De acuerdo con los principios de Yogyakarta, la orientación sexual se refiere a “la capacidad de cada persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género diferente al suyo, de su mismo género o de más de un género, así como a la capacidad de mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas”. (Otras fuentes distinguen entre atracción, comportamiento e identidad sexual).
A lo largo de los años, lograr la visibilidad de la diversidad sexual ha causado mucho estigma en la sociedad, tanto que el Día del Orgullo LGBT o simplemente Orgullo LGBT nació ante un sistema que perseguía a los homosexuales con el beneplácito del gobierno de Estados Unidos, en 1969.
Durante las décadas de 1950 y 1960 los gays y lesbianas estadounidenses debían enfrentarse a un sistema legal muy hostil. Todos los estados del país, a excepción de Illinois, penalizaban el sexo homosexual consentido entre adultos en el ámbito privado.
El éxito y consecuencias de los disturbios de Stonewall se deben en gran medida al cambio de mentalidad general de la sociedad en los años 60, promovida por la revolución sexual, el movimiento feminista y la lucha por los derechos civiles de las minorías raciales. Mientras que los activistas de las nuevas generaciones exigen mayor reconocimiento social, la integración y equiparación de derechos completa, lo que ha dado pauta a que sin importar tu orientación sexual puedes lograr el éxito, desarrollándote de manera profesional y también personal.
A continuación recordaremos a todos aquellos integrantes de la comunidad que han allanado el camino del activismo por los derechos de los homosexuales y han dejado de lado los obstáculos para buscar su propia felicidad y la de otros.
Frank Kameny: Astrónomo estadounidense y figura icónica del movimiento LGBT tras ser despedido del ejército de Estados Unidos, donde trabajaba en el servicio de cartografía de Washington, a causa de su homosexualidad. Encabezó un nuevo periodo de militancia en el movimiento de liberación LGBT de principios de la década de 1960.
Sylvia Rivera: Era latina, queer y drag queen autoproclamada. Luchó incansablemente por los derechos transgénero, así como por los derechos de las personas no conformes con su género. Tras los disturbios de Stonewall, donde se dice que lanzó el primer ladrillo, Rivera fundó S.T.A.R. (Street Transvestite Action Revolutionaries), una organización centrada en proporcionar refugio y apoyo a la juventud queer sin hogar, con Marsha P. Johnson. También luchó contra la exclusión de las personas transgénero de la Ley de no discriminación por orientación sexual de Nueva York.
Josephine Baker: Fue una famosa artista de la Era del Jazz y se identificaba como bisexual. Es considerada una de las artistas afroamericanas de más éxito en la historia francesa y usó su fama para defender la supresión de la segregación, negándose a actuar en locales segregados y hablando en la Marcha sobre Washington en 1963. Baker también trabajó como espía para los franceses durante la Segunda Guerra Mundial.
Bayard Rustin: Era íntimo amigo y asesor de Martin Luther King Jr., así como organizador de la Marcha sobre Washington de 1963. Sin embargo, por ser abiertamente gay, no obtuvo un amplio reconocimiento por su papel fundamental en el movimiento de los derechos civiles. Sin embargo, continuo con su activismo gay y político, y trabajó para que la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés) prestase atención a la crisis del SIDA.
Jessica Marjane: Activista mexicana que a sus 23 años ha luchado por la comunidad LGBTTTI, especialmente por las personas transgénero. Es coordinadora general del colectivo Red de Juventudes Trans México, que desde 2014 propone acciones en materia de educación, salud, identidad y políticas públicas para las juventudes trans.
Aleh Ordoñez: Es una abogada mexicana que en 2016 fundó LEDESER -Litigio Estratégico en Derechos Sexuales y Reproductivos, A.C- que vela por los derechos de las mujeres para decidir sobre su cuerpo. Uno de los logros más importantes que ha conseguido es la expedición en 2015 del primer pasaporte en favor de una familia lesbomaternal por la Secretaría de Relaciones Exteriores, lo que ha dado pauta al reconocimiento de familias homoparentales y lesbomaternales en Ciudad de México.
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