Narciso Mendoza: epicentro de grandes espectáculos

Desde grandes cintas cinematográficas hasta obras de teatro espectaculares, este lugar ha sido punto de reunión de quienes disfrutan de las artes visuales

Óscar García | El Sol de Cuautla

  · lunes 12 de diciembre de 2022

Teatro Narciso Mendoza en Cuautla. / Gude Servín | El Sol de Cuautla

En pleno apogeo de la época de oro del cine nacional, abrió sus puertas en Cuautla el Cine Narciso Mendoza siguiendo la arquitectura del Cine Metropolitan que se ubica en la Ciudad de México.

La sala se inauguró el 6 de enero de 1952 en el terreno donde antes había funcionado el teatro Carlos Pacheco, el cual fue demolido para dar paso a este espacio que por casi cuatro décadas fue el deleite de los amantes del celuloide.

El cine de la céntrica avenida 2 de Mayo pasó a convertirse en el mejor de la región, a nivel de las mejores salas mexicanas por su estilo, pero con un tamaño modesto.


Una vida de película

Salvador Sánchez Sierra, integrante de una familia que trabajó para las salas cinematográficas, primero en Cuernavaca y después en Cuautla, recuerda con añoranza aquellos primeros años del Narciso Mendoza.

Su madre fue la encargada de la taquilla el día de la gran apertura de la sala, el 6 de enero de 1952. Explicó que ella sólo trabajó un par de meses pues se tuvo que incapacitar al estar en espera de su segundo bebé.

Salvador tenía escasos tres años de vida, por lo que mucho de lo que sabe de aquellos primeros días del Narciso le fue contado por sus padres.

“Mi madre estuvo en el estreno de la sala en la taquilla; mi padre, Salvador Sánchez Velázquez, aunque no trabajó directamente en este cine, fue Delegado del Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica y por eso conocimos todos los secretos de este y los demás cines de Cuautla. Además, mi tío Carlos Sánchez Villareal era el secretario general de los cines en el estado y teníamos esa relación con todas las salas cinematográficas”, dice.

“Ellos me comentaron que fui cargado por el mismísimo Pedro Infante durante una presentación del actor y cantante en una velada, pues el cine cada 29 de septiembre era escenario de los eventos artísticos y culturales que organizaban las autoridades del municipio con motivo del natalicio de Morelos”, agregó.

“El Narciso fue un lugar muy importante para la cultura en Cuautla, fue también escenario de grandes eventos artísticos de variedades traídos por un empresario de apellido Vallejo, y eso le daba mucha vida a Cuautla con artistas renombrados como Enrique Guzmán, Libertad Lamarque, Pedro Vargas y Pedro Infante; los artistas más importantes estuvieron aquí”, expresó.

“Conocí a todos los trabajadores del cine, los dos ‘cácaros’ que proyectaban las películas se llamaban José Inés Gutiérrez ’El Chicas’ y Óscar González ‘El Barril, quienes prácticamente estuvieron durante toda la vida del Narciso; en la taquilla muchos años estuvo doña Lucha que relevó a mi mamá y ahí se quedó, en la portería don Pedro recogía los boletos, unas hermanas eran las encargadas de la dulcería, Josefina y Esperanza, oriundas de Cuautla, además de que había cuatro trabajadores de limpieza”.

La época dorada

En aquellos primeros años se presenciaron grandes estrenos de la época de oro del cine nacional, proyectados en su pantalla de 14 metros de frente por 8 metros de altura.

Grades éxitos como Los Tres Alegres Compadres, protagonizado por Jorge Negrete, Andrés Soler y Pedro Armendáriz; El Derecho de Nacer, con Gloria Marín y Jorge Mistral; El Enamorado Martín Corona y Un Rincón Cerca del Cielo, ambas con el ídolo del momento, Pedro Infante, hicieron que la gente de Cuautla y alrededores se arremolinaran en su taquilla, sin dejar de lado El Mártir del Calvario, del actor español Enrique Rambal.

Incluso el género del cine de luchadores comenzó a la par con el estreno de Narciso Mendoza con los primeros largometrajes que enamoraron a un nuevo sector de cinéfilos cuautlenses.

Dos de las máximas figuras de los cuadriláteros de esos años se vieron por vez primera en pantalla gigante en Cuautla con las películas Santo el enmascarado de plata, dirigida por René Cardona, y Huracán Ramírez, de Joselito Rodríguez.

Así en su mayor parte de vida el Cine Narciso Mendoza proyectó películas del séptimo arte mexicano, aunque a finales de los 70 también dio cabida al género de las artes marciales con las principales obras del máximo referente del género, el artista marcial Bruce Lee, sin dejar de lado a Jackie Chan con su clásico “El Maestro Borrachón” estrenada en 1978.

“En el Narciso me chuté todas las películas del gran Bruce Lee, por él incluso practiqué artes marciales, concretamente el karate, aunque su estilo era el kung fu, pero el chiste era ser como él”, comentó José García, quien llegó a ser cinta café inspirado por el actor.


Sólo los recuerdos quedan

Después de ser ese gran cine de lujo en sus primeros años, donde no tenía competencia ante los otros dos que existían en la ciudad: Reforma y Palacio Azteca, el descuido y la falta de mantenimiento lo llevaron a ser duramente criticado en sus últimos años.

La propia clientela opinaba que era un cine corriente, “muy bonito por sus esculturas distintivas, pero lleno de pulgas y hasta de roedores”, según señala el escritor Rafael Chávez.

“El cine desde su apertura tenía grandes esculturas al estilo del Metropolitan de la Ciudad de México que aún conserva hoy que ya es Teatro, ese era y es su gran atractivo, con las dos Patrias a los lados, además del Niño Artillero Narciso Mendoza en la entrada, de ahí su nombre”, comenta.

Era el principio de un fin que se acercaba a pasos agigantados pues el Cine Narciso Mendoza no tardó en ser sólo el recuerdo para miles de cuautlenses quienes disfrutaron de las proyecciones entre 1952 y 1987, hasta que, abrumado por las videocaseteras y la apertura masiva de los video clubes que empezaron el nuevo negocio de la renta de películas durante la década de los 80´s, se fue a la quiebra y cerró sus puertas.

Hoy funciona como teatro de la ciudad bajo el mismo nombre y conserva su misma arquitectura que tanto enamoró a miles de fanáticos del séptimo arte, incluido el mural “Tríptico de la Independencia”, obra del artista Arturo Estrada quien lo plasmó en un espacio de 57 metros cuadrados a escasos cuatro meses de su apertura.