A cinco años de su inicio, el proyecto de restauración y puesta en valor del acueducto de la exhacienda de El Hospital, en Cuautla, ha conquistado a más de 200 voluntarios provenientes de varias partes de México y de otras partes del mundo, particularmente de Europa.
De México, estos trabajos han contado con la participación de estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma del país (UNAM). Uno de ellos es Enrique Gómez, quien, en 2019 perteneció la primera generación de voluntarios de la UNAM que instalaron un campamento en este punto del municipio.
En un video difundido por la Asociación Mexicana de Voluntariado Internacional (AMVIAC), que se encuentra a cargo de los trabajos, siempre bajo la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el joven agradeció la oportunidad de haber participado en aquel campamento, describiendo la experiencia no solo por sus beneficios como estudiante, sino también a nivel profesional.
“Desde el primer momento que nos dieron el aviso en la facultad, me llamó mucho la atención el poder participar en esto. Es una experiencia que, si bien nos sirve como apoyo estudiantil y académico, también no sirve en el ámbito profesional”, dijo el joven.
Durante su estancia en la región de El Hospital, los voluntarios han aprendido varias cosas, como la selección de piedras para reconstruir la parte intervenida del acueducto, hasta la preparación de mucílago con nopal, sustancia que respeta las técnicas originarias utilizadas durante la construcción de la estructura:
“Es una experiencia inmersa, que te mete de plano en la restauración”, dijo Enrique.
De los mil 500 metros que mide el acueducto, el INAH autorizó la restauración de 27 metros lineales. Hasta ahora, el voluntariado ha logrado rehabilitar cerca del 40 por ciento del trazo.
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