces". Cansada de las prisas del mundo laboral, Hu Siqin decidió irse para disfrutar de las alegrías simples de un estilo de vida rural.

"Como otros, había llegado al punto en que las comodidades materiales ya no podían motivarme. En el fondo, ya no estábamos satisfechos con nuestras vidas", dijo.

"Nos preguntamos: ¿cuál es el objetivo de nuestra vida? ¿Por qué nos levantamos por la mañana?", recuerda.

Hasta los años 1980, China era un país mayoritariamente rural, pero la tendencia se invirtió rápidamente con el desarrollo económico.

El crecimiento ha llevado a una mayor urbanización y sacó a varios cientos de millones de personas de la pobreza extrema gracias a una economía moderna impulsada por el consumo.

Pero una vez alcanzado cierto grado de bienestar, las actitudes están empezando a cambiar.

"Vacía por dentro"

Muchos jóvenes están cansados de un estilo de vida que les obliga a trabajar muchas horas, a medida que aumenta el coste de la vida y bajo la presión de los padres para "triunfar", casarse y tener hijos.

Un cansancio que a veces se materializa en la metáfora de "la tabla": quedarse tirado en casa en lugar de perseguir el éxito social.

Hu Siqin, antigua directora de marketing y de compras en L'Oréal y Decathlon, dice que parecía "feliz por fuera, pero vacía por dentro".

Ahora planta boniatos, judías y otras hortalizas ecológicas en Chongming, una gran isla principalmente agrícola en el estuario del Yangtsé.

Las parcelas se alquilan junto con amigos que comparten los mismos ideales.

Hasta los ochentas, China era un país mayoritariamente rural, pero la tendencia se invirtió rápidamente con el desarrollo económico / Foto: Reuters

Hu Siqin, una mujer muy enérgica, apenas puede contener su satisfacción cuando desentierra y prueba plantas de sorgo.

Ella forma parte de lo que el gobierno llama los "nuevos agricultores": personas generalmente jóvenes, con estudios y que aportan nuevas ideas a la agricultura, así como su dominio de las redes sociales o la venta online.

Son unos 20 millones, según cifras oficiales. Y el gobierno se alegra de que los jóvenes con conocimientos tecnológicos y comerciales se incorporen al sector agrícola.

Pero para Liang Funa, de 34 años, la prioridad es tener una vida más tranquila. Este exejecutivo de publicidad llegó a Chongming hace unos años después de trabajar demasiado.

Padres preocupados

"Nuestra generación está sometida a una enorme presión. Y la gente que se queda en la ciudad no tiene realmente una escapatoria", dice.

"La gente que les rodea habla constantemente de comprar una casa, un coche o de casarse. Como si estos fueran los únicos indicadores de éxito y no hubiera otros caminos posibles", asegura.

Cuando llegó a la isla, tuvo que aprender rápidamente los fundamentos del cultivo. Pero recibió ayuda de sus nuevos vecinos y aprendió de los tutoriales en internet.

Para complementar sus ingresos, trabaja en línea para una organización benéfica.

Funa dice que disfruta de su vida ahora sin estrés y se ha dado cuenta de que, en última instancia, necesita muy pocos bienes de consumo.

Solo come las verduras ecológicas que cultiva, se siente más sano y dice que ha reducido sus visitas al médico.

Pero para estos jóvenes, el mayor reto suele ser convencer a sus padres. Los padres de Siqin denuncian regularmente su elección de estilo de vida como un "paso atrás".

Pero sigue convencida de su elección. Actualmente está negociando un contrato de arrendamiento a largo plazo para tener su propia granja en la provincia de Zhejiang.

Espera poder plantar sus primeros cultivos en primavera. "Dejé mi zona de confort para ir a un lugar desconocido, sin saber lo que iba a encontrar. Hoy puedo decir que sé mucho más de la vida", asegura.



ESCUCHA EL PODCAST ⬇️

Disponible en: Acast, Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts, Deezer y Amazon Music


Lee también otros contenidos de Normal ⬇️

Local

Desfile del 2 de mayo: Habrá operativo para agilizar el tránsito

Se trabajará de manera coordinada con las autoridades federales para evitar problemas viales con lor cortes de circulación

Local

Casa de Cultura en Anenecuilco supera récord de asistencia

Al menos 53 niños asisten a los talleres de la Casa de Cultura de Anenecuilco a la semana

Local

Se compromete ISSSTE con el magisterio a rehabilitar el Carlos Calero

Luego de la marcha de cientos de docentes, el Instituto se comprometió a presentar un proyecto para la habilitación del hospital Carlos Calero

Local

Se cumplen seis décadas de iluminar a Cuautla

En 1964 Crispín Salgado participó con la primera cuadrilla de trabajadores que comenzó a instalar el alumbrado público en el municipio durante la administración de Rodolfo Abúndez Fandiño

Elecciones 2024

Se compromete Lucy Meza a garantizar abasto de medicinas

La candidata a la gubernatura lamentó que los docentes en el estado no puedan acceder a los servicios médicos del ISSSTE y deban salir a las calles a manifestarse

Finanzas

Canasta básica: Baja el precio de las verduras y el pollo

En Cuautla, comerciantes del mercado Hermenegildo Galeana informaron que algunos productos de la canasta básica bajaron sus precios