Bañarse en aguas del balneario El Axocochetl, “Lugar donde nacen los lirios acuáticos”, ubicado en la cabecera municipal de Ayala, es como darse un chapuzón en el lejano pasado prehispánico y la época revolucionaria del país.
Balnearios hay muchos en México y en el mismo estado de Morelos, pero pocos ofrecen este contacto directo con la naturaleza y con la historia de al menos 2 mil años de brotar el líquido en este paraíso natural, aseguran sus actuales administradores.
¿Se imaginan saber que en este lugar que hoy cuenta con albercas, chapoteadero, palapas y hasta un pabellón cultural temático dedicado a la historia de la Revolución Mexicana, encabezada en esta zona por el Jefe Zapata, hace cientos de años fue sacrificada una princesa de nombre Aquetzalli, de las tribus autóctonas que habitaban la zona?
Al menos esa es la leyenda que ha circulado de boca en boca por generaciones, y que tomó mayor fuerza cuando en el año 2000 fue descubierta la que, aseguran, es la osamenta de esa princesa tlahuica, que fue sacrificada en el manantial, volviendo el agua salada. La tumba se ubica en medio del lago donde, supuestamente, se encuentran sus restos.
En épocas más recientes, hace más de 100 años, este paraíso natural fue lugar de descanso de las tropas zapatistas encabezadas por el líder agrarista Emiliano Zapata Salazar, que llegaban con sus caballos a refrescarse con sus aguas.
Los habitantes de la entonces Villa de Ayala solían tener un día de campo en este lugar y por tradición los días 24 de junio, en Día de San Juan, se venían a bañar.
En ese venero se tienen esas grades historias, y, por si fuera poco, los administradores aseguran que sus aguas son curativas, pues a ella acuden pacientes de varias partes del país que han sufrido algún accidente y utilizan el manantial para sus rehabilitaciones.
El temblor de 2017 y la pandemia lo tambalearon
Dos acontecimientos sacudieron en los últimos cuatro años este espacio turístico. Primero, el temblor del 19 de septiembre de 2017, que dañó albercas y parte de la estructura del balneario y el Pabellón Emiliano Zapata que se construyó en su interior como parte de los festejos de los 100 años del inicio de la Revolución Mexicana, siendo un espacio cultural.
No acababan de reponerse cuando en marzo de 2020 llegó la pandemia por Covid-19 que obligó a su cierre por cerca de año y medio. Esos dos han sido los golpes más duros que han afectado la estabilidad económica del lugar, el cual no cuenta con el apoyo gubernamental. A pesar de ello y ante el riesgo de dejar sin empleo a los trabajadores que tienen para su mantenimiento y servicio, se negoció la mitad del sueldo para evitar su despido.
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