[Especial] Así gritaron los gobernadores

Elotazos, rechiflas, pero también aplausos y fervor patrio se han presentado en el balcón de nuestro Palacio de Gobierno

Israel Mariano

  · sábado 14 de septiembre de 2019

Aunque con el tiempo, el evento se ha tornado tedioso y acartonado, muchas familias acuden a protagonizar con el mandatario en turno el grito de inicio de Independencia / Archivo

Las ceremonias del Grito de Independencia desde el balcón de Palacio de Gobierno o Casa de Gobierno, ha tenido diversos matices de los inquilinos. Cada uno, en su momento, disfrutó de los placeres de ondear la bandera, repiquetear la campana de Dolores, y cada uno a su estilo protagonizó momentos que la historia ha guardado, y en la memoria del colectivo se han quedado.

Aunque con el tiempo, el evento se ha tornado tedioso y acartonado, muchas familias acuden a protagonizar con el mandatario en turno el grito de inicio de Independencia. Sin embargo, cada vez es más difícil que al unisonó los ciudadanos coreen con el mandatario los nombres de los héroes que nos dieron patria, porque a veces el estruendo de los chiflidos es abrumador pero estrujante cuando las voces se tornan de manera unánime hacia un solo sentido.

En un recuento rápido, de la ultima ceremonia priísta con los recuerdos del periodista decano, Carlos O. Morales, hasta el repudio total del último gobernador perredista, el próximo 15 de septiembre, el Grito tendrá a un nuevo protagonista: Cuauhtémoc Blanco Bravo.

El "viva" y el adiós

¡Viva Hidalgo!, ¡Viva Allende!, ¡Viva Morelos!, ¡Viva Guerrero!, ¡Viva México, Viva México, Viva México!, fueron las palabras del gobernador interino, Jorge Arturo García Rubí, el último mandatario priísta que se asomó por el balcón central del Palacio de Gobierno, al que por la emoción le faltó citar a la Corregidora de Querétaro y a todos los héroes que nos dieron patria.

Fue un grito doloroso, apagado, igual que los juegos pirotécnicos, quizá premonitorio también del último gobierno priísta que se extinguía, el cual acabaría en unos cuantos días y que desde hace 20 años no ha regresado.

Fue una celebración fría la de ese entonces, como la fuerte lluvia que se dejó sentir justo a la hora de la celebración del CXC aniversario de la Independencia de México.

Los cientos de invitados oficiales, fueron rebasados por los colados que a toda costa buscaron estar presentes en el salón gobernadores, el recinto resultó insuficiente, y orilló incluso a los responsables de la organización y el orden, a cometer faltas de cortesía como sucedió con el embajador de Austria, quien se quedó en una de las puertas de acceso.

Funcionarios del gabinete interino, diputados locales de la 48 Legislatura del PRI, PAN y PRD, representantes de la iniciativa privada, del arte y la cultura, se mezclaron con los representantes de medios de comunicación, con damas de vestido largo, con los más de 34 elementos del Ejército Mexicano, de los 18 integrantes de la banda de música, y de los encargados de la vigilancia y los responsables del servicio y atención a invitados.

Los preparativos, cinco horas antes

Al filo de las 18:00 horas, llegaron las unidades Teopanzolco y Xochitepec, del Sistema Morelense de Radio y Televisión, encargados de la transmisión de la ceremonia del grito y de los eventos artísticos organizados para alegrar la verbena popular que nunca decayó pese a la lluvia registrada parte de la tarde y noche del 15 de septiembre.

Asimismo, en la puerta de acceso por la calle de Galeana, más de 17 policías de civil pero de fácil identificación, se apostaron en la parte baja del Palacio donde cotidianamente se estacionan las camionetas del gobernador del estado y el secretario general de Gobierno.

El responsable del ingreso al Palacio, el comandante Millán, convertido en el poder absoluto, fue el encargado de decir quién pasaba y quién no, qué invitados debían de presentar su invitación y quienes con solo un beso, tenían derecho de ingresar a la histórica noche del Grito de Independencia. Pero hoy nadie los recuerda, el grito de la aplanadora priísta ya no regresó jamás.

