Comerciante del tianguis de Chamilpa libra la batalla contra el Covid-19

Slavador Velázquez fue testigo de las muertes en el Parres, mientras el luchaba por su vida

Katy Cárdenas | El Sol de Cuernavaca

  · jueves 25 de junio de 2020

Cortesía | Luis Andres Morales Aguilar

“En los 12 días que estuve internado en el Parres me di cuenta que murieron 18 personas; de los otros dos que entraron el mismo día que yo no la libraron”, Salvador, comerciante del tianguis de Chamilpa.

Salvador Velázquez, comerciante del tianguis de Chamilpa es parte de los 389 habitantes del municipio de Cuernavaca que se han podido recuperar de Covid-19; fue testigo durante doce días del ir y venir de los muertos mientras permanecía aterrorizado en una cama de hospital del Parres, librando la batalla pese a haber padecido de neumonía hace más de veinte años.

“En el piso en el que estábamos éramos como 50 gentes, estuve doce días internado con oxigeno, antibiótico y suero; en esos días yo fui testigo de la muerte de 18 o 20 personas y lo sé porque cada minuto lo viví como si fuera el último. Esto que está pasando es real, el virus sigue infectando a más personas sobre todo a los que estamos propensos como yo que tuve neumonía cuando residía en Estados Unidos”.

Cuenta que desconoce si se contagió por alguno de sus hijos que pudieron ser asintomáticos “pero yo pienso que fue por las monedas que recibía en las tiendas porque para cuando yo enfermé el tianguis de Chamilpa ya no se ponía y solo iba a casa de mis hijos, estaba algunas horas y me regresaba a mi casa vivo solo, no tengo ni siquiera amigos o vecinos con los que conviva”.

En una casa de Lomas de Cortés, dice que comenzó a tener tos en lugar de otros síntomas que de pronto aparecían como parte de las secuelas de dos décadas “por la neumonía a mi de pronto me da gripa, dolor de cabeza y al último la tos, pero esta vez fue al revés, primero fue la tos que tuve por 8 o 10 días y luego ya no podía respirar, fui a la Cruz Roja en donde me sacaron una radiografía y ahí me dijeron que tenía solo un 65 por ciento de respiración, luego me fui al Parres”.

“Me pusieron oxígeno, antibiótico y suero, estuve grave pero no tan grave como a los que entuban, éramos tres los que llegamos y a los dos días que entubaron a dos mandándolos a Terapia Intensiva, en mi caso ya no me puso más grave y me mantuve estable y me daba mucho miedo llegar a ese punto; sí vi a los que estaban entubados”.

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Continúa platicando que “me di cuenta de un señor que había muerto en la madrugada, a él lo colocaron por la noche boca abajo para que respirara mejor pero era más bien como nada más para que aguantara hasta la mañana; dos días antes de que yo saliera murió un médico de urgencias de lo mismo”, del personal médico ya son 10 los decesos.

El comerciante también fue testigo del gran esfuerzo que hacen los doctores y enfermera que los atienden, soportando no solo el calor, sino las largas horas sin hacer sus necesidades fisiológicas hasta tomar agua.

“Me platicaban que por el trabajo que cuesta quitarse el equipo se esperan su turno para ir al baño, no toman agua, no comen ni toman nada, mi reconocimiento porque gracias a ellos pude librarla”.

Cortesía | Confederación Internacional de Morelenses y Migrantes Mexicanos