[Especial] Estas son las piñatas de la familia Alvarado, en Acapantzingo

Cada año, dedican su tiempo completo a este oficio

Susana Paredes | El Sol de Cuernavaca

  · sábado 30 de noviembre de 2019

Haidee Galicia | El Sol de Cuernavaca

Uno de los elementos típicos de las celebraciones en México, son las piñatas símbolo reconocido internacionalmente de la cultura mexicana. Sería difícil imaginar las posadas sin estas coloridas decoraciones originalmente hechas de barro o papel, rellenas de frutas de temporada y variedades de dulces.

En el número 79 de Bulevar Gustavo Díaz Ordaz, en la colonia Acapantzingo de Cuernavaca desde mediados de octubre se observan decenas de piñatas de diversos colores y tamaños, que adornan la entrada a una pequeña vecindad donde los Alvarado mantienen su taller desde hace 36 años.

Esta familia es reconocida por la elaboración de piñatas mexicanas de cartón. Tanto ha sido el agrado de la gente, que entre sus consumidores se encuentran residentes de otros países como España, y hasta son utilizadas como adornos para bodas.

Cada año, desde octubre hasta enero, los integrantes de la familia Alvarado dedican su tiempo completo a este oficio, el cual sin importar las bajas ventas o la pérdida de la tradición de las posadas, sigue presente en la colonia Acapatzingo.

Esta es una tradición que nació por casualidad al poder compartir el aprendizaje de su fabricación, ya que un vecino les plasmo la posibilidad de enseñarles cómo elaborarlas y así poder venderlas, recordó Margarita Barrera Antúnez, quien forma parte de la tradición debido a su esposo, quien de joven trabajaba en el mercado Adolfo López Mateos, donde aprendió a elaborarlas.

Para Margarita Barrera, dedicar su tiempo a este oficio no es un sacrificio, al contrario, es una labor que le ha traído grandes satisfacciones, en especial cuando sus mismos consumidores le manifiestan el agrado por los productos.

Si bien la elaboración de piñatas nació por la idea de su vecino, fue su suegra quien tuvo la decisión y ganas de darle continuidad y hacer crecer el negocio que comenzó con piñatas hechas con una olla de barro y en forma de estrella. Al principio tardaban varias horas en hacerlas y hasta les llegaban a quedar chuecas, pero ante las peticiones de sus clientes, quienes deseaban piñatas más grandes, utilizaron el globo como su gran aliado, así como desperdicios de papel periódico, los cuales utilizan para forrarlos, y con el tiempo y la perseverancia, lograron que fueran mejorando, y así ser del agrado no solo de los morelenses sino también de los visitantes de diferentes lugares.

Esperemos que Dios nos dé licencia para estar vivos y si no, que siga la familia, si les gusta, porque sí es laborioso y cansado, pero están aprendiendo los hijos.