Sergio Estrada

Aunque no existen muchos datos sobre la manera en que Sergio Estrada Cajigal Ramírez festejaba las fiestas patrias, en realidad el acto oficial no varió mucho, aunque sí se recuerdan las comilonas y las bebidas que se repartían en Casa de Gobierno, y posteriormente en privado con su círculo de amigos.

Una acción importante, fue que comenzó la polémica de la venta de pirotecnia en las calles, además de otros lugares o zonas de riesgo, como gasolineras y centros de abastecimiento de gas.

Incluso, hubo un momento en que el ejército tuvo que poner mayor atención en la veta de estos; debido a que explosivos, las denominados palomas, detonaron en áreas bancarias y plazas, en medio de la incertidumbre, los hechos fueron atribuidos a un grupo llamado Comando Jaramillista Morelense 23 de mayo, aunque posteriormente el Gobierno del Estado negó la presencia de guerrilla en la entidad.

Casi al final del periodo como gobernador de Marco Adame, hubo amenazas de boicot al festejo / Cuartoscuro

Marco Adame

Adame dio el grito en Cuautla en el 2008, debido a la protestas de profesores que ocuparon plaza de armas y los alrededores de Casa de Gobierno, y prácticamente ahorcaron a la capital. Ante la imposibilidad de encabezar la ceremonia en plaza de armas, se trasladó a la heroica. Incluso casi al final de su periodo, hubo amenazas de boicot al festejo, y hasta se abrieron 10 averiguaciones en contra personas que lanzaron amenazas en las redes sociales contra la celebración del Grito de Independencia en la plaza pública de Cuernavaca.

El gobernador Marco Antonio Adame Castillo hizo un llamado a la población a no hacer caso a quienes de manera anónima e irresponsable pretendían infundir temor o amedrentar a la sociedad. Se prohibió además la venta de elotes y de todo aquello que pudiera servir como proyectil, para evitar que fueran aventados con los juegos pirotécnicos.

A partir de la segunda mitad del sexenio de Graco, la situación y el escenario comenzó a cambiar, el repudio comenzó a ser generalizado / Archivo

Graco Ramírez

Cabe decir que luego de los abusos cometidos por las anteriores administraciones panistas, donde la fortuna de familiares de funcionarios conocidos como los "nuevos ricos" de Morelos, aumentó de forma escandalosa, los morelenses voltearon a ver una nueva opción, y el perredistas Graco Ramírez protagonista importante en la caída del régimen priísta en la entidad, llegó con los votos de la gente. Por primera vez la llamada izquierda llegaba al Ejecutivo, y en los primeros años los gritos de independencia transcurrieron hasta cierto punto, normales y sin alteraciones mayores.

Por primera vez, las redes sociales cobraron auge y el titular del Ejecutivo, interactuaba por esas vías con los ciudadanos. A partir de la segunda mitad de su sexenio, la situación y el escenario comenzó a cambiar, el repudio comenzó a ser generalizado.

En un intento por controlar a la muchedumbre, en cada celebración se trataron de colocar vallas, incluso paredes alrededor de toda la plaza y solo se podía acceder por puertas rígidamente controladas por guardias de seguridad.

El asunto se complicó para el mandatario cuando en medio de las rechiflas, hubo alguien que le lanzó un elote. El último grito del perredista fue el peor, prácticamente no quería salir a dar el grito de independencia, ya no hubo muchos invitados, ni amigos, solo colaboradores que lo acompañaron hasta el último momento, porque las fiestas siempre fueron selectivas.

Este 2019 la celebración tendrá a un nuevo protagonista Cuauhtémoc Blanco / Cortesía


Cuauhtémoc Blanco

Este 2019 tendrá a un nuevo protagonista, que desde Palacio podrá arengar a la multitud a gritar los nombres y héroes que nos dieron patria e independencia; alguien que no es político, que llegó con unas siglas nuevas, aunque algunos personajes del panismo, estarán con él. Lo cierto es que la administración de Blanco Bravo ha comentado que la celebración será austera, solo pozole para los invitados al interior del palacio, y una verbena. Oficialmente solo se ha gastado arriba de cien mil pesos para los adornos de la noche del Grito.

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